Mendizorroza vuelve a vestirse de gala para la final contra el Levante
Pocos han apurado para acceder al estadio, que ha vuelto a dar una imagen magnífica en la previa del partido
Mendizorroza no falla. Es el de las grandes ocasiones, como la de este domingo. El último partido en casa de una temporada extraordinariamente larga. Veinticinco encuentros como local entre todas las competiciones y la ilusión por su equipo intacta. Así lo ha demostrado en la previa del choque contra el Levante.
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Si los granotas, como marca el protocolo, han entrado pronto al campo, muchos albiazules no se han quedado atrás. A falta de más de un cuarto de hora para que arrancase el duelo, ya muy pocas localidades quedaban vacías. Con un ambiente inmejorable para animar al equipo en su camino a los vestuarios tras calentar. Y con el portero Owono correspondiendo a esos ánimos desde el césped.
De nuevo, el estadio superará de largo los 19.000 espectadores. Con presencia de aficionados ilustres. Si contra el Eibar fueron Martín Aguirregabiria y Pere Pons los que se dejaron ver, esta vez han sido otros dos exalbiazules. Ahí estaba Borja Sainz y, por supuesto, Manu García. El capitán sigue luciendo el brazalete en la grada.
