Nuestros queridos convecinos
Desde su nacimiento, el Deportivo Alavés tuvo una relación preferencial con Miranda de Ebro. Aún antes de la fundación del C. D. Mirandés en 1927, ... el once babazorro disputó muchos partidos amistosos contra equipos de la vecina ciudad,como el Sporting o los Sagrados Corazones. Además, según la web del Mirandés, su primer encuentro lo disputó durante las fiestas de San Juan del Monte, el 4 de junio de 1927, contra el Arabarra, otro conjunto vitoriano.
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Pese a esta cercanía, hasta la temporada 1944-45 los dos equipos no coincidieron en competición oficial, en el Grupo III de Tercera División. Ello fue así porque el Mirandés participó durante mucho tiempo en categoría regional. Consiguió llegar a nacional en 1944, precisamente en el mismo año en que se cruzó por vez primera con el Alavés. Por si fuera poco, el primer gol rojillo en nacional, contra el Vasconia de San Sebastián, en septiembre de ese año, lo marcó el exalavesista Pedro Díaz Alegría 'Tano'. Otros muchos futbolistas -el último, Manu García- han compartido ambas camisetas.
Con estos antecedentes no es extraño que el primer partido entre alavesistas y mirandeses de esa campaña, celebrado en Miranda el 29 de octubre de 1944, fuera esperado como algo muy especial, tal y como destacó 'Pensamiento Alavés': «Es el primer partido que jugará el Alavés contra el Mirandés en categoría nacional». El diario vitoriano animó a que la rivalidad derivada de la cercanía no ahogara la deportividad: «Como hermanos en deporte, a animar al equipo siempre, pero con el respeto que merecen nuestros queridos convecinos. El Alavés, que siempre ha querido que sea incluido el Mirandés en Tercera División, dará mañana a este equipo el espaldarazo definitivo como incluido en categoría nacional. Que en esta fecha tan simpática, ni un mal momento de furia o de pasión rompa la significación tan agradable para todos los deportistas vitorianos y mirandeses. Que gane el mejor, pero que, por la derrota o la victoria, no se pueda nunca empañar el buen nombre de dos pueblos y dos clubs futbolísticos que tienen una gran historia. Desde Vitoria, la embajada deportiva, a través de estas columnas, saluda en ese su primer partido común y oficial a la afición mirandesa y espera que juntas ambas pasen una buena tarde».
En efecto, en ese choque hubo buen ambiente y poco fútbol debido al mal estado del terreno de juego, aunque «resultó un partido muy movido». En el once rojillo, compuesto por Mesanza, Gabi, 'Pinturas', Arana, Julio, Pedrito, Del Pie, Rico, 'Tano', González y Las Heras, jugaron cinco vitorianos, entre los que destacaron el portero Dionisio Mesanza y el defensa Alberto García Albizua 'Pinturas'. Por el Alavés formaron Mundo, Uranga, Corta, Galaz, Anda, Juanito, Leoz, Méndez, Arregui, Corral y Divino. El Alavés ganó 2-3 con un 'hat-trick' de Ángel María Arregui, autor de «tres bonitos tantos». 'Diario de Burgos' recalcó que, pese a la derrota, «el D. Mirandés se defendió bravamente».
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El choque de la segunda vuelta se escenificó en Mendizorroza el 7 de enero de 1945, de nuevo con mal tiempo, «entre barro, nieve y agua». El Alavés jugó un buen partido, entendiendo que «quizá importase menos precisar los pases que estar siempre encima del balón, sin miedo a resbalones, caídas y mojaduras». Hubo un festival de goles, con un 6-3 final a favor del conjunto albiazul. Arregui, con cuatro tantos, volvió a destacar por su instinto rematador, logrando Sobrón otros dos. La prensa vitoriana subrayó que el Alavés «está bien, tiene moral y confía en sus fuerzas», aunque al final por poco no pudo jugar ese año la promoción de ascenso. A la vez, alabó el buen hacer rojillo, que le llevó a mantener la categoría: «Mucho entusiasmo, un magnífico portero, una defensa segura y decidida, con una línea media discreta y una delantera rápida y decidida, en las contadas intervenciones en que como tal intervino. Este es el Mirandés, que hizo en suma un aceptable encuentro en Mendizorroza, noble y deportivo».
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