Un nuevo álbum
Moya, Miguel y Javi López encarnan las imágenes principales de las nuevas camisetas en una demostración de la radical y compleja transformación que afronta el Alavés
Ni Pacheco ni Duarte ni Luis Rioja, todos ellos por el momento en la plantilla de Luis García Plaza. Ni Laguardia ni Manu García ni ... Martín, habituales en los últimos años. Las imágenes principales de las nuevas camisetas del Alavés han sido esta temporada para Toni Moya, Miguel de la Fuente y Javi López. Futbolistas con más futuro que pasado en el club vitoriano y casi testimoniales en el desastre deportivo del ejercicio anterior. Un trío de jugadores que, posiblemente, al aficionado medio le haya costado incluso reconocer enfundados en las renovadas elástica. La entidad parece haber evitado por precaución las figuras de los veteranos (vaya usted a saber si continuarán en Vitoria en unas semanas...) asumiendo además que la nueva etapa exige la máxima ventilación para desalojar de la cabeza el aire viciado del descenso de mayo.
Algo tan sano en lo deportivo y en cuestión de imagen después de la tortura anterior como revelador de la radical y compleja transformación que afronta el Alavés en su retorno a la Segunda División. Después de seis años consecutivos en la máxima categoría, por delante y cada vez más cerca se presenta un camino de piedras y la plantilla, a estas alturas, pisa todavía con sandalias. Más vale que los fichajes que restan -¿cinco? ¿seis?- aporten dureza a la suela alavesista. No solo se trata de acertar en multitud de contrataciones, también de ser conscientes de que la reconstrucción es total y solo la tarea de que la mezcla cuaje en un tiempo limitado se antoja complicada. En definitiva, esperar un Alavés meteórico desde las primeras jornadas resulta, a estas alturas, una ilusión más que una expectativa real. Sin que uno renuncie a que el arranque de la competición en Leganés pueda traer el primer triunfo, como aquellos ante Albacete (5-1) o Huesca (2-3) en las jornadas iniciales de las campañas de dos de los tres últimos ascensos.
No solo se trata de acertar en multitud de contrataciones, también de ser conscientes de que la reconstrucción es total
El preparador alavesista parece tener claro, en cualquier caso, que nada resultara sencillo y los baches se presentarán de inmediato. Evidentemente, dispone de la suficiente experiencia para ello. En una entrevista concedida recientemente a este periódico, Luis García ya apuntó que el cambio en la normativa referida a las ayudas por el descenso modifica este ejercicio las condiciones económicas de temporadas anteriores. Los tres conjuntos que han perdido la categoría -Alavés, Levante y Granada- no pueden utilizar este verano un 40% de ese dinero en fichajes, lo que reduce notablemente las distancias presupuestarias con rivales que la campaña anterior rozaron el ascenso (Eibar, Las Palmas, Tenerife...).
Esta semana, el técnico albiazul, en declaraciones a la Cadena Ser, insistió en esta circunstancia y recordó, entre otras cuestiones, que el Girona, ascendido en el play off, ocupaba plaza de descenso después de doce jornadas de la liga pasada. En definitiva, el preparador solicita de antemano los gramos de paciencia necesarios para poder construir un nuevo Alavés. El anterior, en realidad, se está desmantelando pieza por pieza. En muchos casos, respondiendo al pésimo rendimiento de algunos futbolistas la pasada campaña.
Mientras las contrataciones van cayendo -ayer se hizo oficial la de Anderson Arroyo- y el equipo se prepara físicamente para una Liga que arrancará en apenas un mes, el verano deja en el aire una pregunta. ¿Habrá al menos una mínima representación de la plantilla del pasado ejercicio en el primer once inicial liguero que jugará en Butarque? Es pronto para hacer cábalas, pero no parece sensato apostar a que más de dos o tres caras con pasado albiazul defiendan la camiseta vitoriana en ese choque de mediados de agosto en el campo madrileño. ¿Moya, Miguel y Javi López?
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