Girona 3-0 Alavés

Superados de principio a fin

Una configuración táctica versátil, que, a base de coberturas constantes, trataba de hacer frente al dinamismo infinito del conjunto de Míchel. Personificado en Miguel Gutiérrez, que partía desde la posición de lateral izquierdo pero se pasaba el partido en zonas interiores. Lo mismo terminaba una jugada al lado de Dovbyk que percutía como si fuera un extremo derecho. Y todo ello con una naturalidad que hizo inútil esa apuesta táctica inicial de Luis García. Que siguió más o menos igual –muchos minutos de línea de cinco– hasta que Sola entró por Gorosabel en la segunda mitad.

El Girona no está ahí por casualidad. Lo está porque juega muy bien. Con un planteamiento que desactivó las intenciones defensivas del Alavés. Piezas muy móviles sin una posición clara que son difíciles de vigilar. Miguel Gutiérrez es el mejor ejemplo, pero también Portu, Iván Martín, Aleix o incluso Eric García aparecen por zonas que a priori no corresponden a su ubicación inicial. Un juego muy rápido que mete al rival muy atrás, obligándole a defender muy cerca de su portería. Así crea peligro constante. Así llegó el embarullado primer gol de Dovbyk. Y el de Portu, tras una buena acción individual de Yan Couto por la derecha. Las bandas fueron puñales que se clavaban con saña en la zaga albiazul.

El Alavés había dado la cara en todos los partidos. Incluso contra el Athletic y el Atlético, que posiblemente habían sido los rivales más superiores al conjunto vitoriano. Hasta llegar a Montilivi, donde el conjunto vitoriano se vio claramente superado por el Girona. Desbordado por momentos. El duelo más desequilibrado de los albiazules en el presente campeonato. Tanto en números como en sensaciones. Después del 3-0, de hecho, los cambios de Luis García daban a entender que ya pensaba en el partido del jueves ante el Real Madrid.

Muchas miradas puestas en Samu Omorodion después del partido contra Las Palmas, cuando el ariete albiazul erró dos ocasiones claras y vio cómo le anulaban dos goles en las que sí enchufó. Los balones a los espacios al delantero melillense eran la principal arma ofensiva del Alavés, pero, como el equipo, tampoco estuvo especialmente afortunado en Montilivi, penalizado por algunos controles defectuosos. Apareció dos veces en la primera parte: en una carrera con David López se le fue largo el último toque y su remate de cabeza tras un centro de Ander Guevara salió flojo.

El resultado es el tercer partido consecutivo sin marcar del conjunto babazorro. Es la primera vez que pasa esta temporada, aunque los 305 minutos sin ver puerta –desde que lo hiciera precisamente Samu frente al Granada– no son la peor marca del curso. El equipo de Luis García estuvo 337 sin celebrar un tanto entre las jornadas 4 y 7. Desde el que se marcó el valencianista Cenk en Mendizorroza (m. 6) hasta el de Samu en Balaídos (m. 73), con dos encuentros en blanco en medio, en Vallecas (2-0) y en Mendizorroza contra el Athletic (0-2). Después de nueve desplazamientos ligueros, la escuadra vitoriana todavía no conoce el triunfo y ha sumado únicamente tres puntos de los 27 que se han puesto en juego.

El Deportivo Alavés ha visto reducido a tres su colchón de puntos respecto a los puestos de descenso, marcados por el Celta. Una renta que no era tan corta desde la jornada 11, cuando perdió en el Metropolitano frente al Atlético (2-1). Después llegó a tener hasta siete, en las jornadas 14 y 15, pero dos derrotas seguidas y la reacción del conjunto gallego han reducido la ventaja a una distancia de una jornada. Y el calendario que viene no es nada halagüeño. Empezando por la visita del Real Madrid a Mendizorroza, el jueves a las 21.30 horas. Después, dos salidas exigentes consecutivas, a los campos de la Real Sociedad (martes 2 de enero a las 19.15) y el Sevilla (viernes 12 a las 21.00) antes de recibir al Cádiz, un rival directo por la permanencia.