Lo mejor y lo peor de la Aste Nagusia 2019

Año a año, el concurso de fuegos artificiales se consolida como la actividad de la Aste Nagusia que mayor volumen de gente congrega, probablemente porque está dirigido a todos los públicos. Más de 100.000 personas acudieron cada noche a un certamen que ha reunido a siete pirotécnicas de prestigio mundial. La compañía Caballer FX, de origen valenciano, acabó llevándose el triunfo por el «equilibrio entre luz, color, sonido y duración del espectáculo».

Además de la programación oficial en sí, las txosnas han vuelto a desplegar una infinidad de actividades que ha permitido llenar hasta el último hueco de la agenda festiva. Conciertos, talleres, espectáculos, concursos... Las comparsas, el alma de la Aste Nagusia, han organizado casi de todo por el día y han sido de nuevo el epicentro de la juerga por la noche.

Era el concierto más esperado y no defraudó. Mónica Naranjo reunió a cerca de 10.000 almas en la explanada de Abandoibarra, donde ejecutó una brillante actuación acompañada de la BOS y la Sociedad Coral. La cantante catalana se acopló perfectamente a la Sinfónica y fue jaleada por el público en una noche mágica que los bilbaínos tardarán en olvidar. Por si fuera poco, acabó siendo nombrada pregonera de honor de la Aste Nagusia con el sombrero en la cabeza.

Han sido nueve días en los que Bilbao ha amanecido como los chorros del oro. A las 6.00 de la mañana, cuando miles de juerguistas aprovechaban hasta el último minuto de fiesta, el servicio municipal de limpieza comenzaba su intenso trabajo. Y en tan solo unas horas, El Arenal ya volvía a estar preparado para las innumerables actividades que la Aste Nagusia ofrece también por la mañana.

El Txikigune ha vuelto a hacer las delicias de los más pequeños en el parque de Doña Casilda. El espacio infantil, que se ha ampliado en esta edición, ha reunido a más de 120.000 niños en estos nueve días y ha desarrollado una treintena de actividades. Otro de los platos fuertes para ellos fue el desfile de la Ballena el primer domingo de fiestas, que volvió a congregar a miles de asistentes a pesar de la lluvia.

La Aste Nagusia bilbaína se ha convertido en una cita ineludible para la escena teatral. Que se lo digan a artistas como la actriz Maribel Verdú o el humorista Goyo Jiménez, abonados desde hace años a la semana más frenética de Bilbao. Pero además este año ha tenido una fuerte presencia de actores vascos como Gurutze Beitia y Lander Otaola. El Euskalduna, el Arriaga, el Campos Elíseos y escenarios más modestos como Pabellón 6 han exhibido un cartel de altura con obras como 'Ghost', 'West Side Story', 'Invencible', 'Toc toc' y 'Yo Soy Pichichi', que ha repetido el éxito del año pasado.

Sin duda ha sido el tema más comentado de esta Aste Nagusia por la intensa polémica que suscitó la cancelación de su concierto en el parque Europa. En plenas fiestas, C. Tangana sorprendió al contraprogramar una actuación doble en la sala Santana 27 y consiguió atraer a 3.000 fans que, además, acudieron gratis. Al final todos parecen estar contentos. El Ayuntamiento no paga con dinero público a un artista que, en su opinión, «promueve la cosificación de la mujer», mientras sus seguidores disfrutan del espectáculo.

En lo puramente artístico, más de un experto apunta que ha sido una de las mejores ferias en los últimos años. Con presencias destacadas como las de Enrique Ponce, El Juli y Diego Urdiales, al final el gran triunfador fue Paco Ureña, que cuajó el viernes la mejor tarde de su vida. El murciano, que se alzó con el premio Ercilla, cortó cuatro orejas a sus dos toros de Jandilla y salió a hombros por la Puerta Grande. Tal hazaña no se recordaba en Bilbao desde 1964, a manos de El Cordobés.

Uno de los principales deseos durante cada Aste Nagusia es poder mantener el contador de agresiones sexistas a cero. Por desgracia, este año se han lamentado dos ataques. El alcalde confirmó este domingo que uno de los agresores fue arrestado 'in fraganti' por la Policía Municipal. Juan Mari Aburto también indicó que se han denunciado otros seis abusos que están siendo investigados. Se trata de situaciones como «tocamientos» y los autores de estos desagradables episodios han sido identificados y puestos a disposición judicial.

Aunque los delitos graves hayan disminuido en un 13%, las colas en la comisaría para denunciar hurtos de móviles y carteras siguen siendo muy largas. Durante esta Aste Nagusia se han registrado 1.408 denuncias, un 4% más que el año pasado. Eso sí, de los 359 teléfonos robados se han recuperado 133. Este domingo se habían recogido 846 objetos perdidos. 365 ya han sido devueltos a sus dueños.

Para ir al baño durante esta Aste Nagusia ha sido imprescindible armarse de paciencia. Los bilbaínos han protestado por la escasez de aseos en el recinto festivo. En total -incluyendo las barracas, el Txikigune y el entorno del Guggenheim-, se colocaron 231 baños individuales y 91 'pixatokis', uno de ellos femenino. Sin embargo, en los momentos de mayor afluencia fueron insuficientes. Los más impacientes optaron por orinar en plena calle con unas consecuencias horribles: mal olor y zonas intransitables.

La plaza de toros vivió el peor arranque de su historia. La floja venta de entradas durante la feria de Bilbao dejó imágenes desoladoras. El graderío de Vista Alegre se ha visto semivacío en varias ocasiones durante estas fiestas.

La labor de los servicios de limpieza es intachable. Pero sería ideal que el botellón -mucho más perseguido durante el resto del año- no les diera trabajo extra. Aunque durante el primer fin de semana se tuvo que recoger un 8% menos de basura que el año anterior, cada noche el recinto festivo acaba bañado por un mar de plástico. Además, los servicios de emergencias han tenido que atender numerosos casos de cortes en los pies por botellas de cristal rotas.

Alrededor de una decena de puestos de comida han sido instalados en el entorno de El Arenal estos días. Pese a no contar con la licencia pertinente, lo cierto es que las parrillas ambulantes han estado muy presentes en el entorno de las txosnas. El martes se habían decomisado 180 kilos de comida. El Ayuntamiento llamaba a la «responsabilidad individual» para no consumir en estos puestos, que no han pasado controles sanitarios.

Uno de los cambios más llamativos de esta Aste Nagusia ha sido el cambio de ubicación de las verbenas. Desde El Arenal hasta la Plaza Circular. Esta modificación ha obligado a trasladar las txosnas que hasta ahora estaban en Abando hasta el muelle de Ripa. Más paz para los vecinos de la Plaza Circular, pero una cruz para quienes residen junto a la ría. Además, las orquestas han perdido algo de fuelle ya que su anterior emplazamiento, junto a las txosnas de Bilboko Konpartsak, les permitía captar a mucho público que estaba de paso.

Con el conciertazo de Mónica Naranjo junto a la BOS y la Coral de Bilbao aún resonando en nuestros oídos, es inevitable hacer una valoración global del cartel musical de estas fiestas. Como ya ha ocurrido en años anteriores, localidades como Santurtzi y Barakaldo han contado con una oferta musical más atractiva. En contra de la Aste Nagusia juegan elementos como la escasez de artistas de primer nivel que quieran actuar con entrada libre y la necesidad de repartir el presupuesto entre casi una decena de escenarios.