Los jugadores albiazules celebran el tanto del empate, firmado de manera brillante por Miguel. Prensa2

Ponferradina 1-0 Alavés

La mala racha engulle al Alavés

Una concesión a balón parado condena a los albiazules, que desperdician después muy buenas ocasiones y ven cómo el sueño del ascenso directo sigue alejándose

Sábado, 18 de marzo 2023

Para dejar atrás un remolino es necesario bracear con fuerza y, en ocasiones, ni así sir ve para que la cabeza salga del agua. Es ... la sensación que rodea en estas dos últimas semanas a un Alavés que ayer encadenó su cuarto duelo sin ganar ni marcar. Cuando los resultados le dejaban la opción de colocarse a un punto del ascenso directo, volvió a fallar y cayó en El Toralín. Dos puntos de doce en el último mes de competición. El bache vuelve a ser socavón y el sueño del ascenso directo sigue alejándose. Tras un duelo áspero y de nervios que primero caminaba hacia un empate sin goles y tras el tanto local se abrió en canal. Ahí desperdició el cuadro vitoriano ocasiones muy claras para marcar, aunque también Sivera, como su homólogo Amir, protagonizaron ese tramo con intervenciones de mucho mérito.

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Para definir el estado albiazul en esta fase del campeonato baste el ejemplo de ayer. Después de 32 jornadas el Alavés encajó el primer tanto en un lanzamiento de córner. Tarde o temprano debía llegar y lo hizo en plena mala racha que le engulle tras un descuido de Moya en el marcaje de Vallejo. Tampoco ayudan decisiones arbitrales como el posible penalti sobre Villalibre que el colegiado convirtió en increíble tarjeta amarilla para el delantero alavesista. Ni, por supuesto, esa desviación en la mira telescópica que convierte en inservibles incluso los remates más claros. Como ese balón que Espiau sacó de forma inverosímil a Moya, el que Amir desvió a Miguel en el primer palo o el que el portero local detuvo a Abqar sobre la misma raya de gol. Ya se sabe que no hay tregua cuando se acumulaban batallas perdidas. Ni cuando el reloj marca ya seis horas de abstinencia goleadora sobre el césped. Una de esas marcas que se comenta por sí sola. Tras 16 goles en cinco partidos ninguno en los cuatro siguientes duelos. Materia para la reflexión aunque también para pensar en fenómenos sobrenaturales.

Ponferradina

Amir; Adot, Chakla, Amo, Castellano; Medina, Nwakali (Diéguez, m. 82), Naim (Pascanu, m. 88), Ojeda (Vallejo, m. 60); Espiau (Yuri, m. 82) y Lacerda (Naranjo, m. 82).

1

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0

Alavés

Sivera; Tenaglia (Róber, m. 78), Abqar, Sedlar (Javi López, m. 78), Duarte; Blanco (Guridi, m. 70), Moya, Alkain (Jason, m. 70), Rioja; Miguel (Sylla, m. 70) y Villalibre.

  • Incidencias: 5.675 espectadores.

  • Árbitro: Sánchez López.

El duelo había amanecido con otra vuelta de tuerca en la alineación albiazul. Sin modificaciones en una defensa que parece ya intocable si no hay lesiones, pero con la entrada de Blanco y Moya en la sala de máquinas como relevo de Benavídez y Salva Sevilla. A ello se unió el regreso a la titularidad de Miguel para formar junto a Villalibre el inédito dúo en punta. El preparador alavesista apostaba así por un 4-4-2 y dejaba en segundo plano a Guridi y Róber, los habituales mediapuntas durante toda la temporada. Así que la primera parte respondió con fidelidad al guion de la categoría. Esa sensación de equipos que más que acertar se esfuerzan en no equivocarse.

Reacción sin gol

Sobre todo cuando la escuadra local llegaba al choque en el límite y los alavesistas exigidos también después de sus tropiezos. Ese constante tanteo que rara vez permite alegrías y genera encuentros donde pisar el área se antoja casi prohibido. Ni la Ponferradina, con más balón, lograba hilvanar juego ante un Alavés ordenado e intenso, ni los vitorianos hallaban la recuperación en campo contrario o el contragolpe letal. Más cerca de inquietar la escuadra del Toralín en el tramo inicial y más incisivo el cuadro albiazul posteriormente. Un gol lo cambia todo en el fútbol y solo así se explica que esa especia de peloteo inocuo durante muchos minutos acabase en frenético intercambio de llegadas y oportunidades muy claras.

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Un duelo de ida y vuelta en el desempeño futbolístico de ambos equipos. Arriba y abajo en un partido sin dueño claro. Cerca del gol el Alavés en el inicio de la segunda mitad, con un Duarte muy incisivo y un equipo más decidido a tomar el mando. Un cuadro alavesista menguante poco después ante un rival que veía cómo las brasas del descenso le quemaban los pies. Ese calorcillo que convierte en tigres a los gatos. Excesiva contemporización también desde el banquillo albiazul en esos momentos delicados. Nada tuvo que ver el gol con ello -un simple error de marcaje- pero la realidad fue que el Alavés veía reducidas sus opciones ante un adversario creciente. Ya con el 1-0 entraron Sylla, Jason y Guridi. El Alavés se activó de forma inmediata ante un oponente que temblaba para sostener su botín. Incluso bajo un asedio lo consiguió, aunque también pudo llegar en 2-0 en uno de esos finales tan divertidos para el espectador neutral como tóxicos para el aficionado de cualquiera de los equipos. No hay duda de que pese al nuevo contratiempo la escuadra albiazul sigue viva y con todas las opciones. Tampoco de que solo encadenar victorias a corto plazo impedirá que el 'play off' sea el único objetivo.

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