Con el viento a favor

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Curiosamente, en este choque la clásica polémica arbitral tuvo lugar varios días antes de que el balón comenzara a rodar por el césped del estadio del Paseo de Cervantes. Y es que, en esa época, los dos equipos contendientes debían ponerse de acuerdo para designar el colegiado. En este caso, el Alavés y el Oviedo habían decidido elegir al vallisoletano Hernández Areces pero, una vez que este dio su conformidad, había renunciado para arbitrar el mismo día un partido de Primera entre el Athletic de Madrid y el Arenas de Getxo, «dejando en cuadro a sus antiguos solicitantes». A su vez, puesto que ya no había apenas tiempo para que el Alavés y el Oviedo se pusieran de acuerdo, la federación había designado por su cuenta y riesgo para el encuentro en Mendizorroza al navarro José María Navaz, que en la posguerra llegó a dirigir el laboratorio de la Sociedad Oceanográfica de Guipúzcoa, del que los babazorros no tenían buenos recuerdos.

Ello provocó no solo críticas en la prensa, sino la amenaza de una protesta formal del Alavés a la Federación Española «para que no tengan repetición hechos como el presente y se corrija, si es posible, el atropello ahora cometido». Sin embargo, pronto las aguas se calmaron, cuando se aclaró que la Federación Vizcaína había olvidado transmitir a la Nacional la petición previa del Arenas para que Hernández Areces arbitrara su encuentro contra los colchoneros. Como todo había sido un despiste y no había mala fe contra los dos equipos de Segunda, el Alavés retiró su protesta.

Además, el día del encuentro Navaz no fue determinante, aunque llegó tarde a Vitoria, por lo que «el partido comenzó después de su hora por esta causa». Sí fue clave el fuerte viento, que hizo que cada tiempo fuera para un equipo. En el sorteo inicial le tocó al Alavés elegir campo y Antero, su capitán, consciente de cómo soplaba el aire, colocó a su once «favorecido por el viento reinante», que «sopla con bastante fuerza». Los jugadores babazorros aprovecharon la ocasión para hacer un gran juego ofensivo y, cuando Navaz señaló el camino de los vestuarios, el equipo local ya iba ganando por 3-0, con un 'hat-trick' de Manolo Olivares. Y eso que el mejor ovetense fue su portero Óscar, suplente de Ricardo Zamora en la selección, que «estuvo a la altura de su fama, defendiendo el marco con muchísima vista, colocación, serenidad y gran acierto».

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En el descanso, el reportero de 'Heraldo Alavés' charló con un espectador que afirmaba poder prever el efecto del viento en el resultado: «Un matemático a nuestro lado asegura que viento es igual a dos goles. Por consiguiente, si el Deportivo no 'moja' en la segunda parte, ya sabemos cuál es el resultado: 3-2». Este aficionado estuvo a punto de acertar, pues en el segundo tiempo «los asturianos quisieron aprovechar el viento en su favor y sacaron arrestos no solo para contener al Deportivo sino para llegar a dominarlo en algunas ocasiones. Así lograron su único 'goal'». El partido terminó con un 3-1 a favor del Alavés y los espectadores disfrutaron de lo lindo, pese al «tiempo infernal» que reinó en Mendizorroza. Incluso el periodista del otro diario local, 'La Libertad', se disculpó dos días más tarde por haber escrito su crónica del partido un poco a salto de mata «debido a un 'golpetazo' propio del tiempo que 'disfrutamos'». En resumen, el Oviedo había «sucumbido justamente ante un Deportivo en un día de furia».