«Guardo millones de fotos de la fiesta del ascenso en la Virgen Blanca, fue algo único»

– Ha disputado todos los minutos de esta Liga con el Villarreal. ¿Esperaba empezar así?

– A nivel personal noto que el míster confía mucho en mí y eso es de agradecer porque saca lo mejor de uno. Quizá no me esperaba jugar tanto, pero terminé muy bien la temporada pasada y ésta me veía con muchas ganas y confianza. También ayuda que el equipo esté a un nivel fantástico, haciendo un gran arranque.

– El Villarreal es cuarto. ¿Lucharán por meterse en Champions?

– Nuestro objetivo a día de hoy es el Alavés. No me gusta ponerme metas, sino vivir el presente y pensar en afrontar un partido que va a ser muy difícil. Siempre es un equipo complicado. Pelean y presionan mucho y te hacen estar incómodo en el campo durante muchos minutos.

– ¿Pensaba que iba a volver así a LaLiga tras un lustro y 151 partidos en el Watford inglés?

– La verdad es que no. Pensaba que me retiraría allí. Llevaba cinco años y me quedaban varios de contrato, pero cuando salió la oportunidad de ir a un club tan importante como el Villarreal no lo dudé. Teníamos ganas de volver a España y al final escogimos bien. Es mi tercera temporada aquí y estoy muy contento.

– ¿Con qué se queda de su etapa en el Watford?

– Disputar una final de la FA Cup en Wembley ante el City y competir en la Premier, que para un jugador es increíble, son experiencias bonitas. Pasé cinco años fantásticos. Teníamos buen grupo, con varios futbolistas españoles, que ayuda muchísimo.

– También conoció a Elton John, fan y expropietario del Watford...

– ¡También, también! Tuve la suerte de charlar con una leyenda como él. Otra gran vivencia.

– Debutó con 19 años en Primera con el Hércules ante el Athletic y sufrió un ataque de ansiedad. ¿Qué recuerda de aquello?

– Siendo de Alicante y criado en la cantera del Hércules tenía el objetivo de jugar en el Rico Pérez. Me ilusionaba mucho y me puse un poco nervioso. Son cosas que pasan. Lo noté un 'poquito' pero son experiencias que vives y te hacen crecer. Incluso si son malas hay que quedárselas para aprender de ellas.

– Después, jugó en los filiales del Barcelona y del Real Madrid...

– Tuve la suerte de poder estar en esas dos canteras. Aprendí muchísimo en dos de los mejores clubes del mundo.

– ¿Cómo fue entrenar con Cristiano Ronaldo y Messi?

– Fue una sensación única. En el Castilla sí que me empezaron a poner de lateral y cuando subía me tocaba defender a Cristiano, un jugador increíble. En el Barça coincidí con Messi pero también estaban Xavi, Iniesta, Neymar... Imagínate qué equipo. A muchos les gustaría decir que han entrenado con ellos.

– ¿En qué momento hizo el 'clic' definitivo para dejar el extremo y convertirse en lateral?

– Creo que fue con Bordalás en el Alavés. Empecé jugando arriba pero faltaban laterales y me retrasaron. Me sentí muy cómodo, ellos estuvieron contentos con mi rendimiento y me mantuvieron en esa posición.

– ¿Qué tuvo que pulir?

– En ataque me pedían lo mismo. Era un lateral que subía mucho, pero tuve que acostumbrarme a cerrar la línea, estar atento a la espalda... Detalles que se van cogiendo y mejorando poco a poco.

– En Mendizorroza estuvo dos cursos (2015-17) en los que logró un ascenso a Primera y disputó una final de Copa. ¿Cómo describiría aquella etapa?

– Bordalás me llevó al Alavés y pasé dos años increíbles. Mi familia también estaba encantada en la ciudad por cómo nos acogieron. Deportivamente el equipo hizo dos muy buenas temporadas, subiendo y llegando a la final de Copa. Son de los mejores recuerdos que tengo.

– ¿El objetivo de aquel Alavés era ascender a Primera?

– Creo que no estaba diseñado para subir, pero empezamos ganando y nos metimos arriba. Los equipos de Bordalás compiten muy bien y a los rivales les costaba vencernos. Quizás había conjuntos más dotados técnicamente, pero hicimos una piña, una familia espectacular, y creo que esa fue la clave para poder ascender.

– Después vino la celebración en la Virgen Blanca...

– ¡Sí! Tengo millones de fotos y de vídeos. Cada vez que los veo pienso que son experiencias únicas. Me alegro de haber hecho tan feliz a una ciudad como Vitoria. Un lugar increíble a cuya gente siempre le desearé lo mejor.

– El curso siguiente, con Pellegrino y muchos cambios, el Alavés logró un noveno puesto y alcanzar la final de Copa con futbolistas como Llorente, Theo... ¿Cuánto le sorprendieron?

– A Llorente lo tenía un poco más controlado pero Theo nos sorprendió mucho. Venía de la cantera del Atlético, casi sin experiencia, y parecía que llevaba muchos años en Primera. Ambos son grandísimos futbolistas como ya demostraron en Vitoria. Nos ayudaron mucho a conseguir todo lo que logramos en aquella etapa.

– Con tantos nuevos, el papel de Manu García, Laguardia o Pacheco sería clave...

– Lo mejor que teníamos en ese vestuario eran los capitanes, líderes que te llevaban en volandas además de grandísimos jugadores. Y personas increíbles. Fueron fundamentales.

– ¿Cómo recuerda la final ante el Barcelona? El gol del empate de Theo ilusionó al alavesismo...

– Afrontamos el partido muy serios. Competimos y empezamos bien. Tuvimos nuestras opciones pero sabíamos que era muy difícil. Empató Theo pero luego Messi empezó a hacer de las suyas. Llegar a una final fue un premio para el grupo y para los aficionados. Estuvieron muy orgullosos de nosotros.

– El Calderón y Madrid se tiñeron de albiazul...

– La hinchada del Alavés es una de las mejores que hay por cómo animan. Nunca te dejan solo. Nos arroparon en todo momento pero no pudimos darles lo que merecían. Aún así dimos la cara en todo momento.

– ¿El Alavés fue un punto de inflexión en su carrera?

– Totalmente. Allí cogí muchísima confianza como futbolista. Después de varios años difíciles, pasándolo mal, Vitoria, Bordalás y el Alaves me dieron esa seguridad que necesitaba.

– ¿Es Bordalás el entrenador que más le ha marcado?

– Sin duda. Cuando me quedé sin equipo me llamó y me llevó al Alcorcón. Y luego al Alavés. Di el salto con él y fue importantísimo en mi carrera. Le agradezco todo lo que hizo por mí. Le tengo un respeto inmenso.

– ¿Fue complicado quedarse sin equipo con 23 años tras debutar en Primera y pasar por el Barcelona y el Real Madrid?

– Fue un momento duro porque entrenaba solo y echaba de menos el vestuario, el día a día. Por suerte y gracias a Dios pude reponerme a todas las dificultades. Estoy muy contento por todo lo que he vivido. He aprendido muchísimo de lo que hacía mal, de lo que estaba en negativo, para conseguir después ser el Kiko que disfruta jugando al fútbol.