Así fue la primera noche de Aste Nagusia en urgencias de Basurto: «Vienen más por golpes que por borracheras»
EL CORREO es testigo directo del trabajo de los profesionales sanitarios
Aste Nagusia es fiesta, alegría y diversión. Es también encuentro con los amigos, desenfreno, alcohol, multitudes y excesos. De algo de esto habló Francis Díez, ... cantante de Doctor Deseo, durante el pregón con el que el sábado dio el pistoletazo de salida a nueve jornadas de festejos. Y como no podía ser de otra manera, de la mano de tanta desmesura llegan también las asistencias sanitarias. La Semana Grande es uno de los tres momentos del año en los que más atenciones médicas se dan en la ciudad. Los otros dos son también citas que reúnen a un elevadísimo número de personas: el BBK Live y Santo Tomás. Pero volvamos al sábado.
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Urgencias de Basurto, 22 horas. EL CORREO se dispone a vivir junto a los profesionales sanitarios el primer impacto de la resaca del txupin. Una mujer de falda azul mahón, camiseta blanca con un lauburu en el pecho y el típico pañuelo de fiestas anudado al cuello lleva el brazo en cabestrillo. Es solo el preludio de lo que está por venir. Porque si la tarde y la primera parte de la noche del día inicial de las fiestas fue tranquilo, a las dos de la madrugada todo cambió. A partir de entonces el goteo de pacientes fue constante hasta entradas las primeras horas de la mañana del domingo.
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«En fiestas, además de las patologías habituales del día a día, vemos más personas con intoxicaciones por alcohol y drogas y, sobre todo, muchas fracturas y contusiones. En Traumatología se nota bastante más actividad que en un día normal», explicaban Alba Sasia y Oihane Orokieta, médicas adjuntas en el servicio de Urgencias de Basurto. La noche del sábado esta zona tuvo que ser apoyada por facultativos que se encontraba en el área más puramente médica de la unidad para dar respuesta a la progresiva llegada de personas con roturas y fuertes golpes.
Si la intensidad de los excesos de una noche de fiesta la midiésemos en base al número de asistencias sanitarias prestadas, la primera de esta Aste Nagusia no estuvo nada mal. 73 atenciones prestó el dispositivo especial diseñado por el Ayuntamiento de Bilbao y Emergencias de Osakidetza en el entorno del Arenal, el Casco Viejo y Abando.
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Son un 23% más que las registradas en la primera jornada de la Semana Grande de 2024. La mayoría de estas incidencias pudieron ser resueltas en el puesto médico avanzado ubicado en la plaza Circular. Pero 19 tuvieron que ser trasladas en ambulancia al hospital debido a la gravedad del paciente.
«La mayoría de lo que hemos atendido han sido fracturas y golpes. También hemos tenido alguna asistencia por agresión, aunque pocas, y por intoxicaciones», explica Fernando García Vara, responsable de Dispositivos de Riesgos Previsibles de Osakidetza. Además de a los juerguistas que lo precisan, asisten a las personas que han acudido a las celebraciones y que, por el motivo que sea, se sienten indispuestas, así como a los vecinos que residen en los barrios cuyo acceso queda restringido durante los días festivos.
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Ayuda policial
Porque acceder con una ambulancia al área de las txosnas en el Arenal, a las calles del Casco Viejo o a algunas zonas de Abando en Aste Nagusia no es nada sencillo, dadas las miles de personas que se acumulan en ese entorno. Por eso cada intervención cuenta con acompañamiento policial. Los agentes se encargan de abrir camino a los sanitarios para que estos puedan llegar y atender en condiciones a la persona que precisa de asistencia.
Uno de los objetivos del operativo especial diseñado para la ocasión, en el que toman parte cerca de un centenar de sanitarios, incluidos los integrantes de los centros coordinadores de Emergencias, es resolver en la misma calle toda la asistencia sanitaria que sea posible. Con ello buscan, además de intervenir con la máxima agilidad, «evitar que se masifique el hospital». Y de forma paralela, añade García Vara, persiguen que «el resto de la población que vive en Bilbao no vea retrasada su atención si sufre una emergencia como consecuencia de Aste Nagusia».
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Pero a Basurto no llegan solo los trasladados desde el entorno festivo. Atienden también a numerosos ciudadanos, estén o no de jolgorio, que acuden por sus propios medios o en ambulancia tras sufrir un percance de salud. Durante la primera jornada de la Semana Grande sus Urgencias atendieron a unas de 250 personas. Se trata de cifra similar a la de un día normal, con la diferencia de que este primer sábado festivo hubo muchos más traumatismos, que se concentraron además por la noche.
«Infartos, ictus, cólicos y cosas graves tenemos las mismas que un día normal. Lo que nos llega son más cuadros leves, en su mayoría por fracturas y golpes», detallaba en la noche del sábado Leire Maza, una de las enfermeras encargada del triaje en la Urgencia. En este primer contacto valoran la gravedad del afectado, lo que marca la premura con la que es atendido. Hay establecidos cinco niveles en función de su situación. Con los dos primeros, los de mayor complejidad, el enfermo es atendido de inmediato. Para estos casos existe un timbre específico. Al pulsarlo se activa una alarma para que los profesionales acudan a toda prisa a ayudar. El sábado, al margen del personal de enfermería, auxiliares y celadores, hubo 18 médicos -residentes incluidos y sin refuerzos- para cubrir toda la guardia de Basurto.
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Por delante queda una semana de fiestas en la que se prevé que el perfil del paciente habitual sea similar. ¿Cuáles son los días más duros para los sanitarios? Todos con quienes habló EL CORREO dieron la misma respuesta. «El segundo fin de semana es peor. Viene más gente a la noche y, a más personas, mayor es el número de asistencias que se prestan». Es cuestión de matemáticas.
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