¡Cuidado con el Lugo! La angustia y la necesidad pueden elevar su rendimiento
El contraanálisis ·
Si hoy jugamos con la seriedad con la que se divierte un niño, seguro que nos irá mejor que con el rigor con que juegan los adultosDa para muchas reflexiones y más especulaciones eso de jugar contra el último clasificado, un Lugo en el que debuta su cuarto entrenador de la ... temporada, que además es un viejo conocido y paisano como Iñigo Vélez. Presiento que en el ambiente alavesista reina una sensación de seguridad, algo que en el fútbol es una auténtica temeridad. Temeridad o partido trampa porque la historia del fútbol está llena de auténticos tortazos tras haber vendido la piel del oso antes de cazarlo. Nada nuevo y muy lógico en el fútbol cuando eso le pasa a los demás. Eso sí, no damos crédito a lo ocurrido cuando nos toca a nosotros. Son las incongruencias del fútbol. Los mismos que la víspera no dudaban de la victoria, luego le reprochan al equipo su indolencia e ir por la vida pensando que el partido se ganaba a la pata coja. Claro que si el equipo va de humilde o temeroso y pierde, le reprochan su falta de ambición y le tachan de perdedor.
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Visto desde la otra cara de la moneda, desde el punto de vista de los gallegos, seguro que sus reflexiones al respecto estarán en las antípodas de las nuestras. Me imagino que habrán tenido la tentación de pensar eso de 'a entrenador nuevo, victoria segura'. O aquello de 'las rachas y dinámicas están para romperlas'. Por lo tanto, se agarrarán a esa lógica estadística que dice que, cuanto más tiempo dura una racha, más cerca está el momento de que se invierta.
Pero ojo, que podemos hacer la oración por pasiva. Yo no recuerdo ningún partido que hayamos perdido muy inmerecidamente. O sea, ese par de partidos que todos los equipos pierden a pesar de ser infinitamente superiores y por las circunstancias o desgracias del encuentro y del azar.
Siguiendo en lo que piensan por Lugo, seguro que pensarán que para qué vamos a tener miedo si no tenemos nada que perder. Seguro que querrán ir a por todas y que salga lo que Dios quiera. Y todos sabemos que cuando no hay nada que perder, cuando surgen la condición solidaria, la necesidad y la angustia aparece el talento colectivo forzado que aumenta exponencialmente el rendimiento del equipo. Entonces, surgen recursos que antes el miedo escondía. ¡Cuidado! La fuerza que genera evitar el infierno de un descenso es superior a lo que supone la gloria de un ascenso. Sobrevivir da más fuerza que vivir.
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Dudo que el Lugo confíe en eso de aprender de las derrotas. Si por tropiezos fuese, serían expertos en la materia. Sin embargo, esa recomendación pedagógica nos puede venir bien después de caer en Villarreal. Cuando las derrotas no son frustrantes o definitivas, sí ejercen un efecto pedagógico positivo.
Moraleja: Aunque parezca un contrasentido, recuerdo a Borges cuando decía: 'Escribo con la seriedad con la que se divierte un niño'. Diría que si hoy jugamos con esa misma seriedad infantil, seguro que nos irá mejor que con el rigor con que juegan los adultos.
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