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Con Mendizorroza sumido en las luces, la música y los fuegos artificiales, Eduardo Coudet puso en valor la fortaleza mostrada por sus futbolistas para lograr la permanencia. «Siempre sostuvimos la forma y la idea, que es difícil cuando hay tensión. Lo hicimos desde el convencimiento y el trabajo. Ninguno dudó de que íbamos a terminar bien», reflexionó tras empatar (1-1) con Osasuna un entrenador que exprimió su pizarra hasta dibujar la salvación. Mientras la directiva, encabezada por Josean Querejeta, y la secretaría técnica, liderada por Sergio Fernández, respaldaban su labor en los peores momentos, el Chacho superó varias pruebas hasta dar con la fórmula ganadora. El decimoquinto puesto y la permanencia lograda con sufrimiento, pero una jornada antes del final, fue el epílogo a seis meses en los que Coudet no logró el respaldo unánime de la grada, que le generó cierta «indiferencia» en el arranque.
Los pitos y los cánticos a favor de Luis García no fueron en paralelo con la convicción que la directiva y el vestuario tienen hacia el Chacho. «Es importante reivindicarlo. Todos estábamos muy agradecidos a Luis y a su gente, pero cuando llegó Coudet hubo un runrún que no le hizo justicia. Ha sido un profesional y lo que ha querido desde el primer momento ha sido ayudarnos», apuntó Guevara, clave en resurgir albiazul.
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El Alavés amarró la salvación tras sumar 11 de los últimos 18 puntos. Los «merecimientos» tuvieron premio y lo que «el fútbol» les «quitó desde la injusticia», según repitió el Chacho, se lo devolvió en el momento justo gracias a su fortaleza defensiva. Las cuatro porterías a cero y los dos goles encajados en las últimas seis jornadas cimentaron su permanencia. «Hicimos una segunda vuelta de 25 puntos y estoy muy agradecido a todos por este cierre de temporada», destacó Coudet. «Sé que hubo un entrenador, muy querido, que si miras los números los hemos igualado en porcentaje de puntos en esta segunda vuelta. Hemos mejorado en todos los 'items' físicos, técnicos... a un bloque que dije que estaba bien trabajado cuando llegué», reivindicó el argentino. Los 28 puntos en 23 partidos sumados por el Chacho arrojan una media de 1,2 por encuentro. El curso pasado, en el que el Alavés acabó décimo con 46, la media fue calcada (1,2). Con 42 unidades, apenas se han quedado a cuatro cuerpos de ellos.
Además, la «deuda» que tuvo con Mendizorroza y que comenzó a saldar al ganar (1-0) al Villarreal se esfumó en el desenlace, al doblegar a Real Sociedad y Valencia (1-0) y frenar a Atlético (0-0) y Osasuna (1-1). Una mejoría complementada con su buen nivel fuera, donde lograron 15 de sus 18 puntos a domicilio bajo sus órdenes. Aspectos positivos de un equipo al que el Chacho sacó de la negatividad en la que se sumió en febrero tras caer ante Espanyol y Getafe (0-1) en casa.
Coudet, con su cercanía y franqueza, unió a la plantilla, la rearmó primero en lo anímico y después en lo futbolístico. La situación era compleja. Las victorias tardaron en llegar con regularidad y los errores individuales en defensa les llevaron a acumular demasiados puntos perdidos en el tiempo añadido. El descenso se convirtió en el hábitat del Alavés. Sin embargo, el entrenador pidió «sostener» lo bueno de un equipo que competía pero no ganaba. Demandó un «clic» que tardó en llegar. Y, por el camino, probó a todos sus jugadores y utilizó diferentes sistemas hasta que encontró el adecuado. El definitivo.
El Chacho apostó al inicio por un Alavés que fuera «protagonista en todos los partidos, imponiéndonos desde la posesión y la presión». Un plan difícil de asimilar para el organismo albiazul, más acostumbrado al fútbol directo. Desde el principio, su Alavés redujo las ocasiones rivales y se convirtió en un bloque reconocible y competitivo. Siempre estaban en los partidos pero les faltaba un último paso para llevárselos. «Los números son buenísimos pero no dan puntos», dijo resignado.
A pesar de sólo lograr dos victorias en sus primeros 14 choques ligueros, todos estaban convencidos del camino emprendido. «No se puede discutir el trabajo de Coudet. Los rendimientos colectivos e individuales han experimentado una mejoría notable desde su llegada y el equipo nos da tranquilidad», afirmó Sergio Fernández. Mientras, el Chacho pulió su idea y la moduló hacia un fútbol más pragmático.
1,2 Puntos por partido de media
Ha logrado el Alavés de Coudet, los mismos que el curso pasado el conjunto de Luis García
25 Puntos
En la segunda vuelta del Alavés y 11 en las últimas seis jornadas ligueras
En esa metamorfosis, algunos jugadores claves en el arranque –Jordán, Diarra, Carlos Martín, Abqar...– dejaron paso, por lesiones o decisiones técnicas, a otros como Garcés, Guevara o Guridi. Además, sacó la mejor versión de Mouriño y Manu. La de Kike García ya había emergido desde su llegada, al marcar con él 10 de sus 13 goles ligueros. Y así logró el Chacho, cuyo futuro sigue abierto y se definirá esta semana, despejar la ecuación de la salvación. «He estado a la altura de un equipo que venía de hacer una gran campaña. Los números no mienten», sentenció un Coudet que diseñó un bloque fiable y reconocible que cumplió con su objetivo.
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