Tengo que repetirme con el título de uno de mis Contraanálisis de hace un par de temporadas en una situación parecida a la que estamos ... viviendo en este final de mercado. Aunque por titulares que no quede. Se me ocurren algunos. Por ejemplo: 'Esto es lo que hay', mostrando cierta resignación. O refiriéndose a lo colectivo y con muchas dudas al respecto con aquello de eso de: 'Este melón está por abrir'. O refiriéndose individualmente a la plantilla podríamos titular: 'Tenemos un buen entrenador y varios melones por abrir'. O eso de: 'Por fin ya son todos los que están, pero no están todos los que tendrían que ser'. Y relacionado con el club, podríamos titular: 'No esperaba nada y aún y todo me has decepcionado'. O ese titular que de por sí ya indica mucho de la confección de la plantilla: 'Probablemente la plantilla menos profesional de Segunda'. Por supuesto, no por su dedicación y rigor, sino por el número de fichas profesionales inscritas en el primer equipo. Aunque alguno amablemente, para quitar hierro al asunto y desviar el punto de vista lo podría titular: 'Éxito de la academia', por lo que respecta a los numerosos jugadores del segundo equipo que contribuyen o son ya fijos en el primero. O refiriéndose al final del mercado lo titularía: 'Un despropósito' o 'La sinrazón en su máxima expresión'. Y si vemos las últimas horas o minutos antes del cierre el título sería: 'Un esperpento' o 'Una locura'.
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Una vez finiquitado este despropósito, se han confirmado las sospechas que merodeaban en el ambiente alavesista. Al menos yo, e independientemente lo que digan en el club, el entrenador o los aficionados, una vez cerrada la plantilla estoy en disposición de asegurar que somos uno más de la docena de candidatos al ascenso; pero, por supuesto, no somos uno de los tres o cuatro favoritos. Para mí, Levante, Granada y Eibar sí lo son. Ojalá allá por mayo me tenga que comer estas palabras porque estamos ahí. Como esto es fútbol, no hay nada escrito que asegure algo. Por lo tanto, siempre podemos ilusionarnos con precedentes anteriores en los que, cuando menos esperábamos algo del equipo, es cuando nos ha sorprendido gratamente con ascensos o finales de copas.
Pero eso es historia e ilusión, la realidad y la actualidad indican que, de momento, somos lo que somos por culpa del inexplicable y a la vez muy recurrente tope salarial. Lo de recurrente lo digo porque, junto con la pandemia, es el club el que recurre a él para justificar los no fichajes, las no renovaciones o las no inversiones futbolísticas. De todas formas, dado el oscurantismo que practica el club, el personal no las tiene todas consigo. Eso es algo que hace que se genere en el ambiente alavesista una sensación de desconfianza, suspicacias, sospechas o incluso alguna conspiración que no ayudan para nada a la credibilidad de la entidad, de la junta ni del dueño de la propiedad. En fin, en el pecado va la penitencia.
Y qué mejor que poder empezar despejando dudas, sospechas y tapando bocas que ganando hoy en Mendi a un rival directísimo como Las Palmas. Al menos, es lo que deberíamos hacer si queremos confirmar nuestra condición de candidatos al ascenso.
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