Ambiente en las txosnas durante la Aste Nagusia. E.C.

Bilbao, la polis dionisíaca

Alin Blanco, Gaspar Escobar Vallvé y Juncal Munduate

Jueves, 21 de agosto 2025, 00:51

En estos primeros días de fiesta, mi debut en Aste Nagusia -vengo de Chile, un país lejano- me ha sorprendido la inminente carga política que ... atraviesa la celebración. Un rasgo, a mi juicio, único y difícil de soslayar. No sé si exista otra ciudad en el mundo cuyas fiestas estén tan marcadas por esta identidad.

Publicidad

El pregón proclamado en el balcón del Arriaga durante el txupin, que da comienzo a los festejos, lo hacía notar desde el inicio con un llamado «a la transgresión, a lo prohibido» y a «seguir gritando NO al genocidio del pueblo palestino». Un recordatorio importante, porque mientras en estas latitudes se disfruta de las fiestas estivales, en otro rincón del planeta se está perpetrando el peor crimen humanitario de este siglo. Pero es difícil ignorar este lamentable suceso: carteles y pancartas en alusión a este conflicto están presentes en la mayoría de las txosnas, algunas de ellas decoradas casi en su totalidad con referencias a la situación en Gaza.

El discurso feminista también tiene lugar en la juerga nocturna. Hay una franja horaria en la que los parlantes interrumpen momentáneamente la música para anunciar «el terremoto feminista» y luego continuan expandiendo el ritmo sonoro que alimenta a los cuerpos danzantes.

La multiplicidad de organizaciones presentes en las txosnas también ha captado mi atención. Las distintas colectividades territoriales, políticas y sociales conforman las piezas de un colorido puzle que hace eco de la diversidad cultural que compone la Villa. Cuando me refiero al rasgo político lo hago en el sentido más clásico del término: el espacio común de la polis, donde las personas conviven, se organizan y -por cierto-también celebran juntas.

Publicidad

Los eventos masivos en las sociedades contemporáneas suelen estar organizados por grandes productoras. La autogestión de los diferentes grupos que trabajan voluntariamente para levantar los puestos y mantener la llama del carnaval encendida resulta casi extemporánea, a contracorriente de los vientos que guían al mundo actual. Pueden existir diferencias respecto a esta estructura, pero es indudable lo distintivo de su configuración.

Si en la antigua Grecia las fiestas dionisíacas eran instancias que permitían la liberación comunitaria y la reflexión sobre la identidad de la polis, Bilbao por estos días se encuentra atravesando una verdadera catarsis.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad