El Alavés, en el norte de África

El combinado albiazul que se desplazó al continente africano estaba formado por jugadores de la plantilla -Santamaría, Eizaguirre, Arana, Euskalduna, Castro, Antero, Urquiri, Zulaica, Irureta, Albéniz y Urretavizcaya- y varios cedidos para la ocasión como Fernández Padura, el catalán Xifreu, Peña (Ferroviaria de Madrid) o Adelantado (Elche). Junto a ellos viajaron el directivo José María Acedo y el entrenador José Quirante, antiguo técnico del Madrid y del Sevilla, contratado específicamente para la ocasión. El míster se adelantó para preparar la gira, cuya duración se desconocía, pues se irían contratando nuevos partidos si los resultados acompañaban.

El viaje comenzó el 31 de marzo por tierra hasta Alicante, donde el Alavés se enfrentó al Hércules. Desde la capital levantina se desplazó en barco hasta la ciudad argelina de Orán. En una época en que las comunicaciones no eran sencillas, apenas hubo información de los encuentros que jugó el Alavés en África. 'Pensamiento Alavés' se quejó de la ausencia de noticias, bromeando que «por lo visto la tasa de los telegramas con la península debe ser muy elevada». Sin embargo, cuando llegaron novedades, estas fueron positivas: «El debut del Alavés en tierras africanas ha sido magnífico. Aunque los equipos de aquella zona no son el Arsenal precisamente, no se puede dejar de tener en cuenta que juegan ante sus partidarios y con sus propios árbitros. Si el Alavés sigue en plan de vencedor, seguramente tendrá nuevos contratos y su viaje se prolongará hasta casi los dos meses. Con eso y con que traigan la cartera repleta de francos, encantados de la vida».

En Orán, el Alavés logró varias goleadas, venciendo entre otros, gracias a su «magnífico juego», a la Association Sportive Musulmane. Además de jugar con equipos locales, se enfrentó a conjuntos europeos que se encontraban también de gira por África, como el austriaco Brigittenauer AC o el húngaro Attila AK, con resultados más ajustados debido a la mayor calidad de los rivales. Hubo igualmente alguna anécdota. En este último partido «todo parecía desenvolverse normalmente, pero seis minutos antes del final un jugador húngaro fue puesto K.O. por uno de los jueces de línea. El árbitro Mr. Gaspard quiso restablecer el orden; un espectador se precipita sobre él; una parte del público saltó al campo». Tras diez minutos de interrupción, pudo concluirse el choque.

De Argelia, el combinado babazorro saltó a Marruecos, donde jugó en Casablanca, Rabat, Tetuán, Tánger, Larache, etcétera. Con «muchísimo público» en los estadios, el Alavés venció por goleada casi todos los partidos (6-2, 8-0...), aunque también hubo derrotas como la que sufrió ante la Union Sportive Marocaine de Casablanca. Este resultado fue atribuido al cansancio de un conjunto que estaba jugando casi un partido diario, pero la prensa marroquí destacó siempre la calidad albiazul, tal y como escribió 'L'Echo du Maroc': «Nos ofreció el Alavés un juego de pases preciosos, que en muchos momentos nos entusiasmó».

Tras pasar por Melilla, la expedición tomó un barco para cruzar a la península, donde aún disputó encuentros en Málaga y Córdoba. El 31 de mayo, después de dos meses de gira, regresó a Vitoria. Frente al éxito deportivo había dudas con respecto a la rentabilidad económica del experimento. De hecho, la cuestión crematística, unida a las escasas noticias que se fueron recibiendo a lo largo del viaje, dieron lugar a varias polémicas en la prensa vitoriana, a las que dedicaré la 'Historia en albiazul' de la próxima semana.