Levante 2-0 Alavés

El Alavés paga caro su grave apagón

El conjunto albiazul regala dos goles ante un adversario directo, carece de capacidad de reacción y se aboca a un final de temporada sin red en su carrera por el ascenso

Sábado, 29 de abril 2023, 18:08

Era una tarde de enfermería o puerta grande y al Alavés se lo llevaron malherido del Ciudad de Valencia. Un regalo pocos minutos después del ... comienzo y otro en una acción a balón parado decidieron por anticipado un choque entre iguales que pronto resultó un partido entre diferentes por las circunstancias. Si colocarse por debajo en el marcador resulta determinante en un altísimo porcentaje de encuentros de esta categoría, sufrirlo ante el Levante -posiblemente la mejor plantilla de Segunda- se convierte en letal. La gravedad del apagón a cuatro jornadas para el final del campeonato se antoja evidente. Deja a los vitorianos sin red para lo que resta de campeonato -no parece posible ascender de forma directa sin al menos tres victorias- y permite al conjunto valenciano engancharse de nuevo a la carrera con todas las opciones. Ya se sabe que hay menos sillas que equipos y no todos se sentarán la próxima campaña en la mesa de los mejores.

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Así es el fútbol. El mismo equipo albiazul que había encajado tres goles en nueve jornadas se llevó dos en menos de media hora. Ni siquiera esa contabilidad asusta por sí misma. Más bien esa sensación de que los errores groseros se acumularon en el peor momento. Cuando todo apuntaba a la necesidad de forzar un choque largo y obligar al Levante a despeinarse si quería buscar los tres puntos. Lejos de ello, el cuadro local se peinó y hasta se hizo la raya a su gusto desde el momento en el que Pepelu anotó el primer tanto. Doble error de Antonio Blanco, mal despeje primero y posteriormente otro al centro del área, y notable definición del centrocampista pese al leve roce de Sivera.

Levante

Femenías; Pubill, Postigo, Rober Pier, Álex Muñoz (Son, m.37); Rober Ibáñez (Andrés García, m.79), Pepelu, Iborra, Joni Montiel (Musonda, m.66); Cantero (Soldado, m.66) y Wesley (Bouldini, m.66).

2

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0

Alavés

Sivera; Arroyo, Abqar, Duarte, Javi López; Guridi (Sevilla, m.58) Blanco (Balboa, m.58), Rober (Rebbach, m.70); Jason (Villalibre, m.58), Rioja y De la Fuente (Sylla, m.81).

  • Goles: 1-0, m.7: Pepelu. 2-0, m.32: Wesley.

  • Árbitros: Busquets Ferrer (Colegio balear). Amonestó a los locales Iborra, Joni Montiel, Son, Musonda, Postigo y Soldado y a los visitantes Blanco y Guridi.

  • Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo octava jornada de LaLiga SmartBank ante 20.300 espectadores, con unos cuatrocientos seguidores del Alavés.

Lo de Pepelu con Iborra en el eje del centro del campo fue un control total. Con capacidad para acelerar y frenar. De veteranos, con el cupo de marrullería habitual. Muchas faltas tácticas para evitar problemas, sobre todo en la primera parte. Después, más bien un repliegue ante un Alavés que apenas asustaba. Un cabezazo de Villlalibre en una acción a balón parado fue prácticamente la única acción merecedora de llamarse oportunidad clara. Antes del descanso, otra similar para Jason. El adversario, pese a la baja de hombres determinantes como el lesionado Campaña o el sancionado De Frutos, presentaba individualidades notables. Como Montiel, que dio una mala tarde a los albiazules. Pase milimétrico a Pepelu en una ocasión flagrante que sacó Sivera, generador de juego ofensivo y disparos lejanos, y córner al área para el tanto de Wesley. Quedaba claro antes del choque que el Alavés solo podía imponerse al Levante a través de colectivo. De limitar los errores y prácticamente sellar la portería de Sivera. Nada más lejos que lo que sucedió.

Un cuadro vitoriano que Luis García plantó sobre el césped con la entrada de Arroyo por el tocado Tenaglia y Abqar por Laguardia. Para mantener a Duarte como central zurdo y Javi López en el carril izquierdo de la defensa. Igualmente, Guridi continuó en su posición de doble pivote junto a Blanco y el preparador albiazul insistió e Róber en la media punta. Pero el castillo se desplomó en pocos minutos. En una de esas acciones sin demasiada explicación y con muchas consecuencias. Donde solo cabía un despeje en largo a Antonio Blanco -uno de los futbolistas técnicamente mejor dotados de la plantillla- le salió un extraño globo. Un segundo después acabaría pinchándose en las redes de Sivera.

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Así que todo cambió de inmediato. Las obligaciones se trasladaron desde Valencia hasta Vitoria. Y es que tres puntos albiazules colocaban a los levantinos en la cuneta y lo contrario, lo que sucedió, provoca que el Alavés haya regresado a ese alambre del que, en realidad, tampoco ha escapado en los últimos meses. A aquellos cuatro partidos sin marcar y sin ganar le siguieron cinco con once puntos para retornar a las posiciones de ascenso directo. Ahora, a la espera del cierre de la jornada, la realidad apunta a un duelo del próximo viernes ante el Granada sin vuelta atrás.

Control local

Al cuadro albiazul, en realidad, no le dio este sábado para provocar casi ni cosquillas a un Levante bien plantado y que se movió con solvencia en un duelo extremo. Marcó, mantuvo casi siempre el dominio posicional e, incluso, siempre pareció más cerca de cerrar el partido que el Alavés de poder abrirlo. Si a ello se unen las concesiones, incluida la del córner que Wesley remató a base potencia y prácticamente sin saltar, poco había que hacer. Un 2-0 a la media hora le puede servir a un conjunto menor para ganar a uno de mayor categoría. Cuando te lo endosa un adversario potente, se trata ya de soñar con anotar algún tanto que cambie la situación anímica. Porque el Alavés pareció lejos de puntuar. Ni con la entrada de Salva Sevilla y Villalibre, además de la sorpresiva de Balboa por un amonestado Blanco. No hubo reacción ni casi atisbo de ello. Pudo llegar el 2-1 en una acción aislada, sí, pero el Levante apenas sufrió.

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Poco más que contar de uno de esos duelos donde todo se tuerce de inicio y nada se endereza después. Derrota y golaverage en contra con los levantinos. Una vez esa sensación de que los goles a favor son algo así como el agua en el desierto. Cuatro se han anotado en los diez últimos duelos. Es decir, con la necesidad de ejercicios defensivos brillantes para rentabilizar los tantos. Lo contrario de lo que sucedió este sábado. Así que decepción y rearme inmediato. El viernes ante el Granada, la opción de volver a pedir paso hacia el ascenso. Queda vida.

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