«Quiero que el aficionado vaya al campo y diga 'éste es mi equipo'»

– «El Atlético ha dado una pequeña hostia al fútbol nacional porque aquí solo valía el 'tiqui-taca'». ¿Reconoce la frase?

– (Ríe) Es mía de hace tiempo. En esa época si no jugabas así se te criticaba. Todo lo que envolvía al fútbol español era el 'tiqui-taca' de la selección. Ahora el Madrid te mata al contraataque. Hace diez años eso no valía.

– Nunca ha ocultado nunca su condición de 'atlético'.

– No, he jugado allí desde crío, pero siempre he dicho que eres del equipo que naces y después te puedes hacer de otros. El 'Cholo' se siente muy 'atlético' y de pequeño no creo que lo fuera. A mí Levante y Mallorca me han marcado mucho. Ojalá logremos lo mismo con el Alavés.

– Emiratos, China, Arabia... ¿Qué aprende un entrenador allí?

– A adaptarte. A los entornos, a diversas maneras de jugar, de ver la vida. Te hace más tolerante con determinadas situaciones. Tienes que darles cosas, pero también adaptarte a lo que ellos te dan, o te imponen, porque están en una sociedad marcada.

– ¿No le daba miedo salirse de la rueda del fútbol español?

– Sí. Pero hay varias cosas por las que sales. Primero, y el que lo niegue es un mentiroso, porque los contratos son más suculentos que en España. Pero en mi caso hay más cosas. Cuando fui a Emiratos mis hijos tenían seis años y nos dijeron 'van a venir bilingües'. Y así ha sido. En Mallorca teníamos un dueño americano y cuando me oían hablar con él se reían de mí. Eso no sale en el currículum, pero lo tienes como padre. Te perjudica a la hora de volver, yo me fui tras cuatro años en Primera y tuve que volver a Segunda, pero también te da una tranquilidad económica para el resto de tu vida, experiencias...

– Pablo Laso sufrió un infarto en el play off de la ACB. ¿Aviso a navegantes de los banquillos?

– Es una profesión estresante. Cada semana tienes un objetivo, trabajas a tope y el límite entre el éxito y el fracaso es un punto. Pero aguantamos el tirón, es un poco una droga. Yo he estado solo un año sin equipo y se hace largo. Lo tenemos dentro.

– Le hemos visto sufrir para subir un puerto en bici. ¿Una metáfora del ascenso?

– Se sufrirá seguro. Como nos creamos algo... Espero que tengamos más alegrías que tristezas, pero que valoren cada alegría. El año pasado me enfadé mucho en el vestuario con el Mallorca, que ganamos 0-1 en Logroño y no se celebró. Y entré cruzado, porque estábamos en una racha buena y parecía que ganar era lo normal. Hay que ser humilde, saber que cualquiera te puede pintar la cara y disfrutar al máximo de cada victoria.

– Pero llegó a la cima.

– Sí, sí. Para tirarme a mí... Por orgullo hay que aguantar. Pero hay que saber sufrir. Va a haber momentos jodidos, pero estoy seguro de que la gente va a disfrutar con el equipo y uno de los objetivos es conseguir que el aficionado vaya al campo y diga 'éste es mi equipo'. Ganaremos o no, porque es fútbol, pero vamos no vamos a especular. Y espero que eso les llene de orgullo.