«Los restaurantes pueden subir precios, pero al que le dan una 'clavada' igual no vuelve»
Ensalza a la hostelería bilbaína al tiempo que le pide pensar «a largo plazo» en el arranque de unas fiestas que pueden ser históricas
Pues sí, ya ha pasado un año desde la edición más multitudinaria de la Aste Nagusia, y cuidado que igual deja de serlo. En 2022 ... las fiestas se cogieron con ganas porque tras dos años en ayunas por motivos pandémicos había muchas ganas de alegría. Reventó Bilbao. Disfrutaron de la Semana Grande 1,6 millones de personas. Hay que tomar la cifra con todas las prevenciones a las que obligan los datos gordos que se dan así, como a granel. Pero hay consenso en que nunca antes había habido tanta gente por aquí.
- Pues este año las cifras de turistas están superando ampliamente las de 2022. ¿La Aste Nagusia que hoy arranca va a volver a ser de récord?
- El listón está cada vez más alto... Pero los listones están para saltarlos. Va a haber muchos bilbaínos y bilbaínas, personas de Bizkaia, de otras comunidades y extranjeros. Lo importante es que vengan y disfruten.
- Mucha gente y mucha alegría, todo junto. ¿Le genera más satisfacción o preocupación?
- Un poco las dos cosas. Que tengamos tantos visitantes quiere decir que somos una ciudad atractiva, moderna, y que la Aste Nagusia es un foco de atracción, el evento más importante para la ciudad. Pero también es verdad que cuanta más gente viene también hay más personas con malas intenciones. Por eso vamos a estar vigilantes.
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«La ciudadanía debe confiar en la política»
- Dele un consejo a quien esté de viaje por Bilbao y se encuentre con todo este jaleo.
- Que se sumerja en la fiesta, que disfrute simplemente estando en la calle porque Bilbao en Aste Nagusia es diferente, el ambiente festivo nos envuelve. Y, a partir de ahí, que se bajen la app, que pregunten y decidan a que ámbito festivo acudir: con niños pequeños, a disfrutar de lo gastronómico, a los fuegos artificiales...
- Se cumplen 40 años de las inundaciones, el episodio más trágico en la Semana Grande. ¿Dónde estaba usted?
- En un sitio que no era especialmente bonito: en la mili, en Cádiz. Tengo un recuerdo muy malo porque las noticias decían que Bermeo y Bakio casi habían desaparecido, y mis padres estaban en Bakio. Tardé varios días en contactar con mi familia y fueron momentos de mucha incertidumbre.
«El listón del número de visitantes cada vez está más alto... Pero los listones están para saltarlos»
- ¿En qué han cambiado las fiestas en todo este tiempo?
- Bilbao se ha convertido en un foco de atracción. Antes las vivíamos los bilbaínos y bilbaínas, y ahora hay mucha gente de fuera.
- Hasta hace no mucho la ciudad se quedaba desierta en agosto. Ahora bulle.
- El verano ha cambiado mucho. Yo recuerdo que de chavales nos íbamos del 15 de junio al 15 de septiembre a Bakio. Ahora se ha acortado. Bilbao en agosto ya no se vacía de bilbaínos y, a la vez, viene mucha gente a visitarnos. ¡Ya no es fácil aparcar! Eso no es que cambie la fisonomía de las fiestas, pero sí su intensidad. Hay más hoteles, de más nivel, y están casi llenos; y la fiesta se ha ido extendiendo desde el recinto del Arenal a zonas como el txikigune, La Pérgola, el parque Europa...
- La ciudad también se ha puesto cara. Los menús de Aste Nagusia salen por un pico y desaparecen menús del día. ¿Eso hace la fiesta menos popular?
- La fiesta sigue siendo enormemente popular porque tiene una característica que no hay en otras ciudades: todas las actividades son gratuitas. Es cierto que en la hostelería funciona la ley de la oferta y la demanda y los precios pueden subir. En este sentido, creo que hay que pensar en el largo plazo, porque quien siente que en un restaurante le dan una 'clavada' igual no vuelve. Debemos intentar que la experiencia de la gente sea positiva. Pero yo creo que la hostelería bilbaína se comporta correctamente, sigue habiendo menús del día, gran variedad de pintxos, y la gastronomía es una parte importante de la fiesta.
«No tenemos ninguna intención de utilizar algo tan icónico en otros momentos que no sea Aste Nagusia»
- En las calles de la ciudad se desarrolla una actividad abiertamente ilegal que es el sustento de personas con vidas difíciles. Es evidente que el Ayuntamiento tolera a los manteros. ¿Cómo se lo explica a los comerciantes?
- Yo no diría que se tolera. Recientemente hemos visto una actuación de la Policía Municipal en la que trataba de preservar la legalidad. El comercio debe ser protegido y no se puede permitir la venta ilegal. Pero también hay que tener en cuenta que el mantero es el último eslabón de la cadena. Debemos dejar actuar a la Policía y, de manera especial, en fiestas, cuando hace falta dejar vías expeditas para la evacuación, garantizar que las calles no están ocupadas de un modo indebido.
«Vamos a ir a por ellos»
- Las amenazas a la convivencia son las mismas todos los años. Disuada usted a los agresores, babosos, tocones y demás especies machistas.
- Sobran, no les queremos, tenemos que ir de la mano la Policía Municipal, la Ertzaintza, la Justicia y la sociedad para impedir que actúen. Y si actúan, que caiga sobre ellos todo el peso de la ley. Vamos a ir a por ellos. Las mujeres se tienen que sentir libres.
- Están aumentando los delitos y llegan jornadas de multitudes. ¿Le preocupa un repunte de los robos y los hurtos?
- Nos preocupa que en una concentración tan importante de personas haya gente con malas intenciones. Por eso la ciudadanía ha de ser cuidadosa con los bolsos y los móviles. Va a haber un dispositivo policial que va a ser el mayor que ha habido nunca, el más importante de la Aste Nagusia. No vamos a permitir que este tipo de actuaciones quede impune. Y vamos a seguir trabajando con la judicatura para potenciar los juicios rápidos. Que se sepa que en Bilbao no hay impunidad.
«Los de mayor calibre no se van a lanzar, así que puede haber la percepción de que no son tan potentes»
- Los fuegos artificiales son siempre el evento más multitudinario. ¿Desde dónde los ve usted?
- A veces desde la zona de Gogorregi más pegada a la ría, otras veces desde Ibáñez de Bilbao, y alguna vez desde el Arenal.
- El lugar de lanzamiento se ha desplazado unos metros y tendrán menos potencia tras el incendio de un edificio próximo el año pasado. ¿Se va a notar esa menor intensidad?
- Nuestro informe sigue diciendo que el incendio no fue provocado por los fuegos, pero es importante que traslademos a los vecinos un mensaje de tranquilidad, por eso se han tomado medidas. Los de mayor calibre no se van a lanzar, por lo que la gente puede tener una percepción de que no son tan potentes.
- Es la primera Aste Nagusia en la que el Ayuntamiento es propietario de Marijaia (adquirió los derechos de propiedad intelectual a su creadora por 440.000 euros). ¿Se va a notar? ¿Va a tener algún protagonismo en el futuro más allá de las fiestas?
- Para nada. Hemos comprado los derechos para que Marijaia sea propiedad de Bilbao y la podamos utilizar sin pagar cada año. Pero no tenemos ninguna intención de utilizar algo tan icónico en otros momentos.
- El Ayuntamiento ha retirado los toros del programa de fiestas y la banda no tocará en la plaza. ¿Ya no le gusta la tauromaquia al gobierno municipal?
- En Bilbao hay toros porque el Ayuntamiento sacó una licitación que lo hace posible. Hay una empresa privada que ejerce su actividad en este sentido, que organiza la feria. Lo hemos quitado del programa porque no lo organizamos nosotros, lo mismo que no incluimos los partidos del Athletic. En cuanto a la banda, el año pasado creo que solo estuvo tres días y este año, cuando nos la pidieron, ya tenía compromisos.
- ¿Qué no se va a perder en esta Semana Grande? ¿Qué es irrenunciable para usted?
- Las cosas que tienen que ver con la convivencia, los momentos del mediodía con mis concejales y concejalas, ir a comer a algún sitio es muy bonito. Y lo mismo con la cuadrilla de amigos. Son momentos especiales.
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