Un incidente de armas tomar
El choque entre el Alavés y el Iberia de junio de 1929 tuvo una gran tensión al antojarse decisivo
El historiador Germán Ruiz Llano, uno de los mayores expertos en la Guerra Civil en Álava, ha localizado recientemente en el Archivo General Militar de ... Segovia unos curiosos documentos fechados en 1929. En ellos, el gobernador militar de Vitoria comunica al capitán general de la Sexta Región Militar, a la que pertenecía Álava, que «ha impuesto a varios Jefes y Oficiales los arrestos que se citan en una relación que acompaña, por haber tomado parte en el escándalo promovido, a consecuencia de haber querido agredir el público al árbitro, a la terminación del partido de balón-pie jugado en el campo de deportes de aquella Capital».
Se trataba de un choque de la Liga de Segunda División entre el Deportivo Alavés y el Iberia de Zaragoza, que tuvo lugar en Mendizorroza el 20 de junio de 1929. Era un encuentro decisivo porque la clasificación para lograr el primer puesto, que daba acceso al play-off de ascenso contra el último de Primera, estaba muy apretada: el Sevilla y el Alavés lideraban la Liga, seguidos muy de cerca por el Iberia, el Sporting de Gijón y el Valencia, todos ellos con posibilidades de subir. El cruce terminó con empate a uno, lo que dejaba todo abierto de cara a los últimos partidos de la temporada.
Un capitán de Infantería en reserva fue condenado «por incitar al público a matar al árbitro»
En un ambiente de gran tensión, la actuación del árbitro, el vallisoletano Andrés Hernández Areces, encrespó a la afición local, que entendió que con sus decisiones había favorecido de forma descarada a los aragoneses. Al final del choque, parte del público, «como llueve sobre mojado y está hasta la coronilla de la 'frescura' del castellano, se agolpa en el paso al vestuario y le da un meneo de los de órdago, que no llega a más gracias a la intervención de la fuerza pública y de los directivos y liniers locales que protegen al árbitro». Los incidentes se reprodujeron después en los aledaños del estadio, siendo incluso atacado el autobús que trasladaba a los jugadores del Iberia.
Según los documentos mencionados, en los sucesos se vieron implicados varios militares, citados en el listado adjunto al oficio del gobernador. En él figuran los nombres de varios mandos, algunos de ellos pertenecientes a conocidas familias alavesas, con sus correspondientes castigos. Así, un comandante del Regimiento de Cazadores Alfonso XIII fue condenado a seis días de arresto domiciliario, «por agresión con piedras al autobús que conducía al equipo del Iberia, del cual resultó un jugador herido. Esto último no ha resultado cierto, pero sí la detención del autobús».
Otro comandante, perteneciente al Regimiento de Infantería de Guipúzcoa número 53, recibió la misma sanción «por insultos e intento de agresión al árbitro y al tratar de darle un puntapié agredió impensadamente al Comisario Jefe de Vigilancia». Un capitán de Infantería en situación de reserva fue condenado a cuatro días en su domicilio «por gran escándalo e incitar al público para matar al árbitro». Por último, un capitán y un teniente del Regimiento de Guipúzcoa sufrieron dos días de arresto domiciliario «por insultos al árbitro a grandes voces».
Un futuro alcalde
La implicación de los militares en estos incidentes, con independencia de su carácter muy poco ejemplar, demuestra la pasión con que la afición se volcaba con el Alavés, pero también la conexión existente entre el Ejército y la sociedad vitoriana de la época.
No sólo algunos de los militares sancionados pertenecían a familias con raigambre en la ciudad, sino que estaban imbricados con el tejido social e identitario local, representado por el equipo babazorro. De hecho, uno de los sancionados llegó a ser años más tarde alcalde de Vitoria. Por otro lado, pese a tanta tensión, finalmente ningún equipo subió ese año: el Sevilla quedó líder de Segunda, por delante del Iberia y del Alavés, pero perdió en la promoción contra el Racing de Santander, que mantuvo su puesto en la máxima categoría. Hubo que esperar a la siguiente temporada para el que el Alavés fuera el primer equipo en la historia en ascender a Primera.
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