Ángel María Arregui, un héroe lejos de su tierra
La historia del Deportivo Alavés va unida a una larga nómina de jugadores. Algunos de ellos, tras un paso más bien efímero por Mendizorroza, han ... triunfado lejos de Vitoria. Incluso hay quienes son prácticamente desconocidos en el entorno albiazul pero han llegado a convertirse en héroes en otros lares. Es el caso de Ángel María Arregui Ergüin, nacido en Mondragón el 1 de octubre de 1926, que solo estuvo en el Alavés en 1944-45.
El 5 de octubre de 1944, con apenas dieciocho años, acudió a una prueba con el Alavés, que lo fichó de inmediato, tal y como explicaba ese mismo día el club: «Esta mañana ha habido entrenamiento en Mendizorroza. El entrenador, Chomin Rey, acaba de manifestarnos su complacencia por el juego desarrollado por Arregui, el delantero centro mondragonés. En vista de ello hemos llamado al jugador y después de un pequeño diálogo ha estampado su firma en una cartulina. Debutará el domingo frente al Real Unión».
Esa temporada, Arregui se hinchó a marcar como albiazul (28 goles), comenzando por una racha de ocho partidos seguidos acertando con la portería. Tras uno de esos encuentros, 'Pensamiento Alavés' escribió que Arregui «jugó de cabeza magistralmente y marcó uno de los más preciosos goles que se han visto en Mendizorroza. Un digno sucesor de aquellos otros Unamuno y Olivares, que siempre perdurarán en el recuerdo de esa vieja afición que ayer se volcó en Mendizorroza».
Tras abandonar el Alavés, además de una estancia en la Real Sociedad, la vida deportiva de Arregui transcurrió en su totalidad en Andalucía: primero en el Sevilla, con cesiones al Iliturgi de Andújar y al Úbeda, y trece temporadas en el Real Jaén (1950-1964). De hecho, en la mayoría de sus biografías ni siquiera aparece su paso por el Alavés, mientras que es un auténtico héroe en Jaén. Con éste anotó treinta goles en 1952-53, fue el 'Pichichi' de Segunda y contribuyó al estreno del equipo andaluz en Primera. Aunque el Jaén descendió ese mismo año, Arregui no quiso escuchar las numerosas ofertas que tuvo y permaneció en el club jienense, con el que jugó de nuevo en la máxima categoría en 1956-58. Es considerado «el mejor futbolista del Real Jaén de todos los tiempos», además de su máximo goleador histórico, con 225 tantos. Llegó a ser convocado por la selección española, aunque no pudo debutar.
Arregui se estableció en Jaén y se casó con Rosario Sierra, con la que tuvo cuatro hijos. Además de sus cualidades futbolísticas, es recordado sobre todo por «su caballerosidad y su buen comportamiento fuera y dentro del terreno de juego». Por ejemplo, nunca recibió una tarjeta en sus cuatro años en Primera (uno con el Sevilla y tres con el Jaén). El delantero, que, según sus allegados «no perdonaba la misa de 12 del domingo», aplicó esa generosidad fuera del terreno de juego. Siempre que podía visitaba a los niños de un colegio de huérfanos para «hacernos pasar unas horas felices y llevarnos balones y comida, ya que la necesitábamos mucho por estar encerrados como pájaros en jaula, pero nadie se daba ese mal rato por nosotros». También se sabe que ayudó a un ciego que vendía cupones y a uno de los limpiabotas de la ciudad.
Cuando se retiró, siguió colaborando con la directiva de su club. Gracias a las conexiones con su tierra natal, trabajó como representante en Jaén de Fagor y Manufacturas Arregui, propiedad precisamente del que fue presidente del Alavés Juan Arregui, con el que no tenía parentesco, pese a la coincidencia del apellido. El exjugador falleció en un accidente de tráfico cerca de Córdoba el 5 de mayo de 1967 con solo 40 años. Su muerte fue muy sentida en Jaén, hasta el punto de que el Ayuntamiento dio en 1974 su nombre a una calle de la ciudad. En el estadio de la Victoria, una placa le recuerda rematando a gol con su clásico pañuelo en la cabeza, aunque seguramente, cuando el Alavés ha visitado ese campo, los aficionados babazorros no han llegado a saber que Arregui había sido también albiazul con anterioridad.
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