El uno a uno del Alavés-Levante: Miguel, de lo poco salvable

Está en buena línea en los únicos partidos, coincidiendo con el bajón colectivo. Sobrio, sin lunares y seguro en los balones que le llegan al área. Poco pudo hacer en los goles y despachó con seriedad el resto del trabajo que tuvo.

Regresó al equipo y, formando pareja por primera vez con Laguardia, hizo esta vez de central izquierdo. Padeció el dinamismo de los atacantes visitantes y lo pagó con algún desajuste defensivo. Bastante mejor tras el descanso, ya en la parte derecha de la zaga.

Empezó el partido con un gran centro a Miguel, pero se fue desvaneciendo hasta acabar desconcentrado y relevado al descanso. Desajustado por la movilidad de las piezas ofensivas granotas, perdió el sitio en más de una ocasión y no pudo tapar las llegadas por su banda.

Mejor como central, en la segunda parte (oportuno corte a De Frutos en una contra), que como pivote, donde empezó el partido. Se nota que no es su demarcación natural, especialmente a la hora de mover el balón, y no da al equipo el equilibrio que le da Benavídez.

Una de las sorpresas de la alineación albiazul, después de haber permanecido inédito en las cuatro jornadas anteriores. Los dos goles del Levante nacieron en dos centros laterales por su banda. Demasiado cómodos.

Fue titular por primera vez en el campeonato liguero y su inicio fue serio, pero enseguida empezó a sufrir con la movilidad y velocidad de Bouldini, que le sacaba de sitio, y no estuvo fino en la marca del marroquí en el primer gol del Levante.

Superado por el notable centro del campo que puso Javi Calleja sobre el césped de Mendizorroza. Desaparecido en la superioridad granota en la primera parte, trató de poner algo de cordura al juego albiazul en la segunda, pero el duelo ya estaba muy cuesta arriba.

Hizo sus kilómetros, no se le puede reprochar nada desde el punto de vista de la actitud y del trabajo, pero le está faltando la claridad del primer tramo del campeonato. Lo intenta, pero no termina de conectar con sus compañeros de ataque como antes y el equipo lo nota.

Estancado. Otro partido sin aparecer el jugador desequilibrante que necesita el Alavés. Estuvo además despistado en el segundo gol granota, en el que no llegó a tiempo para tapar al lateral derecho Son. Apareció en el tramo final de un partido ya decidido, pero sin relevancia real.

Jugó solo una hora porque no estaba todavía en plenitud de facultades después de superar un esguince de tobillo y, pese a eso, fue de lo más potable de un Alavés plano y errático en ataque. En la primera parte su empuje fue la única herramienta ofensiva albiazul.

Fue la gran sorpresa del once de Luis García, que le ubicó en la banda derecha, pero no pudo aparecer el extremo valiente y decidido que lleva dentro, aunque tampoco dispuso de mucho balón. Sigue sufriendo en defensa, donde tiene tendencia a la dispersión.

De menos a más, aportó profundidad en el tramo final del partido, aunque le falta regularidad.

Tampoco pudo llevar el partido al un terreno que favoreciera al Alavés.

Hizo de extraño carrilero asimétrico con mucho terreno por delante.

Segundo partido tras la lesión. Aportó intensidad, pero terminó expulsado.

Lo intentó entre líneas, pero se quedó en una declaración de intenciones sin continuidad.

Era la primera titularidad liguera del capitán y no le salieron bien las cosas. Lento todavía, sufrió mucho con la movilidad de Bouldini y salió en la foto del primer gol granota. Lejos aún de su mejor versión después de

Protagonismo desde el banquillo en los últimos partidos. Salió tras el descanso y aportó cierta profundidad a la banda izquierda, donde, sobre todo en el tramo final, encontró a Luis Rioja para tratar de encontrar alguna