Una portería en permanente trasiego

A mediados de agosto, con el particular mercado recién arrancado, el Alavés tiene dos porteros con ficha del primer equipo. Además del meta extremeño, que terminó lesionado un curso irregular pero que aspira de nuevo a hacerse con una indiscutible titularidad, Pablo Machín podrá contar con Antonio Sivera. El joven valenciano ha regresado a Vitoria tras el frustrado ascenso del Almería a la Liga. El conjunto andaluz, donde militaba cedido desde enero, cayó en las semifinales del play off ante el Girona. Por lo tanto, no ejecutará la cláusula que le obligaba a fichar a Sivera en caso de ascenso.

El valenciano, todavía joven a sus 24 años, está en una situación complicada. Su préstamo, una opción propicia para que ganase recorrido en el fútbol profesional vistas las escasas oportunidades recibidas en el primer equipo, ha resultado ser una fórmula de limitado efecto. Apenas ha disputado seis encuentros y sólo ha tenido continuidad en el tramo final, play off incluido. 511 minutos en total que no distan demasiado de los 360 que tuvo en el Alavés hasta su marcha en enero.

Sivera, que acaba de arrancar sus vacaciones, afronta su cuarto curso en Vitoria. Todavía mantiene la vitola de prometedor -hace apenas un año se proclamó campeón de Europa sub-21 con la selección española-, pero sus actuaciones y falta de continuidad le han privado de demostrar sus virtudes de forma sostenida en Primera. A partir de ahí, su cartel es limitado, lo que le empujaría a permanecer otro año más en Vitoria a la sombra de Pacheco.

La situación cambiaría de raíz si llegase una opción de salida para Pacheco, de 28 años. Con contrato hasta 2023, el Alavés no tiene urgencia por vender. Menos aún en un mercado tan particular como éste, donde los clubes tienen menos predisposición a esos movimientos. Así lo deslizó la pasada semana el director deportivo albiazul, Sergio Fernández. «Tenemos una postura más defensiva de la que hemos tenido durante otras épocas. Nuestra voluntad es que no salgan, hacer el mejor equipo. Pero una cosa son las oportunidades que presente el mercado y otra las necesidades que tenemos», avanzó.

Una buena oferta -que, de paso, daría algo más de margen al Alavés para moverse en un mercado todavía más encorsetado que de costumbre- cambiaría el escenario para Sivera. Ahí no tendría más competencia que los canteranos Aritz Castro y Jesús Owono, que están realizando la pretemporada con el primer equipo pero que cuentan con nulo recorrido en el fútbol profesional.

Si eso sucediese -o si el elegido para abandonar Vitoria fuese el propio Sivera- el Alavés ya tiene un nombre apuntado en su libreta. Roberto Jiménez llegó el pasado invierno al club precisamente para paliar la baja del valenciano, pero se hizo fuerte tras el parón hasta convertirse en el gran nombre del club en el accidentado final de temporada.

Pero llegó como cedido, por lo que volvió al West Ham, donde tiene contrato. El Alavés, en cualquier caso, ya ha mostrado en repetidas ocasiones su deseo por que vuelva. «Si se diera la oportunidad de volver a contar con él lo haríamos encantados», explicó Fernández. Del rompecabezas que también afecta a la portería albiazul dependerá la identidad de sus dos inquilinos.