Rellenar un gran vacío
El previsible traspaso de Pacheco, que quedó fuera de la convocatoria en el primer amistoso, apunta a la apertura del debate en la portería después de siete campañas
Manu Fernández y Goitia. Estos son, por si no los recuerda, los porteros que se repartieron sin demasiada fortuna los minutos en la meta albiazul ... en el titubeante ejercicio 2014-2015 en Segunda División. Es decir, el último sin la presencia de Fernando Pacheco en la plantilla del Alavés. Una campaña antes (Liga 2013-2014) Goitia había llegado como fichaje de renombre para colocarse bajo los palos en Mendizorroza, pero fue Iván Crespo el que acabó como titular en aquel tramo final que concluyó con la agónica salvación en Jaén. Vamos, que hasta el advenimiento del cancerbero pacense y salvo excepciones, la época reciente del Alavés ha dado para debates constantes en la portería: una posición clave en cualquier equipo y categoría. La estabilidad en la meta (admitiendo los altibajos de Pacheco, sobre todo en los años más recientes) es una de esas cualidades que solo se valora interna y externamente en su justa medida cuando se carece de ella.
Ahora todo apunta a un próximo traspaso de Pacheco, que ni siquiera entró en la convocatoria del primer choque amistoso del pasado sábado ante el Burgos. Por lo tanto, a la obligación por parte del club y la dirección deportiva de rellenar un gran vacío. Paco Leal, Bonano y Fernando Pacheco fueron los porteros que defendieron la meta vitoriana en los tres últimos ascensos. En este momento y salvo que el club piense en añadir una pieza más al puzle de la portería si se produce la marcha del pacense, Sivera y Owono cubren esa delicada posición. La consolidación del primero, que renovó su contrato albiazul por un año la pasada semana, o la explosión deportiva del segundo serán necesarias si el equipo de Luis García Plaza aspira a colarse entre los mejores de la categoría. La sombra de Pacheco, en cualquier caso, será alargada hasta que algún guardameta se acerque a sus prestaciones.
La digestión del fútbol veraniego resulta complicada y hasta produce cierto ardor cuando llega en fases tan tempranas como el choque del último sábado en Medina de Pomar. Allí Sivera dejó escapar un balón que acabó en gol y Owono fue protagonista en los penaltis. Nada de eso resulta a priori importante, aunque todo vaya a la cuenta de resultados cuando se trata de una pretemporada con un nuevo técnico en el banquillo. Casi todo fue novedoso frente al Burgos. Un carril zurdo formado por Javi López y el emergente Abde, ese centro del campo inicial con Salva Sevilla y Carlos Benavídez, el dúo que posiblemente junto a Guiridi apunta a acumular minutos en el eje alavesista, el japonés Hara en ataque...
Arranca ahora la concentración estival a menos de cuatro semanas del inicio liguero y se sucederán los amistosos para que el nuevo Alavés pueda definir poco a poco su imagen. Hasta el momento, el preparador albiazul ha dejado claro que su deseo es jugar el mayor tiempo posible en campo contrario. También la necesidad de sumar contrataciones si el objetivo es cerrar una plantilla a la altura de las mejores de la categoría. El técnico albiazul deberá cargar además con las consecuencias de la frustración generada por la lamentable temporada anterior. Hay aficionados que reniegan por definición de la pretemporada, a lo que hay que sumar este verano seguidores que continúan prácticamente en estado de 'shock ' tras la pérdida de la categoría. O el equipo convence pronto a base de imagen y resultados o vaya usted a saber cómo evoluciona el desapego deportivo generado en las últimas campañas a base de torturar psicológicamente al espectador.
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