Adiós al séptimo entrenador albiazul desde el regreso a Primera

Más de un técnico por temporada y únicamente dos años sin destituciones: el primero, con Pellegrino y la final de Copa, y el tercero, dos años después, cuando Abelardo se quedó a las puertas de Europa. En el otro extremo de la balanza, el año posterior al debut con el Flaco, que rechazó la posibilidad de seguir en Vitoria. Entonces el club apostó por el argentino Luis Zubeldía, novato en Europa, y el experimento duró cuatro jornadas. Su relevo, el italiano Gianni De Biasi, se quedó en un revulsivo insuficiente antes de que Abelardo obrara la resurrección.

La pasada campaña Asier Garitano vio abortado su proyecto antes de tiempo. Y luego le tocó ese atípico final de campaña a Muñiz. Al técnico asturiano le tocó salir por la puerta de atrás en cuestión de semanas. Ahora, en la temporada del centenario, Machín corre la misma suerte. Dos destituciones en un plazo de medio año, del 5 de julio al 12 de enero.

Cada una de las cinco temporadas que ha vivido el Alavés en los últimos años en Primera la ha dirigido un entrenador diferente. Cada uno con su estilo, filias y fobias. Y con los jugadores que llegan y se van en un club habituado a moverse con frenesí en el mercado.A Machín –firmó un contrato por una temporada, la tónica habitual en el club albiazul– no le ha funcionado su particular idea de juego con carrileros y se ha tenido que adaptar sin fortuna al terreno del 4-4-2. En el horizonte sigue la permanencia.

Pocos entrenadores han renovado con el club en la última década. Natxo González, Alberto López y Abelardo han sido los únicos tres en extender su contrato. Pero, en ese aspecto, la referencia es otra: José Manuel Esnal, Mané. Es el entrenador que más encuentros ha dirigido al Alavés en Primera y el que lo ha dirigido a cotas más elevadas. Ascendió al equipo en su debut y fue cesado tras casi un lustro en la élite, la etapa más larga del club en la máxima categoría.