Ya nos las prometíamos felices por aquella racha victoriosa pensando que la progresión del Alavés era evidente. Buenos resultados contra el Cádiz, Elche, Barça, Levante ... y Sevilla. Dos derrotas con buenas sensaciones pero sin suertecilla (Celta y Granada). Y ciertas dudas en el empate frente al Getafe. Pues no, la progresión lineal como se entiende en cualquier otra actividad, en el fútbol no existe. En esto, la progresión es trasversal, horizontal o global, como quieran entenderlo ustedes, donde el rendimiento depende de muchos vaivenes y altibajos, y que con el tiempo los aciertos se van imponiendo poco a poco a los errores.
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Por eso, la perfección en el fútbol no existe, la progresión es imposible detectar y las tendencias siempre son engañosas porque suelen ser más ilusiones o decepciones que otra cosa. Y si además estamos hablando de las características de equipos como nuestro Glorioso, donde para triunfar hay que perder y empatar más partidos que ganar, todavía con más razón. Y digo bien lo de triunfar, porque creo que si nos salvamos con este equipo, será un auténtico triunfo. Eso, a pesar de lo que diga el director deportivo Sergio Fernández, que en una entrevista con este mismo medio afirmaba que «tenemos mimbres y potencial para cumplir con el objetivo y, de hecho, esta misma plantilla ya ha pasado por fases de la competición donde ha demostrado que está sobradamente capacitada».
Yo le entiendo al bueno de Sergio. Está claro que es lo que tiene que decir, faltaría más, es su plantilla. Pero hay un atenuante que lo condiciona todo, el presupuesto o el tope salarial. Todos sabemos que la austeridad respecto al presupuesto del primer equipo es costumbre establecida por el dueño de la propiedad. Por lo tanto, responsabilidades, las justas, ya que con poco hacer mucho no es tarea fácil. Además hay que entender su discreción y cierta sumisión al presupuesto que dispone. Todos sabemos que tanto en este club como en cualquier otra empresa del mundo el peor crimen que puede cometer un miembro relevante no es ser un inepto, sino ser desleal.
Y ya mañana tenemos en el Estadio de la Cerámica la oportunidad de resarcirnos de lo de Vallecas. Aunque no sé yo si el Villarreal es el mejor rival para ello. Aunque parezca una incongruencia, me tranquiliza el saber que ganaron en su anterior encuentro en San Sebastián. Yo prefiero cogerlos mansos que escocidos. Todos sabemos que es un excelente equipo, con una filosofía de juego ya hace tiempo establecida, donde el buen trato al balón, la posesión en la elaboración, el buen gusto por el juego no se negocian desde infantiles hasta la primera plantilla. Y me atrevo a decir que hasta nos puede venir bien tener en frente a un muy buen equipo. Todos sabemos a qué juega, no hay dudas. Que no pase como con el engañoso Rayo Vallecano, que no genera miedo pero que muerde como una bestia. Espero que Calleja plantee un buen repliegue. Está claro que el balón va a ser de ellos. A partir de aquí, paciencia, basculaciones como los jugadores de un futbolín, esperar el fallo, robar y salir rápidos pero sin prisa. Importante, no regalar por precipitarse los pocos balones que dispongamos porque seguro que así surgirán oportunidades.
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