«Si ponen menos hielos en la copa igual salvamos las fiestas»
La otra fiesta de... ·
José Ignacio Gutiérrez acusa la escasez de producto y relata cómo vive estos días frenéticos para poder suministrar a bares y txosnasParece mentira, pero se ha convertido en uno de los productos más deseados de este verano. Hay escasez de hielos, quién nos lo iba a decir. Las altas temperaturas y la enorme demanda, unidas al elevado precio de la electricidad -que ha hecho que las empresas ralentizaran la producción a comienzos de año- ha provocado que las reservas estén en mínimos. Y no hay trago largo, incluso alguno corto, que se entienda sin ese 'cling-cling-cling' al rebotar dentro de una copa.
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José Ignacio Gutiérrez sabe bien de todo esto. Está al frente de la empresa 'Cubi Hielo' y lleva semanas de una actividad frenética. «Desde mayo» faltan hielos, reconoce y advierte de que puede ser todo un problema en esta Aste Nagusia. «Quizás haya que poner menos en cada vaso o copa para conseguir que así alcance para todos», propone. De hecho, este año los mojitos, convertidos ya en bebida de veraneo, podrían servirse sin el tradicional hielo troceado. «Hay muy poco y no sale rentable hacerlo, porque de una bolsa de dos kilos sale uno de hielo picado», explica.
Gutiérrez se confiesa «feliz por el regreso» de las fiestas, aunque le supongan un sobreesfuerzo diario. «Son días muy complicados. Hay mucho trabajo y no paramos». Desde primera hora de la mañana se sube al camión de reparto y comienza la peregrinación por bares, hoteles, restaurantes y txosnas, que desde hace tiempo han «aumentando sus pedidos por las fiestas». Ayer mismo no paró de recorrer la ciudad de un lado a otro.
Eso sí, la escasez de producto le hará acabar antes su jornada. El poco stock provocará que «vayamos a suprimir, seguramente, el turno de reparto que hacíamos sobre las tres o cuatro de la mañana. Intentaremos salvar las fiestas, pero no podemos hacer más. El hielo... hasta donde alcance».
Serán, no obstante, jornadas en las que Gutiérrez, que lleva 27 años en la profesión, tendrá «que estar alerta». Nunca sabe a qué hora le va a llamar «algún negocio que se ha pillado los dedos y se ha quedado sin existencias». En su camión de reparto siempre va un imponente perro negro.
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«En fiestas hay que estar pendiente de que no te roben en la cabina mientras haces el reparto»
seguridad
- ¿Siempre le acompaña en los repartos?
- Bueno, en estas fechas sí. Lo traigo para que vigile el camión. No sería la primera vez que nos roban en la cabina mientras estamos entregando un pedido.
La inseguridad a la que dice enfrentarse no es su único problema estos días. «Cuando hay eventos de este tipo, muchos accesos se cierran y hay zonas en las que solo podemos repartir entre las nueve y las once de la mañana». Los horarios condicionan mucho el trabajo, pero también su rutina en fiestas. «Como mucho a la mañana, tomar algo y comer unos pintxos con la familia y amigos», reconoce.
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