Material gaseoso

Vamos, que las pretemporadas suelen engañar o al menos contar solo verdades o mentiras provisionales cuando se habla de resultado veraniegos y perspectivas de futuro en los meses de julio y agosto. Material gaseoso que apenas sirve para aliviar la abstinencia futbolística del aficionado más recalcitrante y algunas anécdotas salpicadas de partidos que pronto caerán en el olvido. Para el Alavés, en la última semana, de un 4-0 en contra ante una escuadra de la Premier a un 5-0 a favor ante un adversario de inferior categoría. Conclusiones, las justas. Es decir, casi ninguna. ¡Cuántas veces un futbolista ha destacado durante los choques amistosos para quedar luego como un jugador casi testimonial durante la temporada¡ Por recordar uno, Sergio Santamaría, aquel extremo cedido en Vitoria por el Barcelona (2005) que parecía en plena forma en la época estival y apenas contó después con oportunidades. ¡Cuántas veces contrataciones de última hora entran por la vía rápida en el once inicial y casi todo lo vivido durante la pretemporada se esfuma ante la radicalmente opuesta realidad liguera¡

Los veranos y en particular las concentraciones sirven para ganar en cohesión de plantilla dentro y fuera del terreno de juego y poco más. También dejan circunstancias puntuales que sí quedan en el recuerdo. Como cuando hace ya dos décadas el veterano Julio Salinas (36 años) se desplazó al habitual stage de pretemporada albiazul en la localidad francesa de Luchon. Al delantero internacional, que en los seis meses anteriores ya había contribuido a la salvación albiazul tras ser reclutado desde el fútbol japonés, se le cuidaba como a una pieza de porcelana. Sin obligarle a mantener el ritmo de sus compañeros. Solo era el primero para sumergirse en el helado río que bajaba por la montaña pirenaica y donde los futbolistas mimaban sus músculos después de duras sesiones físicas. La crioterapia de aquellos tiempos. Si el Alavés se recogía entonces en una idílica y austera estancia, años después llegaría la antítesis con Piterman y sus concentraciones de San Francisco y Miami tras cruzar el 'charco'. En la primera de ellas, con el equipo alojado en un hotel en pleno centro de la ciudad, caos de tráfico garantizado para acudir a los entrenamientos y, cada día, cambios de última hora que crispaban a los futbolistas. Nada que haya repetido en los últimos tiempos, aunque ahora los jugadores sufran otros problemas, como la obligación de entrenarse a altas temperaturas. Posiblemente, eso sí, lo que se encuentren en el estreno liguero en Leganés.