Laguardia, durante la entrevista con este periódico. RAFA GUTIÉRREZ

Laguardia y su amor por Vitoria: «Soy un privilegiado, encontré mi sitio perfecto»

El exjugador analiza cómo es su nueva vida y su rol en el Alavés tras colgar las botas en 2023

Sábado, 22 de febrero 2025, 00:21

– ¿Han pasado casi dos años desde que colgó las botas. ¿Echa todavía de menos el fútbol?

Publicidad

– Sí, sobre todo en los partidos. Viajo ... con el equipo y los jugadores. Era algo que no quería perder. Estoy en las concentraciones, tanto en casa como fuera, pero sí se echa de menos. Sobre todo en Mendi, con el ambiente que se crea y todos los recuerdos, buenos y no tan buenos, vividos que me hicieron crecer a nivel profesional y personal.

– ¿Cómo es su día a día?

– Voy temprano a la oficina a ordenar los informes de los partidos que he visto. También me organizo los cursos que estoy realizando. El año pasado hice el de director deportivo y éste estoy en uno de gestión deportiva y sacándome el último título de entrenador. Luego voy al entrenamiento. Me encanta entrar en la sala de fisios, que es un poco el confesionario, y charlar con los jugadores. Veo la sesión y hablo con el míster, comentándole situaciones o ideas. Regreso a la oficina y charlo con Sergio Fernández, que casi siempre va al entreno, y otros miembros de la dirección deportiva como Urbano Santos y Raúl Pérez sobre la actualidad del equipo. Desde el principio me acogieron, me pusieron facilidades y no hay mejor máster que estar día a día con ellos.

– ¿Cómo recuerda su última temporada en activo?

– Fue muy peculiar desde el inicio hasta el final. Por temas de límite salarial me costó mucho volver al Alavés. Al final lo conseguí con paciencia y el trabajo de mucha gente. Era algo que quería desde el primer momento. Es verdad que perdí mucho protagonismo conforme a lo que había vivido antes, pero lo llevé muy bien porque el ambiente en el vestuario era muy bueno. Asumí perfectamente el rol de veterano, de ayudar a los jóvenes que estaban empezando como Abqar, que jugaba en mi posición. Pude ser guía y el ejemplo en el que se podían fijar. Además, logramos el objetivo, que para mí fue increíble por cómo se dio.

Publicidad

– ¿Se queda con ese momento de su carrera en el Alavés?

– El más sublime fue el penalti del 'búfalo' Villalibre. La celebración posterior en el campo, en la Virgen Blanca con mi hijo... Fue un sueño. No se va a repetir jamás. Ni el mejor de los guiones de Hollywood lo hubiera firmado. También me quedo con la vuelta de la semifinal de Copa ante el Celta en Mendizorroza. La final me la perdí por lesión, pero aquel duelo fue tremendo.

– ¿Qué ha supuesto para usted echar raíces en Vitoria?

– Yo caí de pie. Hacía partidos horribles y no había críticas. Siempre le dije a mi familia que desde el primer día, por mi forma de entender el juego o de jugar, la gente se identificó conmigo y yo con ellos. Me encanta la pasión de la grada y el ambiente de un campo que es medio inglés. Y la ciudad es tranquila y la gente acogedora. Encontré mi sitio perfecto a todos los niveles en Vitoria. Soy un privilegiado.

Publicidad

¿Ha cambiado mucho el oficio de central?

– Ya no eres central, eres un jugador que ocupa una posición en primera línea. Yo viví la transición al VAR y creo que muchos defensas históricos serían diferentes. Tengo un discurso conflictivo porque no me gusta. Hay jugadores como yo que teníamos déficits y que nos ayudábamos en otras cosas que el VAR ahora limita. Y se te ven un poco las costuras. Es una herramienta que hace el fútbol más justo pero le quita esencia, pureza y la picardía de la calle que me encanta y que también la recibía en contra. Ahora está todo más castigado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad