Sin pedrea ante el líder
Al principio sin nada que perder pero al final sin nada que ganar, porque en el Bernabéu prevaleció la pegada del Real Madrid ante un ... Alavés que, al menos, mostró claras trazas de equipo competitivo. Y eso que el conjunto local suele regalar las primeras partes para luego ponerse las pilas en las segundas. De esta forma, ambos equipos empezaron la contienda con sus onces de gala, uno para no comprometer su liderazgo y el otro para acercarse a la permanencia.
Porque el central albiazul Miazga relevó al sancionado Laguardia, mientras que al madridista Kroos no le hizo falta saltar del banquillo. Y pese a la posesión local del balón, se desarrolló una primera parte igualada en ocasiones de gol, con el local Valverde intentándolo, pero también con las opciones de gol visitantes protagonizadas por Jason y Rioja. Fue tras la continuación cuando el Real Madrid apretó el acelerador para hacer sufrir al Alavés, que reforzó la medular con Pere Pons. Apenas segundos después de saltar al terreno de juego, el catalán tuvo la clave en sus botas, perdonando la ocasión más clara de gol que tuvo la escuadra vitoriana en toda la noche. Acto seguido, la demoledora pegada madridista se dejó ver. Asensio lanzó un misil desde lejos para inaugurar el marcador.
Llegó entonces el turno para jugadores más refrescantes como Edgar y Manu Vallejo. Pero volvió a relucir la calidad sobre el campo y, en un jugadón de Benzema, Vinicius clavó la puntilla al Alavés. Más cambios con Moya y el recuperado para la causa Navarro, pero el astro francés consumó la goleada final.
La derrota fue en la forma, que no en la imagen de una plantilla con margen de maniobra todavía por delante. Es verdad que ya el Cádiz se pone por delante en la tabla dado nuestro negativo coeficiente de goles, aunque todavía tendrá que pasar por Mendizorroza. Ahora, mismo, el objetivo de la permanencia lo tenemos a cuatro puntos, con un Granada que nos visitará a primeros de marzo en una auténtica final. Como las dos anteriores, donde el Alavés debe sacar su mejor versión. Primero, en otra visita a un Getafe al cual se le debe involucrar en en la pelea por la salvación. Después, cuando venga un Sevilla que no quiere perder comba por la Liga. Queda claro que el objetivo, aunque difícil, es alcanzable y que el camino se está moldeando con la versión más competitiva de los futbolistas. Parece que el técnico alavesista Mendilibar ya se acerca a ese bloque que quiere y sólo queda que la ilusión se materialice cuanto antes en más puntos, tan necesarios como el comer.
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