Huesca 0 - 1 Alavés
El Alavés se suma a la fiestaEl cuadro albiazul resuelve con un gol de Tenaglia otro duelo físico y áspero para sumar tres puntos que le permiten creer en el ascenso directo
El Glorioso nunca se rinde. Parecía tocado con las cuatro derrotas de diciembre y regresó en 2023 con cinco victorias. Parecía de nuevo malherido tras ... cuatro duelos sin ganar y sin marcar y ha retornado al escenario de los mejores con dos triunfos consecutivos. Para reclamar su lugar en la fiesta del ascenso directo, donde todo apunta a cinco invitaciones (Eibar, Granada, Las Palmas, Levante y Alavés) para bailar hasta el final. Y es que de ocho a cuatro puntos se ha rebajado la distancia sobre el liderato en estos dos últimos encuentros. No sin sufrimiento extremo.
SD Huesca
Andrés; Ratiu (m.77, Kanté), Blasco, Pulido, Vilarrasa (m.77, Mateu); Salvador, Sielva, Valentín, Real (m.70, Javi Martínez), Joaquín (m.32, Lombardo); y Obeng (m.70, Carrillo).
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Deportivo Alavés
Sivera; Tenaglia, Abqar, Sedlar, Duarte; Blanco, Salva Sevilla (m. 60, Moya); Jason (m. 86, Javi López), Guridi (m. 92, Laguardia), Rioja (m. 92, Balboa); y Miguel (m. 60, Villalibre).
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Gol. 0-1, m. 72, Tenaglia
El 1-0 de Mendizorroza ante el Tenerife se convirtió este domingo en 0-1 en Huesca. Para ganar en un estadio que no veía caer a su equipo desde agosto. Después de otro duelo áspero y físico donde la escuadra vitoriana mereció el triunfo por insistencia, aunque solo lo encontró en un cabezazo furioso de Tenaglia. No anda sobrado el cuadro alavesista de precisión y pegada en los metros finales. Lo suyo es golpear y golpear hasta que, a veces, otras no, el rival acaba noqueado.
El partido, como no podía ser de otra manera, se conjugó en código binario de unos y ceros. Apenas quedaba otra opción cuando el Huesca venía de trece duelos en casa donde nadie había marcado más de un tanto y el Alavés comparecía después de esta elocuente secuencia: 0-0 (Cartagena), 1-0 (Villarreal B), 0-0 (Lugo), 1-0 (Ponferradina) y 1-0 (Tenerife). El juego, además, se asemejó con fidelidad a lo que decían los antecedentes. En el Alcoraz y ante el rocoso Huesca de Ziganda solo queda un trabajo de albañilería. Colocar ladrillos futbolísticos sin descanso a la espera de que la pared resista y acertar en algún descuido del adversario. Por la rendija del juego aéreo y el centro templado de Duarte se coló Tenaglia.
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Un Alavés que solo ha marcado dos goles en seis partidos resiste. Es la mejor noticia en una fase de dificultades ofensivas. Luis García reclamaba goles desde cualquier posición del campo y llegó el tanto desde la banda derecha de la defensa. Aunque, como es habitual, la acción se gestó por la izquierda, con intervención de Rioja. Rara vez ocurre lo contrario. El técnico albiazul también pedía aprovechar mejor las opciones lejos de Mendizorroza y también fue complacido.
El Alavés hizo bastante más que el Huesca -su única ocasión clara llegó en el descuento- aunque eso no garantiza nada. Venía de perder con claridad en Villarreal y, en cambio, de otro duelo muy igualado en Ponferrada donde salió cruz. No es el cuadro albiazul tan superior como para derribar adversarios con la mirada. Necesita un permanente cuerpo a cuerpo y cierta fortuna. La que en otros duelos se le había negado.
Equilibrio y gol
El Alavés se manejó en cualquier caso con mucha solvencia. Ante un oponente que rehúye normalmente del balón y busca los contragolpes a la escuadra albiazul le costó encontrar cierto ritmo. Sin embargo, apenas concedió cerca del área de un Sivera que solo tuvo que intervenir para salvar una falta desviada en un rebote. Poco o nada más. Notables los centrales Abqar, en su regreso, y Sedlar, igual que un Antonio Blanco que bloqueó su parcela y contribuyó a la fluidez del juego. Como un Salva Sevilla que trataba de armar los ataques ante un adversario con las líneas muy juntas y que esperaba una y otra vez encontrarse un error alavesista.
La Liga se acerca a su final y los partidos, como el de este domingo, comienzan a destilar impaciencia. Lo que en otra fase del campeonato hubiese sido un empate para mirar hacia adelante hoy se intuía como un paso atrás. En esas condiciones, la obligación de jugar a ganar, todo se complica. El Alavés supo administrar esos nervios sin perder el equilibrio en sus líneas. Bien pudo acabar el choque en igualada si no llega el acierto de Tenaglia, pero todo apunta a que para la escuadra albiazul solo queda este camino. Lo de resolver con acciones individuales de gran calidad parece destinado a otros de los adversarios directos.
Si las estrellas brillan más en otros campos solo cabe la vía de ganar como equipo. La efervescencia ofensiva albiazul se limitó a cinco partidos con explosión compartida de Rioja y Villalibre, pero se antoja complicado que vuelva a repetirse con frecuencia. Marcadores ajustados y escasos de goles. Es el menú del día en Segunda y, posiblemente, la única fórmula que pueda ser ganadora para el Alavés. Un cuadro vitoriano que lleva ya más de un mes convirtiendo a Sivera en el jugador con menos trabajo sobre el césped. El guardameta alavesista sigue además con su notable temporada. Es complicado aparecer poco y hacerlo casi todo bien.
Luis García había buscado el triunfo con la entrada de Moya y Villalibre. Con el objetivo de meter más madera al fogón del eje y la delantera. Ante un Huesca que se antojaba acomodado en la hamaca del 0-0 y sin la más mínima intención de arriesgar. Asi que le tocó hacerlo al Alavés. Por pura inercia también, dado que el rival le concedía el balón y la posesión. Había dominio territorial, juego en campo contrario, aunque también posicional, ya que los oscenses rara vez salían con peligro ante un Alavés muy bien plantado. Como era uno de esos partidos de un gol, bastó el de Tenaglia. Para que la ilusión vuelva a subir hasta las nubes.
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