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Collage de fotos compartido ayer por el propio Manu García en las redes sociales
DEPORTIVO ALAVÉS

Manu García, una vida en albiazul

El Alavés renueva por dos años al capitán, que lo celebra compartiendo sus recuerdos con la camiseta del equipo desde que era un niño

Sergio Carracedo

Jueves, 3 de julio 2014, 00:27

Manu García ha renovado contrato por dos temporadas más con el equipo de su vida, el Deportivo Alavés. Tras hacerse pública la renovación el jugador no esperó para mostrar en las redes sociales su felicidad acompañada algunas imágenes de su vida en albiazul. En una de ellas, el capitán vitoriano aparece cuando era niño soplando las velas de una tarta y enfundado en una camiseta del Alavés. La que siempre deseó enfundarse.

"Feliz, satisfecho y orgulloso de seguir disfrutando en mi equipo", comentaba el capitán alavesista que continuará en el Alavés hasta 2016. "Sigamos creciendo juntos", apostaba al final del mensaje este alavesista de cuna y corazón. El club del paseo de Cervantes renueva así al capitán y único jugador de Vitoria del equipo que fue distinguido por EL CORREO como "Alavés de mayo" por encarnar lo mejor del carácter albiazul. Antes, este diario premió a Natxo González, el técnico del ascenso, otro vitoriano que ha contribuido a que el Alavés retome su rumbo hacia Primera.

De la General al césped

En esa ocasión, García recordaba para este periódico las tardes de domingo que de crío acudía feliz, de la mano de su padre y de su primo, a presenciar los partidos del Alavés en Mendizorroza. Pusiera buena o mala cara el cielo, fuera uno u otro rival el que amenazara la victoria local, el chaval renovaba fielmente sus votos albiazules cada quince días.

Quería ser futbolista a toda costa y, encima, del Alavés, no de cualquier otro, así que acabó siéndolo por empecinamiento, aunque le tocó esperar lo suyo hasta, por fin, estrenarse con la emotiva elástica en rayas azules y blancas hace apenas dos años. "Ahora voy a jugar en mi casa y en mi equipo, y eso es un privilegio", desveló emocionado la tarde en la que por primera vez vistió de albiazul oficial.

El sueño hecho realidad. Es hoy lo que quiso ser ayer, futbolista y del Alavés y el sueño se prolonga ahora dos años más, gracias al tesón, la superación y la constancia demostrada. Una dedicación que al final de campaña ha tenido su recompensa. Sus méritos están ahí. El polivalente futbolista disputó 38 partidos la primera temporada de albiazul, en Segunda B, y 37, la pasada. En total, 75 de Liga en dos años, con seis goles, tres por cada ejercicio. Su fútbol no es brillante, pero sí muy consistente, firme, sin grietas. Es de esos jugadores que siempre tienen sitio en el campo porque casi nunca fallan.

Y esa efectividad le ha llevado desde el cobertizo del colegio San Viator, a la Segunda División o más allá. Ese "sigamos creciendo juntos" expresado por el jugador apunta más arriba, quizá al lugar que ocupó el glorioso durante su adolescencia, en los años de Primera División, de la Copa de la UEFA y su final de Dortmund.

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