El nuevo rumbo de Adrián Marín
El lateral zurdo tiene,con la lesión de Duarte, la oportunidad de consolidarse en el carril tras dos años sin apenas continuidad
El nuevo fútbol ha deparado protagonistas inesperados. Con partidos cada tres días que llegan después de meses de casi completa inactividad, los entrenadores se han ... encontrado con la obligación de exprimir al máximo el potencial de sus plantillas. Ahí aparece ese grupo de futbolistas que habían vivido en un plano muy secundario pero que ahora recuperan su peso en las alineaciones.
Adrián Marín (Torre-Pacheco, Murcia, 1997) es uno de esos nombres en el caso del Deportivo Alavés. Nunca es fácil ser el lateral suplente de un equipo, pero todavía menos cuando el titular es poco menos que indiscutible. Así lo ha sido Rubén Duarte casi desde el momento en el que aterrizó en Vitoria. El carril zurdo de la zaga ha tenido grabado su nombre y, fruto de su constante rendimiento, para el resto han quedado apenas unas migajas.
Aunque, ahora, la lesión del almeriense confirma un giro de una situación que ya se había matizado en los últimos encuentros. Duarte tiene roto el meñique de su pie izquierdo y, aunque el club habló de que se valoraría su evolución día a día, se antoja imposible que esa fractura pueda soldar y le permita competir en menos de dos semanas. Salvo sorpresa mayúscula, no jugará ninguno de los cuatro partidos que quedan esta temporada.
Por la configuración de la plantilla, su relevo natural es Adrián Marín. El murciano llegó a Vitoria hace dos años para reforzar al propio Duarte tras las bajas de Alfonso Pedraza y el casi inédito Héctor Hernández, pero apenas ha tenido continuidad. Disputó siete encuentros la temporada pasada -sólo tres de ellos como titular- y este año, antes del parón, sólo había jugado cinco. Poco más de 400 minutos, hasta el punto de que se había convertido en un descarte habitual.
Baza ofensiva
La opción de que jugasen a la vez dos laterales diestros -Ximo y Martín- con uno reconvertido, parecía tener, al menos, la misma fuerza dentro de los esquemas de Garitano. Sin embargo, el parón ha dado un nuevo impulso a Marín. Ha jugado los últimos cuatro partidos -uno de ellos como titular- y ha recuperado presencia en los onces albiazules.
Su vuelta, primero, ha permitido descansar a Duarte. Así fue en el Wanda Metropolitano. Pero esa continuidad también ha reforzado las credenciales de Marín. Contra el Valladolid saltó al campo sin apenas calentar, pero fue, en la segunda mitad, una de las mayores bazas ofensivas del equipo. El murciano es un futbolista diferente a Duarte, con mayor presencia ofensiva. Ese talento -siempre y cuando no afecte a la seguridad de la parcela defensiva- puede permitir al Alavés sumar efectivos en ataque. La velocidad de las bandas fue, en su presentación, una de las bazas que esgrimió Muñiz.
Marín ya no está a la sombra de nadie. O no lo estará, al menos, en las últimas cuatro jornadas de Liga, donde el equipo se juega su futuro en la élite. Decisión del técnico será ahora apostar por el renacido lateral, por la juventud de Javi López o por recolocar en la izquierda a un lateral derecho.
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