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Las Palmas-Alavés
La pesadilla de los minutos finalesEl epílogo de los partidos del Alavés es lo más parecido al tren de la bruja, un viaje de emociones que termina dejando a uno ... con mal cuerpo. Ayer volvió a ocurrir. El equipo se llevó otro escobazo. Y en el momento que más duele, cuando pensaba que saldría del túnel ileso. Pero apareció la bruja en forma de dos goles que echaron por la borda todo el trabajo previo. Una amplia renta desaprovechada y tres puntos que se esfuman después de que el cuarto árbitro ya hubiese señalado el tiempo añadido: 8 minutos para la desesperación.
8 minutos de descuento como puntos ha perdido el Alavés de Coudet en cinco partidos (Valencia, Girona, Leganés y Espanyol) a partir del minuto 85. Desconexiones y la aparición de grietas en la defensa que cortan al equipo las alas para conseguir despegar en la clasificación. Los números ponen de manifiesto la magnitud de este terremoto: el Alavés tendría 35 puntos y navegaría por aguas más tranquilas.
Un dolor al que ayer puso voz Coudet. «Hemos perdido muchos puntos. Son muchos», reconoció a la conclusión del partido en el que trató de amarrar la renta al dar entrada a Garcés. «Hemos intentado cerrar los partidos de diferentes maneras». Dando entrada a diferentes hombres para evitar un agujero en el zurrón. Pero pese a probarlo de todas las formas, la fragilidad atrás se mantiene. «Tendremos que seguir trabajando sobre eso. A veces es la parte mental», reconoció.
El guion de los minutos finales cambia de escenario, de protagonistas e incluso de forma, pero mantiene el mismo doloroso resultado: un botín que el equipo no consigue defender con garra. Esa fortaleza que demostró hace menos de una semana contra el Villarreal. Esa victoria en la que todo estaba en contra, al quedarse el Alavés con nueve hombres y una lluvia que era el fiel reflejo del chaparrón del Villarreal. Pero el equipo nunca se desconectó y los groguet no encontraron resquicio para superar el muro.
Sin ganar las 'finales'
Esa muralla ayer se resquebrajó desde los once metros. Un penalti que dio vida a Las Palmas e hizo que los viejos fantasmas volviesen a sobrevolar el área de los alavesistas. Daba igual que en los 90 minutos anteriores los canarios apenas hubiesen generado peligro sobre la meta defendida por Adrián Rodríguez, que el Glorioso se hubiese mostrado más entero y que tuviese, al menos hasta esos instantes finales, el partido bajo control: el descuento dejó sin premio ese trabajo.
Este resultado pone de manifiesto las dificultades de los vitorianos para ganar sus 'finales'. Los encuentros contra rivales directos que son finalmente los que permiten abrir una brecha en la clasificación. Porque ayer la victoria no sólo le permitía pegar un salto, sino dejar tocado a Las Palmas. Pero los minutos finales volvieron a ser una pesadilla.
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