El uno a uno del Almería - Alavés

Es difícil el papel de un portero suplente sin confianza, pero resulta complicado recordar una actuación individual tan nefasta en un guardameta, ya que el alicantino erró en los tres primeros goles. Regaló el hueco en el primero, se comió el segundo y saló mal en el tercero.

Engullido por el caos generalizado, fue de los pocos que, al menos, intentó poner algo de carácter en sus acciones. En el primer gol no se entendió bien con Ximo y no estuvo contundente para frenar a Sadiq. Después, aunque lejos de una actuación positiva, fue de los más discretos.

Volvía al equipo y lo hizo como central. Y con una actuación desafortunada. Una indecisión con Laguardia dio origen al primer gol y otra con Sivera propició el tercero. Hizo el penalti que redondeó el esultado. En medio, desajustes e indecisiones impropias de su regularidad.

De lo poco salvable, aunque su nivel tampoco se acercara a una actuación individual correcta. Se hizo un hueco en el equipo de la mano de Abelardo y el regreso del ‘Pitu’ al banquillo albiazul puede redundar en una mayor cuota de minutos para el canterano.

De lo poco que se pudo salvar en una actuación global pésima. Se internó un par de veces con intención por el carril izquierdo.

Volvía a ser titular y empezó el duelo activo, como uno de los pocos interesados en poner algo de voluntad al ataque alavesista, al que se asomó en un par de buenas incorporaciones. Pero se apagó conforme se diluyó el bloque, superado por el centro del campo local, que dominó fácil.

Un jugador de su experiencia no se puede permitir una acción tan absurda como la que le supuso la expulsión. Samu hace teatro y se tira, pero el manchego se equivoca lanzándole el cabezazo, aunque sea muy leve. No está fino y su error le dio la puntilla al conjunto albiazul.

Sin fortuna ni acierto, pero, al menos, quiso, que no es poco, visto lo visto. Sus carreras acabaron generalmente en intenciones inconclusas, pero, aunque fuera con cierto desorden, aportó algo de bullicio al ataque alavesista en los pocos minutos que duró la voluntad albiazul.

Otra mala actuación del canario, desesperante por momentos. Flojo en la presión y muy impreciso con la pelota en los pies. Empezó por la banda izquierda, sin aportar desborde ni desequilibrio, y terminó como delantero.

Su posición adelantada, como enganche con el único punta, fue una de las novedades de Abelardo. Empezó frío, sin participación ofensiva y cierta dejadez a la hora de presionar. Empezó a aparecer mediado el primer tiempo, pero se difuminó en el desastre colectivo.

Oportunidad perdida para llamar a la puerta de Abelardo. En el tono gris oscuro del equipo. Tuvo algunas acciones ofensivas antes de la expulsión, pero sin acierto ni relevancia. Sin la Copa del Rey, será uno de los jugadores que tendrá complicado disponer de minutos.

Salió con todo decidido, para refrescar el equipo, y se limitó a salvar la papeleta.

Refresco para Laguardia en el tramo final del encuentro.

Trató de imprimir algo de carácter en la segunda mitad.

Salió para equilibrar el equipo tras el descanso y protagonizó la desafortunada jugada del cuarto gol.