«En fiestas, el fin de semana hacemos más de diez servicios cada noche»
Los cerrajeros que trabajan las 24 horas se enfrentan a jornadas en las que los servicios se multiplican, sobre todo los fines de semana
Robos, pérdidas, descuidos o accidentes. Estos son los principales motivos que sacan de la cama a más de un cerrajero de urgencia en estos días ... de fiesta. «Los fines de semana estamos haciendo unos doce servicios entre las diez de la noche y las seis de la mañana». Txus Domínguez, responsable de la Cerrajería Ortu, confirma que las llamadas se han multiplicado durante la Aste Nagusia, «sobre todo sábados y domingos, aunque también han aumentado entre semana», apunta. Su ritmo nocturno de vida es muy distinto al de la gran mayoría que disfruta de las txosnas y conciertos. «Tenemos el teléfono con sonido siempre. Basta que te despistes un segundo para que alguien necesite que vayas abrirle la puerta», cuenta.
Con más de un centenar de delitos diarios, la mayoría relacionados con robos o hurtos, no es de extrañar que su teléfono no deje de sonar en toda la noche. Aunque, Domínguez sorprende revelando un dato: «Más del 80% de las llamadas que recibimos son porque se han dejado las llaves dentro», confiesa. «Hay muchos chavales que se quedan solos en casa en fiestas sin tener esa costumbre a menudo y se les olvida cogerlas al salir», expone.
Lidiar con la fiesta
El perfil de los vecinos de la villa que telefonean a la empresa estos días es bastante marcado. «Suele llamarnos gente de entre 25 y 35 años estos días» y claro después de una larga peregrinación por las txosnas, «a veces tienes que tratar con gente que no está en sus mejores condiciones», afirma. Y no solo eso, sino que «otros te llaman y cuando llegas siguen de fiesta y allí no hay nadie esperando». Aunque, Domínguez puntualiza que, «hay de todo, también te encuentras gente serena», añade. A esos más de diez servicios diarios del fin de semana y otros tantos los días laborables, «hay que sumar las llamadas que se quedan en nada pero te despiertan igual», explica.
Este contratiempo –el sobreesfuerzo para tratar con los que viven más de noche que de día– no es lo único con lo que lidiar en fiestas. Está también el tema de los desplazamientos a los hogares. «Estos días hay muchas calles cortadas en el Casco Viejo», lo que dificulta el trabajo, al «tener que llevar las herramientas a cuestas», cuenta.
Los profesionales que trabajan en las noches más movidas de la capital vizcaína coinciden en que son semanas de mucho trabajo y que apenas les queda tiempo para vivir su propia Aste Nagusia. «No puedes salir tranquilo ni una noche porque sales a las seis de la mañana del trabajo y aunque estés librando, al día siguiente también entras a esa hora», Pero siempre hay alguna forma de disfrutar las fiestas: «El plan que me deja el trabajo hacer es ir a las barracas con la familia o salir a cenar algo, pero siempre atento al teléfono» .
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión