COPA DEL REY

El resurgir de la ilusión copera

Los jugadores que disputaron las últimas semifinales reviven las eliminatorias con las que escribieron páginas gloriosas

OLATZ ALONSO

Miércoles, 8 de febrero 2017, 15:24

Dicen que el tiempo hace el olvido, pero hay momentos que no se pueden borrar del recuerdo por muchos calendarios que se renueven. Ver cómo un modesto equipo de Segunda División roza con los dedos la posibilidad de disputar una final de la Copa del Rey habiendo dejado por el camino a grandes clubes es una de esas experiencias que siempre se mantendrán vivas en el recuerdo de muchos aficionados. El pez pequeño comiéndose al grande. David contra Goliat. Como en las temporadas de 1997-98 y 2003-04, cuando el Alavés se quedó a las puertas de pelear en el duelo definitivo.

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Dos ocasiones en las que la ilusión pervivió por encima de la decepción, y que el regreso del club albiazul a la penúltima fase de la competición trae, irremediablemente, a la memoria. Se revive la nostalgia de los años pasados, alumbrada por la esperanza de estar a las puertas de una nueva etapa, la de la vuelta de los éxitos y las alegrías. EL CORREO ha querido rememorar aquellas semifinales con algunos de sus protagonistas, que ahora, como aficionados, desean volver a ver al equipo vitoriano luchar en una final. Esta vez, la de la Copa del Rey.

Antonio Karmona

«El del 98 fue un año muy exitoso, con un gran grupo»

La campaña de 1997-98 fue a todas luces redonda, el aviso de lo que llegaría pocos años después. Dortmund. Pero antes de Europa hubo una semifinal de la Copa y un ascenso histórico. Todo en la misma temporada. «Fue un año muy exitoso», rememora Antonio Karmona. «Eliminamos al Compostela, Deportivo y Real Madrid y encima ascendimos». El tiempo emborrona los detalles (vino primero la eliminatoria con los "merengues" y después cayeron los coruñeses), pero las sensaciones perduran. «Fuimos pasando las eliminatorias con toda la ilusión del mundo, con un buen equipo que el míster (Mané) organizó muy bien para llegar todos al final de la competición con muchos minutos», explica el de Bermeo.

Tocó medirse con el Mallorca, «un equipo muy bueno», contra el que los albiazules terminaron por ceder. «Fue una pena no haber podido cerrar aquel ciclo. Estando en Segunda además, ¡lo que hubiese sido jugar la final!». La oportunidad de brindar a la afición «un premio muy bonito» la tiene ahora un grupo de Primera «con una dinámica muy buena».

Iñaki Berruet

«Eliminamos al Madrid, algo impensable»

La del 98 fue una edición especial por los rivales que los albiazules fueron capaces de dejar fuera de la competición. «Nos enfrentamos a equipos de Primera siendo de Segunda. Para muchos era nuestra primera vez, fue algo muy bonito y, además, eliminamos al Real Madrid, algo impensable para muchos de nosotros y la afición», asegura Iñaki Berruet, a quien los nuevos logros del equipo le recuerdan «que ya han pasado muchos años».

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Pero aunque pase el tiempo, el cariño hacia el club vitoriano se mantiene y él se contagia del buen momento que vive el equipo. «Después de unos años de convulsión, la gente se ha vuelto a enganchar y equipo y afición van de la mano, lo que se demuestra en el campo». Un grupo «muy fuerte y capaz de ganar al Celta los dos partidos».

Arturo Igoroin, Sívori

«Nadie apostaba por nosotros, de Segunda»

A Arturo Igoroin, Sívori, lo que está consiguiendo este año el Alavés, de vuelta a «la categoría en la que debería estar siempre», le trae «muy buenos recuerdos». «Ver que lo que hicimos nosotros se repite es todo un orgullo», asegura. «Éramos un equipo de Segunda por el que nadie apostaba y que llegó a la semifinal después de haber logrado algo histórico, eliminar al Real Madrid en el Bernabéu», rememora.

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«Después de todo por lo que ha pasado el club, ya tocaba disfrutar y les deseo lo mejor, porque al fin y al cabo es el equipo en el que tengo mis raíces», del que fue canterano y con el que llegó a hacer historia en su primer equipo.

Alfonso Subero, Tito

«Teníamos mucha ilusión de jugar con clubes de Primera»

La emoción de medirse con equipos importantes era palpable tanto en el vestuario como en las calles de Vitoria, como destaca Alfonso Subero, Tito. «Éramos un gran grupo y la ilusión no nos la quitaba nadie. Fuimos partido a partido, con la idea de ir pasando eliminatorias y eso que cuando empezamos nadie imaginaba que íbamos a llegar tan lejos», relata el exportero, que augura una eliminatoria que se decidirá «por pequeños detalles» dado que tanto vitorianos como vigueses pelearán al máximo por el billete hacia la gran final.

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Pedro Riesco

«Fue una temporada brillantísima»

La experiencia de disputar la semifinal ante el Mallorca dejó en Pedro Riesco «recuerdos imborrables», como su gol en el estadio madridista, dentro de una «temporada brillantísima» en la que el equipo regresó a la élite. Una oportunidad «especial», marcada siempre por la idea de caer eliminados «cada vez que tocaba un equipo de Primera».

Los dos años que pasó el madrileño como albiazul, «dos de los mejores» de su carrera, hacen que la situación en la que se encuentra el equipo le genere «una inmensa alegría», cuyo máximo premio sería «verlos en la final». «Tiene mucho mérito que se hayan colado entre los grandes con unas señas de identidad muy determinadas, que les hacen fiables y difíciles de batir», asevera.

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Pablo Gómez

«Íbamos de celebración en celebración»

Vivir una semifinal marca, pero poder estar presente en dos es algo al alcance de pocos. Pablo Gómez tuvo la suerte de competir en la Copa del Rey de 1998 y de 2004. «La primera fue la más especial, porque además conseguimos el ascenso, pero en la segunda estábamos recién descendidos y el objetivo era volver a Primera. Para mí fue un año triste y no fue igual estar en semifinales», diferencia el vitoriano. Aún así, «íbamos de celebración en celebración, porque cada eliminatoria para nosotos era una fiesta continua, incluso para la afición, que entonces era mucho más fría que ahora», revive el alavés, para quien caer ante el Celta no sería ninguna «decepción». «La temporada en la Copa está de sobra hecha y tiene mucho mérito», afirma.

Ángel Sánchez

«Fue especial porque éramos modestos»

El Zaragoza fue el rival que acabó con las aspiraciones coperas de los babazorros en 2004, en «un ambiente precioso» en el campo de la Romareda, recuerda Ángel Sánchez. «Fue muy especial porque éramos un equipo modesto que caía bien a todo el mundo, de Segunda, pero hecho para ascender». Sánchez guarda «un buen recuerdo de haber llegado hasta allí», pero con «la pena de ver que por dos empates» se escapó la final. Un premio que puede recuperar la plantilla actual.

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Josu Sarriegi

«Demostramos hasta dónde podíamos llegar»

El gol del conjunto maño en la Romareda sesgó el sueño albiazul, un desenlace doloroso después del campeonato «realmente bueno» que protagonizaron los vitorianos, en opinión de Josu Sarriegi. «Estando en Segunda era muy complicado, pero demostramos hasta dónde eramos capaces de llegar en la Copa», destaca. Una eliminatoria en la que se cruzaron con un gran Celta, «un equipazo con Milosevic y otros jugadores importantes» ante el que tocó «sufrir muchísimo en Balaídos, pero la alegría fue inmensa».

La oportunidad que tienen ahora los pupilos de Mauricio Pellegrino «es un premio a la buena labor que están haciendo», considera el de Lazcano. «Estoy muy orgulloso de este Alavés, porque con la seriedad con la que están jugando, está claro que pueden batir a cualquiera», avisa.

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