«Ojalá pueda seguir muchos años en el Alavés y que mi hija crezca en Vitoria»

– Como capitán, ¿se escucha la voz de Tenaglia en el vestuario del Alavés?

– Somos un grupo muy unido, tranquilo y vamos todos para el mismo lado. A mí me gusta hablar dentro de la cancha, tratanto de ayudar a mis compañeros. Además, como defensa, veo las cosas desde atrás y puedo comunicarme mejor.

– Usted es lateral de base pero ha actuado mucho de central. ¿Cuál es la posición en la que se encuentra más cómodo?

– Uno siempre quiere estar entre los once o en el lugar que le toque. Ahora lo he hecho de central zurdo porque el equipo me necesitaba ahí. Hice toda la pretemporada en esa posición. Sólo jugué un 'ratito' de lateral. Lo haré donde el míster me necesite. Siempre voy a estar para ayudar.

– Su polivalencia cubre huecos en un verano en el que tanto Sergio Fernández como Luis García han hecho hincapié en la necesidad de fichar a un central. ¿Cree que les falta alguna pieza atrás?

– Ahora estamos nosotros y tenemos que adecuarnos a lo que nos pida el entrenador. En mi caso, si necesita que juegue de central, jugaré de central. Si es de lateral, de lateral. Todavía quedan unos días de mercado, así que deben estar trabajando en ello. Nosotros nos tenemos que enfocar en entrenar y en jugar.

– Encima usted tiene vocación ofensiva, ya que arrancó su carrera de delantero...

– Jugando de lateral puedo estar más cerca del gol. Me gusta mucho llegar al segundo palo. En Segunda pude convertir más que el pasado curso, en el que únicamente hice un gol. Trataré de hacer alguno más este año.

– La temporada pasada, sin embargo, no fue sencilla para usted ya que ejerció de suplente de Gorosabel y le tocó salir desde el banquillo en varios partidos. ¿Cómo lo vivió?

– Fue de aprendizaje puro. Gorosabel hizo una campaña muy buena y a mí me tocó entrar en algunos choques de suplente. Después, terminé jugando. Gorasabel es un futbolista muy inteligente. Sabía moverse, dónde colocarse y yo tuve que mirar y aprender. Ojalá que este año me toque jugar más. Trabajaré para ello y, cuando juegue, pondré en práctica lo que vi el año pasado.

– Además, este curso comparte lateral derecho con un recién llegado como Novoa...

– Sí. Hugo es un jugador muy dinámico y siempre es bonito tener esa clase de competencia. Sabes que no puedes estar tranquilo y tienes que entrenar para que el problema lo tenga el míster de ver a quién va a poner. Es una competencia muy sana.

– En el Alavés 2024-25, el clan argentino sigue siendo fuerte. ¿Cómo es su relación?

– Muy buena. Siempre es importante tener a gente del país o del país vecino como Carlos (Benavídez Protesoni). Nos llevamos muy bien desde el primer día. Y tenemos la suerte de que el mate nos une. Lo tomamos antes de los entrenamientos. Al estar lejos de la familia nos aferramos a ellos, a la familia que hacemos aquí en el club.

– Un compatriota suyo, Tomás Conechny, hablaba en una entrevista en EL CORREO sobre la presión que sienten los jóvenes argentinos por llegar a la elite y cómo a él le afectó. Usted también experimentó algo similar cuando fue rechazado por Boca Juniors. ¿Hay demasiada prisa en Argentina?

– Creo que en todos lados hay muchos chicos que quieren llegar a Primera. Es un camino muy largo y difícil. En mi caso me tocó quedarme sin equipo y fue un golpe duro. Pero ahí aparecieron la familia y los amigos. Volví a mi ciudad y me aferré a ellos. Después, tuve la suerte de regresar a Buenos Aires y ahí pude hacer de nuevo mi camino. Empecé a jugar en Primera y gracias a ellos estoy ahora aquí.

– Se prima lo físico cuando lo psicológico es también clave...

– Para jugar al fútbol necesitas tener la cabeza tranquila y limpia. Nosotros, por suerte, contamos con Emilio (psicólogo del cuerpo técnico). Es un gran profesional y está en el día a día con nosotros hablando, aconsejándonos. Siempre tenemos charlas con él. Cada jugador es distinto y, en nuestro caso, tener a una persona como Emilio para hablar y comentar los problemas que uno tiene fuera del fútbol es muy importante.

– Usted abandonó Argentina con 26 años. ¿Le costó dar el salto a Europa?

– Creo que no. Cada paso fue importante en mi carrera. En Argentina jugaba en un club de ascenso —Atlanta—. Pasé a un equipo de Primera —Talleres– y tuve que adaptarme. Estuve cuatro años que fueron muy lindos, importantes, y eso me abrió el paso para venir a Europa. Después, cuando llegué al Alavés, nos tocó el golpe de bajar.

– ¿Cómo les afectó el descenso?

– Fue muy duro porque venía con unas expectativas y a los seis meses todo cambió. Pero en Segunda jugué mucho y me sirvió para adaptarme. Ascendimos con un grupo maravilloso, que merecía ese logro. El año pasado terminamos décimos con otro vestuario extraordinario. Ojalá este año se pueda 'armar' otro gran equipo. Estoy contento de todos los pasos que di hasta aquí.

– El VAR entró en Balaídos en dos jugadas, aunque la más controvertida fue la tarjeta roja a Aspas transformada en amarilla. ¿Sorprendió esa decisión?

– En el momento, sí. Yo estaba cerca de Antonio Blanco y vi la acción. Y después lo que dijo el árbitro que se apoyó no fue así. Lo llamaron del VAR, fue y tomó esa la decisión. De un momento para el otro se pasó de una agresión a una amarilla. Creo que era expulsión, pero ya pasó. Así es el VAR. Hay veces que interfiere a tu favor, otras que no y hay que adaptarse también a ello.

– Y están avisados que deben tener cuidado con los agarrones...

– Sí. Tuvimos una charla con los árbitros que vinieron y nos dijeron que iban a mirar más estas acciones. Nosotros los defensas tenemos que tener un poco más de cuidado.

– Ahora toca el Betis. ¿Tenían ya ganas de volver a pisar Mendizorroza?

– Es muy bonito jugar en 'Mendi' con la camiseta del Alavés. La gente nos ayuda mucho. En los momentos en los que el otro equipo nos está atacando nos da ese plus que necesitamos con su aliento. Nosotros sabemos aferrarnos a ellos y ellos, a nosotros. Se ha hecho una dinámica muy linda.

– Usted, además, es un vitoriano más. Le vimos, incluso, en el Chupinazo de La Blanca. ¿Está ya asentado?

– Sí. Es una ciudad que me encanta a mí y a Delfi, mi mujer. Tuvimos la suerte de que nuestra hija Alba nació aquí. Cada vez que hay una fiesta tratamos de llevarla. Es muy 'chiquita' pero lo hacemos para que se vaya adaptando a las cosas de la tierra donde nació. Que vaya aprendiendo y que crezca con esa cultura que le va a hacer muy bien. Ojalá podamos seguir muchos años en el Alavés, viviendo aquí y que mi hija crezca en una ciudad como Vitoria.