La divertida tienda de disfraces que pone color a la vestimenta de los bilbaínos en fiestas
Aingeru Cuñado regenta Disfraz Jaiak, un local ubicado en la calle Bidebarrieta que ofrece todo tipo de complementos para darle un toque divertido a Aste Nagusia
Es imposible pasar por la calle Bidebarrieta estos días y no pararse frente a la tienda Disfraz Jaiak. Justo en la puerta tienen colocada una ... Marijaia gigante que capta la atención de todos los paseantes. Luce unas gafas en forma de corazón y una camisa fucsia a juego con una falda estampada. Es la encargada de dar la bienvenida a todas las personas que entran en busca de algún accesorio para darle un toque divertido a Aste Nagusia.
Detrás del mostrador se encuentra Aingeru Cuñado, bilbaíno de 39 años y responsable del negocio. Ha vivido entre disfraces toda su vida. La primera tienda la inauguraron sus padres hace 40 años en la calle Somera. Ha sido un referente en Euskadi. Algunos clientes todavía la recuerdan: «¡Sois la tienda de las dos entradas!».
Cuando era niño, ayudaba a su madre en la tienda. Mientras ella atendía a los clientes, él jugaba con sus muñecos. Pero no perdía detalle. Ha vivido la evolución del disfraz muy de cerca. «Crecí detrás del mostrador. Poco a poco fui aprendiendo y también he visto cómo ha cambiado la Semana Grande y también el sector. Perdí la vergüenza de pequeño. Empecé vendiendo pelucas y hasta salí en el catálogo de disfraces como modelo, así que te puedes imaginar...», cuenta entre risas.
La experiencia y el aprendizaje adquiridos a lo largo de estos años animaron al bilbaíno a emprender su propia aventura. Por ello, hace quince años llenó la calle Bidebarrieta de alegría a través de su propia tienda, Disfraz Jaiak. Aingeru se encarga de poner color a las fiestas a través de una gran variedad de complementos: pañuelos, trajes de arrantzale modernizados, camisetas con el lauburu... ¡Hasta vende el disfraz de Marijaia! Muchos bilbaínos han desfilado por el mostrador para hacerse con uno y pasear por las txosnas vestidos de la diosa de la Semana Grande. «Si os encontráis con alguna por las calles, que sepáis que es de Disfraz Jaiak!», bromea.
Auge de los trajes tradicionales
Aingeru cuenta que los disfraces han cambiado mucho a lo largo de todos estos años. «Antiguamente eran más artesanales. Todavía recuerdo cómo mi madre, después de los carnavales, se llevaba sacos para lavar en casa. Era algo totalmente diferente a lo que vivimos hoy en día. Ahora la gente tiene menos tiempo y acaba viniendo para comprar el traje completo y luego añaden complementos», relata.
A pesar de que el concepto sea distinto, Aingeru asegura que las ganas de fiesta y de pasarlo bien siguen intactas en cualquier periodo festivo: carnavales, despedidas de soltera, fiestas de pueblos... Y también en Aste Nagusia, porque el disfraz «vive un buen momento».
Muchos bilbaínos y turistas han desfilado por su mostrador para comprar todo tipo de accesorios: pines de Marijaia, pañuelos, camisetas, gafas... Además, explica que el interés por los trajes tradicionales «está en auge». «Se trata de un conjunto muy socorrido. No tienes que pensar en lo que ponerte, y si te cae kalimotxo se limpia muy bien. También tenemos tallas para niños y recién nacidos». La Semana Grande es un momento de mucho ajetreo en su negocio. Aingeru asegura que trabajan sin parar y a veces, incluso «doblamos turnos». «Es muy bonito ver que la gente tiene ganas de pasárselo bien. Tenemos bastantes problemas, y por qué no ponernos una careta cualquier día, no hace falta que sea una fecha señalada», concluye.
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