«Una mujer embarazada es la cosa más hermosa que hay en el mundo»
La protagonista de 'Los chicos del coro' no se cree Teresa de Calcuta pero asegura que cumplir años le sirve para estar «en paz conmigo misma»
Es la 'prima donna 'del género musical en España. Ha protagonizado un montón de montajes -'Chicago', 'Cabaret' y 'Billy Elliot', entre otros- y ahora llega ... al Teatro Arriaga con 'Los chicos del coro'. Empezó haciéndole los coros a Luis Eduardo Aute y luego arrasó en 'serie' en la televisión con 'El súper', 'Un paso adelante', 'Policías' y 'El internado'. Pero le encanta que le reconozcan sus éxitos teatrales.
- ¿Aprende algo de los chavales?
- Muchísimo. No me canso de decirlo. Son actores natos que se entregan al 100%. Con ellos recuperas la ilusión.
- A cambio, ¿qué les enseña?
- Espero que algo aprendan. Estos niños están empezando a abrirse paso en este mundo y hay que enseñarles las cosas bien.
- A Natalia, ¿no le queda nada que demostrar?
- ¡Ojalá! En este oficio cada día estás examinándote.
- ¿Tiene miedo de defraudar?
- En lo personal y profesional. Pero esto lo tenemos todos los mortales. De hecho, tengo miedo escénico. No se va con el tiempo. Yo cada vez tengo más.
- Hablando de niños, ¿ser madre es un privilegio?
- Las mujeres tenemos ese inmenso privilegio de poder generar una vida y luego, oye, cada uno es libre de escoger o no. Es una cosa brutal. Sentir un ser que se genera desde dentro y luego verlo nacer... es incomparable.
- ¿Renunciar a la maternidad hubiera sido un error?
- Esto es tan personal y subjetivo. En mi caso personalísimo, sí. Habría sido una equivocación. Solo me ha dado satisfacciones.
- ¿Por qué solo tuvo una hija?
- Pues porque no sabía que me iba a gustar tanto. Dejé el trabajo y salió bien. Es más, desde que la tuve me empezó a ir mejor profesionalmente. De lo único que me he arrepentido en la vida es de no haber tenido más hijos. Pero, claro, arriesgarme a parar otra vez, a lo mejor no tenía tanta suerte al volver.
- ¿Por eso envidia cada vez que ve a una mujer embarazada?
- Es maravilloso. Una mujer embarazada es la cosa más hermosa que hay en el mundo. Es lo único que me da envidia.
«No fijo la vista en nadie»
- ¿Todavía le da vergüenza que le reconozcan en la calle?
- Un poco, sí.
- Ya va siendo mayorcita.
- Lamentablemente. Ja, ja. Ahí me has dado. A mí me gusta mucho observar, pero ya no puedo hacerlo tanto. No puedo fijar demasiado la vista en nadie.
- ¿No entiende la obsesión por la fama?
- No. Tiene una parte muy positiva y, evidentemente, nos abre camino. Lo entiendo como una herramienta de trabajo. Como un fin en sí mismo, me parece una locura. Pero a lo mejor la loca soy yo. Ahora parece que es lo único que le interesa a todo el mundo.
- ¿Teme al narcisismo?
- Me horripila.
- ¿Sabe controlarlo?
- Sí.
- Actriz, bailarina, cantante. ¿Es una chica para todo?
- Intento todo lo que se puede. Hago muchas cosas muy mal, pero no se las voy a confesar.
- ¿Tiene la suerte de escoger?
- Hay veces que he podido escoger y otras me han llegado regalos del cielo. A veces es doloroso porque supone renunciar o decantarte por lo único que puedes al no haber más. Tengo toda la paleta en mi currículum.
- ¿Sabe siempre dónde se mete?
- No. Aquí nunca lo sabes. Es una apuesta permanente. Hay cosas que huelen mejor, aunque puede confundir el olfato.
- ¿Escoge el camino difícil?
- Lo más difícil en este oficio es hacer algo en lo que no crees. Es como la tortilla de patata, que puede ser lo más rico o lo más repugnante.
- ¿Anhela un final feliz para todas sus historias personales y profesionales?
- Los finales no felices en el teatro están muy bien también. En la vida, ojalá fuesen así, pero quién tiene la varita mágica. Dímelo, que se la pido.
- Ha dicho: 'Soy buena persona, con mi lado oscuro y mi armario'. ¿Debemos fiarnos de usted?
- En fin, no soy Teresa de Calcuta, pero en la balanza creo que soy más buena persona que otras cosas. Y, por supuesto, tengo mi lado oscuro. ¡Claro que sí!
- También sostiene que las mujeres están más dotadas que los hombres.
- Ah, sí, sí, estoy convencida. Lo siento muchísimo por todos vosotros, pero es así.
- ¿Hay cosas que jamás se pueden contar?
- Y asuntos que es mejor no saber. Vaya pregunta me ha hecho. No me siento capacitada para contestarla.
«Nunca me peleo con nadie»
- ¿Está en paz consigo mismo?
- Cada vez más. Cumplir años debe tener algunas cosas buenas, ¿no? Va una conquistando su propia paz, aparentemente.
- ¿Jamás se pelea con la gente que quiere?
- Claro que sí, y luego lo lamento muchísimo. Tengo un pronto.., pero cada vez me peleo menos. Y más con ellos que con ellas. Con las parejas me peleo más que con mi madre, mis amigas... Con mi hija me he peleado poquísimo.
- ¿A qué lo achaca?
- Ay, yo qué sé. ¡Sois muy complicados!
- ¿Lo somos?
- Bueno, vosotros sois complicados de una manera y nosotras lo somos de otra.
- ¿La felicidad nunca cansa?
- No sé muy bien lo que es la felicidad, pero lo que me parece más aproximado no es el estado de euforia y alegría, que es maravilloso y todos tenemos. Creo que es más una cuestión de actitud, de respirar la vida profundamente y decir 'mira, estoy aquí, a veces bien, a veces mal, a veces ríes, a veces gozas, a veces lloras, pero lo estoy viviendo'.
- A los 53 años...
- Eso no se lo voy a decir. Ja, ja.
- ¿El futuro le pisa los talones?
- Mucho. Pero, al ser más consciente de lo efímero de todo, intento disfrutar el momento
- ¿El sexo está sobrevalorado?
- Pues depende también. Lo que a ti te vale, quizás a mí no. Tú tienes tu frecuencia, yo la mía. Es tan personal, tan personal...
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión