Primer y necesario paso
El reconocimiento de errores y la continuidad de Sergio Fernández apuntan a que la directiva se atribuye casi todo el 'mérito' de la catastrófica temporada
Dicen los psicólogos que para afrontar un problema el primer y necesario paso es reconocerlo. El Alavés lo hizo en un comunicado la noche del ... descenso en el Ciutat de Valencia y ayer, a través de su presidente Alfonso Fernández de Trocóniz, ahondó en la tarea. «Asumimos nuestros errores, en ésta y en temporadas anteriores no se han hecho las cosas como se debía. Nos hemos equivocado». Una evidencia, dada la deriva futolística albiazul saldada con el descenso del equipo vitoriano a Segunda como colista, aunque también una poco usual asunción directa y cruda de responsabilidades. Por más que hubiera subido la marea en las últimas semanas con las protestas sonoras desde la grada y lo conveniente fuera un discurso sensato para calmar las aguas. Las de una afición que a medida que se bajan categorías, nadie lo olvide, sube en peso específico dentro de cualquier entidad deportiva. Cualquiera se engancha al club de su ciudad en Primera, menos lo hacen en Segunda y cuando se trata de las profundidades futbolísticas los irreductibles se ven normalmente rodeados de butacas vacías y cemento.
Habló Fernández de Trocóniz de responsabilidades «compartidas» dentro de la estructura del club. Sin duda, solo un conglomerado de despropósitos pueden deparar una temporada donde el Alavés ni siquiera ha sido capaz de pelear hasta el final por la salvación. No obstante, la continuidad de Sergio Fernández como director deportivo deja aún más claro que la directiva se atribuye casi todo el 'mérito' de lo ocurrido. Desde que Josean Querejeta lidera el proyecto albiazul solo existe un precedente, el primero, de una catástrofe deportiva de esta magnitud. En otro contexto, el de la Segunda División B, con una escuadra albiazul que en mayo de 2012 acabó el ejercicio sin siquiera entrar en los puestos de play off tras aquel partido final en Torrelavega. La consecuencia fue la salida de Carlos Granero y Dani Barroso, técnico y director deportivo respectivamente, y el inicio de una etapa completamente distinta en el área deportiva. Ahora, todo apunta a que los dirigentes interpretan que en ese descuido de lo «inmediato» no han ofrecido recursos suficientes a un Sergio Fernández al que ven capaz de seguir liderando su parcela. Posiblemente, porque el balance económico-deportivo de su paso por el Alavés, convence.
El dúo Luis García Plaza-Sergio Fernández debe armar el nuevo Alavés y, la verdad, se antoja una tarea titánica para este verano. El Alavés ha firmado a un entrenador con experiencia. Nada garantiza, menos aún en este club de puertas giratorias ante la mínima adversidad, pero resultaba obligado. Evitar experimentos y sentar en el banquillo a un técnico contrastado. A partir de ahí, no estaría de más moderar el discurso. Es evidente que el objetivo alavesista será regresar por la vía rápida a Primera y que las ayudas que se conceden a los clubes descendidos le colocan en una situación económica mejor que la de muchos de sus adversarios. Pero también que iniciará la temporada en unos meses y, si no hay sorpresas, lo hará con un equipo que prácticamente arrancará de cero. Para afrontar una categoría llena de pirañas que huelen la sangre.
Fernández de Trocóniz dejó también claro ayer que no habrá «cambio de modelo» en el club tras el descenso, en referencia a las inversiones en el extranjero (Istra), la política de cantera, la inmersión en proyectos ajenos a lo deportivo... Solo desde la ingenuidad se podía pensar que el grupo iba a modificar una estrategia desplegada y amplificada durante la última década. Aunque claro, solo desde la ingenuidad se puede esperar que la afición alavesista sea condescendiente en los próximos meses con el rendimiento deportivo de su equipo después de sufrir dos años y medio de penurias.
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