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La profundidad de la huella que deja Luis García Plaza en el Deportivo Alavés se mide con dos momentos. El primero, el 26 de mayo ... de 2022, cuando el técnico se presentó radiante en la sala de prensa de Mendizorroza. «Estoy muy contento de estar aquí, creo que se me nota en la cara», confesó entonces el entrenador, alegre e ilusionado, pero todavía desconocedor del hechizo albiazul. El segundo se produjo este martes. El escenario era el mismo, pero el contexto no tenía nada que ver. Las emociones estaban al pil-pil y no tardaron en aflorar. Y más al ver que decenas de aficionados le esperaban junto al templo alavesista, deseosos de agradecer el regreso a Primera, la permanencia holgada y un sinfín de guiños con la grada que han labrado una gran complicidad.
Entre lágrimas, el técnico madrileño se deshizo en agradecimientos a todo el alavesismo, desde la hinchada hasta la directiva, pero también tuvo espacio para la reivindicación. «La respeto, pero es una decisión injusta», apuntó un técnico que mostró su fidelidad a la entidad: «Nunca van a encontrar una palabra de crítica al club». El profundo bache liguero atravesado en los últimos dos meses -siete derrotas en nueve partidos y cuatro puntos de 27- erosionó una relación idílica, extendida a lo largo de 108 partidos, que acabó en su destitución y en el fichaje de Eduardo 'Chacho' Coudet.
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922 días después de aquella lejana puesta de largo, García dijo adiós escoltado por el presidente, Alfonso Fernández de Trocóniz, y por Urbano Santos, adjunto a la secretaría técnica que encabeza un Sergio Fernández que no acudió al estar fuera de Vitoria por motivos profesionales. Ambos también con semblante serio tras pasar «días duros» meditando una decisión que «no fue sencilla» pero sí «necesaria» para dar un «impulso al equipo», según el presidente.
Trocóniz, cercano a García durante toda la comparecencia, no regateó el «hueco importantísimo» que tiene el madrileño «en la historia del Alavés». Y Santos puso en valor «la profesionalidad, cercanía, cariño y comprensión» del entrenador saliente y de su cuerpo técnico, que le acompañó en bloque para pasar este amargo trance. Junto a él estuvieron tanto los que aterrizaron en 2022, con su inseparable Pedro Rostoll a la cabeza, como los que ya estaban en el club como Javier Barbero. La fotografía que se hicieron en las entrañas de Mendizorroza quedará para su colección personal. Ya para entonces se había secado García las lágrimas tras un conmovedor adiós.
En la abarrotada sala de prensa no estuvo la plantilla, de la que se despidió por la tarde en el estadio. A todos ellos les dedicó palabras de agradecimiento. «Sois gente muy grande, de verdad. Sois el corazón del día a día. De los mejores grupos que he tenido en mi vida. No cambiéis», expresó, con la voz entrecortada. También a los directivos: «A Josean (Querejeta), a Alfonso (Fernández de Trocóniz), a Sergio (Fernández). Ellos apostaron por mí. No van a encontrar nunca una mala palabra. Me han hecho vivir dos años y medio muy bonitos», aseguró.
Luis García
Exentrenador del Alavés
García no escatimó en elogios hacia una ciudad y una provincia que le han marcado y con la que se emocionó. «Es un placer haber sido parte de esta familia, un orgullo total. Idolatro a esta afición. Es el corazón de este club», señaló: «Es una etapa maravillosa. Me voy con la sensación de ser muy querido». Desde la primera vez que pisó el césped de Mendizorroza en agosto de 2022 ante el Mirandés (1-0), hasta el duelo del pasado sábado frente al Leganés (1-1), el técnico se sintió como en casa. «Conectamos muy pronto. Cada vez que iba a 'Mendi' era un día muy feliz», desveló. Y esa hinchada le arropó este martes a la entrada y a la salida del acto, entonaron el clásico 'ía, ía, Luis García'. Su sentido abrazo con Asun Gorospe fue la imagen del consuelo y del apoyo eterno de todo el alavesismo hacia él.
Un cariño cimentado, también, en sus éxitos deportivos. El madrileño puso en valor su trabajo, recordando un ascenso «bonito e increíble»; un curso pasado en Primera «muy bueno» y una campaña actual en la que «nunca hemos estado en descenso». «Me voy con la cabeza alta. Triste pero orgulloso de haber dado el 100% y haber logrado los objetivos», destacó.
La despedida no fue sencilla por su elevado componente emocional. «El sentimiento que tengo es difícil de explicar. No solo pierdo un trabajo. Me pasó también en Mallorca. No sé si no tendré que ser más mercenario, por decirlo de alguna manera, porque cuando toca separarse se hace muy duro», afirmó cuando ya las lágrimas y la emoción le habían inundado. «Lo importante es poder mirar a la cara cuando terminan las cosas. He sido un entrenador muy de club, incluso anteponiendo intereses personales. Y creo que se ha tenido en cuenta», aseguró.
Luis García
Exentrenador del Alavés
También le deseó «suerte» a Coudet, quien a su juicio será bien recibido por el vestuario. «Los jugadores le van a poner las cosas muy fáciles. Quiero que quede muy claro: este equipo va a conseguir el objetivo. Es un grupo súper honrado y trabajador. Van a competir», dijo el entrenador lamentando no poder seguir al frente de un club que «trabaja fenomenal el mercado de invierno» y cuyas «segundas vueltas fueron mejores que las primeras».
Como colofón, no podía faltar su ya tradicional frase en euskera. Esta vez, como resumen a lo que ha significado el Alavés en su vida. «Duela bi urte eta erdi Luis García Plaza etorri zen. Gaur Koldo Gartzia Enparantza joaten da. Eskerrik asko denoi», apuntó el madrileño, que se marcha «siendo un alavesista más». Puro sentimiento.
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