Lucas y la última grieta del mercado
La posibilidad de fichar del Barcelona reabre la inquietud en torno al ariete albiazul, pese a la complejidad de una operación aún hipotética
El alavesismo anda inquieto. Respira cierta incertidumbre, al menos. Le preocupa el futuro de Lucas Pérez. Es algo más coyuntural que cierto. Más por ... la realidad del Barcelona que por la del propio club albiazul. Pero hay un fantasma planeando sobre Mendizorroza. El de las necesidades blaugranas. El de la última grieta mercantil que ofrece el reglamento. La lesión de Dembelé ha reabierto la caja de Pandora y ha vuelto a agitar un bazar, el de los delanteros, que parecía cerrarse el pasado 31 de enero.
Una vez operado el galo, a la espera de que un tribunal médico certifique un período de convalecencia superior a cinco meses –el jugador dado de baja no puede volver a ser inscrito en ese período–, el Barcelona puede fichar fuera de plazo. Solo falta el permiso de la Liga. Un trámite que se da por hecho, que se resolverá en un máximo de 72 horas y que dará a los culés quince días para incorporar un jugador. Con condiciones: debe ser un futbolista sin contrato o cuya incorporación «no requiera la expedición de un certificado de transferencia internacional». Es decir, que juegue en la Liga.
El punta gallego no es la prioridad culé y el Alavés solo podría fichar un relevo si se ejecuta la cláusula
situación
Es ahí donde el abanico se reduce tanto que deja pocas bazas reales a la dirección deportiva blaugrana. En la lista, los recurrentes nombres de Willian José (Real Sociedad) –ya descartado, según la prensa catalana, por su elevado coste–, Ángel (Getafe), Loren (Betis), Roger (Levante) o Lucas Pérez. El presidente azulón, por ejemplo, ya ha manifestado públicamente su predisposición a negociar. El delantero albiazul no es una prioridad, pero, según pasan los días y se caen las alternativas, lo que antes parecía una utopía ahora es solo complicado. El Barcelona no ha tocado aún el timbre de Mendizorroza, pero ya sabe que al jugador, lógicamente, le seduce la idea de saltar a un grande. Y el Alavés no se cierra ninguna puerta.
Calma en Mendizorroza
Su cláusula ronda los 20 millones de euros y solo estaría disponible para las últimas catorce jornadas –a ésta no llega–, ya que no podría jugar la Champions. La inversión se antoja excesiva para una pieza de rotación que dé minutos de refresco a los titulares de cara al torneo continental. Pero el punta gallego, a sus 31 años, ve con buenos ojos asumir el rol del añorado Larsson y el club que paga es el mismo que el año pasado se 'reforzó' con Boateng, entonces con la misma edad, que solo jugó 303 minutos repartidos en cuatro partidos entre las tres competiciones.
Y el Alavés espera tranquilo. Sin urgencias, sin necesidad. Con sus deberes mercantiles hechos dentro del plazo marcado. Pero con su conocida etiqueta de «club vendedor». Así lo definió recientemente el propio director deportivo albiazul, Sergio Fernández. «Intentamos vender en el 'justiprecio', que a veces lo marca el mercado y a veces nosotros», precisó. Siempre abiertos a negociar, si la oferta es lo suficientemente atractiva. Con una cláusula de rescisión que en este caso cobra más importancia.
En el hipotético caso de que el Barcelona fichara a Lucas, el Alavés solo podría fichar un sustituto si los catalanes ejecutan la cláusula liberatoria. Si los clubes pactan un precio menor, dado que se da por hecho que el vendedor acepta las condiciones, los albiazules no tendrían ese derecho. Un matiz diferencial. Las últimas rendijas del mercado.
Solo un delantero más
Otra arista fundamental es la parte deportiva. Porque Lucas es una pieza clave en el engranaje ofensivo alavesista (9 goles y 4 asistencias). «Teníamos claro que determinados jugadores solo saldrían remitiéndose a la cláusula de rescisión», dijo Sergio Fernández sobre el interés que despertó el gallego en el mercado de invierno. Ahora, si cabe, la escena es más radical, ya que, sin esa posibilidad de fichar, Asier Garitano se quedaría con Joselu como único delantero puro en plantilla. «Nos hubiera venido bien otro, pero no lo considerábamos una prioridad. No veíamos necesario meter al club en gastos mayores con los recursos que tenemos», dijo entonces el director deportivo.
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