Taihi Hara desafía a los estereotipos
«Quiero aportar más cosas para el objetivo del ascenso», destaca el japonés, un ariete atípico que busca un hueco en el Alavés
«Taichi Hara es el mejor rematador que tenemos, tiene una definición espectacular, la mejor del equipo». La descripción que Luis García Plaza hizo el ... sábado del delantero japonés sorprendió a la afición alavesista. Sobre todo porque una semana antes el entrenador albiazul había antepuesto en la rotación ofensiva a Abdallahi, un centrocampista que terminó de ariete ante Las Palmas. «Cuando es un partido como aquel, donde no estamos tanto en el área y hay que correr mucho a presionar, le cuesta bastante», explicó el técnico madrileño.
Son los polos de un futbolista atípico en su país, por la envergadura, que en el Anxo Carro se presentó en sociedad en la Liga española con el gol que puso el 1-1 en el marcador. Atípico también. Falló el remate inicial con la zurda y la clavó después con la derecha. «El primer intento no salió y el segundo sí», esgrime el jugador como lógica explicación. Su primer tanto como albiazul. La temporada pasada firmó ocho en la Liga belga con el Sint-Truidense –cedido por el Alavés–; otros ocho con la camiseta del Istra en Croacia; tres en Japón con el FCTokyo, en cuyo filial, en la tercera división nipona, había destacado con 19 dianas, recién cumplidos los 20 años.
Luis García le definió como «el mejor rematador del equipo» tras el gol que marcó en Lugo
Virtudes
La historia de Taichi Hara (Hino, Japón; 5 de mayo de 1999) comienza en una de las ciudades que forma la prefectura de Tokio. Unos 172.000 habitantes, pero engullida por la gran metrópoli nipona. «Vitoria es una ciudad muy tranquila y es muy cómoda para vivir», dice ahora el delantero albiazul. «Es un ambiente muy bueno, me puedo concentrar en el fútbol y hay algunos japoneses, así que estoy a gusto», precisa. Allí, en Hino, da sus primeras patadas a un balón, de primaria a bachillerato, edad en la que «el fútbol tiene mucha fama y afición» en el país del sol naciente.
Entonces, con Robert Lewandowski como gran referente –casi nada–, no tenía los 192 centímetros que tiene ahora. Desarrollaría más tarde, en categoría juvenil, ya en la cantera del FCTokyo. Un notable cambio físico que le acarrearía muchos problemas con las lesiones, lo que llegaría incluso a cambiar su metodología de trabajo. Menos gimnasio para un delantero más liviano de lo habitual para su envergadura. Más veloz y más coordinado de lo que dibuja el estereotipo asociado a su talla.
«A pesar de su envergadura es ágil en espacios reducidos, se relaciona bien con el juego, tiene punta de velocidad difícil de ver en su altura y, sobre todo, esa capacidad para intuir el gol», desgranó el director deportivo albiazul, Sergio Fernández, el día de su presentación. «Tengo altura y el entrenador me pide que gane duelos aéreos. Pero no solo eso, también tengo agilidad y debo aprovecharla para generar más ocasiones», explica el propio Hara, al que la Liga española le exige ahora la fuerza que no le hacía falta en el fútbol japonés.
«Físicamente tiene que transformarse un poquito, le falta potencia», reconoce Luis García Plaza. Cada contexto futbolístico impone sus reglas. Una promesa nipona que aterriza en Europa de la mano del mítico Keisuke Honda –su hermano es el agente del albiazul–. Fue el exjugador del Milán el que le animó a buscarse un hueco en el Viejo Continente. Primera parada, Istra; ya bajo el manto del Deportivo Alavés. Ocho goles (dos en liga y seis en copa) y tres asistencias en Croacia le abren las puertas de Mendizorroza (un contrato de dos años más otros dos opcionales), donde, lógicamente, sobrevolaban las dudas sobre el nivel de cada competición.
«Comparado con Bélgica, los jugadores aquí tienen más calidad individual, hay mejor nivel técnico»
Cesión en el sint-truidense
Sin hueco en un equipo albiazul de Primera División, la alternativa es la cesión a la máxima categoría belga (Sint-Truidense). Otros ocho goles después, Taichi Hara llega a Vitoria para quedarse. «Comparando con Bélgica, los jugadores tienen más calidad individual, es muy alta. Técnicamente hay mejor nivel», reconoce el delantero japonés, que hasta la fecha ha jugado 40 minutos repartidos en dos partidos, ambos desde el banquillo. Aunque el gol que marcó en el Anxo Carro puede cambiar su panorama particular. Quiere más.
El castellano, «poco a poco»
«Yo tengo confianza en mí mismo para hacer más cosas aquí y quiero aportar para lograr el objetivo del Alavés, que es subir a Primera División», destaca. Y muestra una especial «ilusión por jugar en Mendizorroza». Aún no ha debutado ante la afición vitoriana –jugó en Ibiza y en Lugo–. «Me encanta el estadio, quiero golear y tener éxitos ahí», subraya el delantero japonés. Sin prisa, pero sin pausa. Como sus progresos con el castellano. «Poco a poco», dice.
«Estoy estudiando. Viviendo aquí, escuchar y pillar conversaciones lo estoy desarrollando bastante bien, los oídos se van acostumbrando al español. Hablar es más complicado, pero está en proceso», explica en la sala de prensa de Ibaia con la ayuda de una traductora. En el campo el lenguaje del balón es universal, pero la barrera idiomática siempre retrasa la adaptación. Apenas lleva dos meses y medio en el vestuario albiazul.
«Con los compañeros que puedo hablar inglés, lo hago en inglés. Otros me hablan en castellano y me viene bien para mejorar», indica Hara. En el terreno de juego, lo básico: «Dame, dame, toca... Pasa a la derecha, la izquierda, eso está bien... Cosas más complicadas ya no». Tiempo al tiempo, como los goles.
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