Urko, el vitoriano que se hizo futbolista mientras soñaba con jugar en Mendizorroza: «Volver es especial»
El centrocampista, que busca recuperar protagonismo en el Espanyol, regresa al templo albiazul tras alcanzar la madurez futbolística. «Me fijré en mi familia y amigos en la grada», admite
Cuando era niño, los padres de Urko González de Zárate (Vitoria, 2001) le regalaban pelotas de espuma porque no querían que rompiese las cosas del ... hogar. Pero daba igual, aun así lo conseguía. Tenía muchas. Tantas que quizá eso explique su capacidad y visión para construir el juego desde la sala de máquinas. Una habilidad que remató con los años -con 15 le fichó la Real Sociedad- y que llevó al Espanyol a pagar este verano cinco millones de euros para reforzar la medular. Ahora, con los 'pericos' regresa a casa para enfrentarse al Alavés. «Volver siempre es especial. Me reencuentro con la familia, amigos... Siempre se sientan en el mismo sitio, así que me fijaré».
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En su caso, la vuelta a casa adquiere un sentido doble. Desde niño arropó desde la General al Alavés en sus peores años, cuando transitaba por las tinieblas de Segunda B. Celebró la vuelta del equipo a la élite, pero tenía una espina: jugar en Mendizorroza. El año pasado se la quitó, aunque como 'villano' de la película por la victoria (0-1) del conjunto catalán. El domingo babazorros y pericos reescribirán el guion sin las exigencias clasificatorias del año pasado. «Cuando te estás jugando las habichuelas es más complicado, este año la situación es otra. Siempre diré lo mismo: ojalá lleguemos los dos equipos a los 42 puntos lo antes posibles», apunta a EL CORREO.
La conversación se produce tras el entrenamiento de recuperación. Los blanquiazules disputaron el jueves la Copa ante el Atlétic Lleida (1-2). «Fue un partido que nos costó. Hubo mucha disputa y el campo se hizo muy pesado. Pero la actitud del equipo fue buena para conseguir la victoria». Solventado el trámite, ya han fijado el foco en el Alavés. Buscan dar continuidad al buen arranque liguero. «Hemos empezado muy bien. Mantenemos la misma idea de la temporada pasada y así hemos conseguido sumar los 18 puntazos que llevamos. Pero mantenemos los pies en el suelo». Pese a no gozar del protagonismo del año pasado, puja fuerte por asaltar el once. «El nivel de la plantilla es muy alto».
El vitoriano no es ajeno al inicio de temporada de los albiazules. «Sabemos que este año el Alavés es un equipo muy competitivo, con muy buenos jugadores y que cuenta además con el factor de Mendizorroza». Uno de los aspectos en los que seguro incidirá el entrenador del Espanyol, Manolo González, es en el dominio del juego de los albiazules. Coudet cuenta con siete hombres en el centro del campo. Muchas cartas y de buen pie que le permiten tomar el control del partido. «Ves uno a uno y son muy buenos. Pero el entrenador nos dará las herramientas para neutralizarles».
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No será el único aspecto que deberán estudiar. El Alavés ha conseguido reconstruir la muralla defensiva, lo que le sitúa como equipo menos goleado de Primera. Unos registros que les lleva a pensar que «meterle gol va a ser difícil». Aunque en este inicio liguero esa efectividad no se replica en la otra área, donde a la tropa de Coudet le cuesta ver puerta. «Es fútbol. Puede ser que lleguen muchas y no hagan gol o que tengan dos ocasiones y marquen las dos».
Un olfato que mantiene Kike García. El delantero conquense anotó un doblete en Copa. «Es una gozada tenerle en el vestuario. Nos intenta dar siempre consejos a los más jóvenes», agradece. Una plantilla que no tardó en entender el apodo de 'obrero del gol'. «Tiene 35 años y parece un chaval, un 'veterano-joven'. Se conserva muy bien y pelea muchísimo» Precisamente con él ha hablado mucho del Alavés. «Sabe que soy vitoriano y me cuenta su experiencia en Vitoria. Hablamos mucho de fútbol».
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