La ocupación hotelera de Bilbao sube al 90% en Aste Nagusia
Menos del 10% de los turistas venían a la fiesta, y la inmensa mayoría se la encontraron por pura casualidad y con distintos grados de entusiasmo
Durante la Semana Grande los hoteles de Bilbao tuvieron un grado de ocupación del 90%, muy buena cifra y ligeramente mayor que el resto del ... mes. ¿Es por la gente que llegó a disfrutar de la fiesta? Mayoritariamente, no. «Como máximo, un 10% son personas que venían expresamente a la Aste Nagusia; el resto, la inmensa mayoría, se encontraron con las fiestas» cuando ya tenían el viaje planeado o, directamente, cuando llegaron aquí. Una alegría para muchos y una penitencia para otros.
Reyes Herrán, presidenta de Destino Bilbao, hace un balance positivo para el sector de los nueve días festivos. Durante las primeras semanas de agosto la ocupación venía siendo «de un 85%, contando con las reservas de última hora». Y ese porcentaje despegó hasta el 90% en Aste Nagusia, lo que viene a ser una cifra similar a la de 2022.
Tampoco se esperaba mucho más en los hoteles. «Aste Nagusia no tiene un atractivo como 'sanfermines', o la Feria de la Cerveza de Munich», de manera que no hay multitudes que lleguen a Bilbao atraídas por Marijaia. Eso, al menos, facilita que se mantenga un nivel de precios razonable. Según Herrán, en los establecimientos englobados en su asociación -con categorías de entre tres y cinco estrellas- el precio medio ha oscilado «entre 95 y 105 euros» por noche, coste similar al del resto del mes.
Algunos hoteles dejan vacías las habitaciones más expuestas al jaleo nocturno
Llegar a Bilbao en fiestas tiene dos caras, como cualquiera se puede imaginar. «Hay gente que se lleva una alegría, pero para otra es un problema». Se refiere la experta a quienes llegan a hoteles que están próximos, o incluso inmersos en el epicentro festivo. «Hay clientes internacionales que no conciben» semejante desbarre, lo que obliga a los negocios a gestionar situaciones poco agradables. Algunos incluso optan por no vender las habitaciones más expuestas al ruido durante la Aste Nagusia, conscientes de que dejan de ser entornos compatibles con el descanso y el sosiego. Además, muchos establecimientos han de lidiar con las multitudes a sus puertas, incivismo en distintos grados y los efectos colaterales de la fiesta.
Pero, «en general, los comentarios son positivos», cosa muy importante porque las malas reseñas tanto para un hotel como para la propia ciudad son un gran problema. «Bilbao se está posicionando internacionalmente» y eso es una buena noticia. Es parcialmente responsabilidad de la afluencia de extranjeros el hecho de que esta Aste Nagusia haya sido la más multitudinaria de la historia, según el Ayuntamiento, que cifra en 1,8 millones las personas que participaron, frente a las 1,6 del pasado ejercicio.
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