Goteras y recelos

Yo no sé a quién corresponde arreglar las goteras, remodelar el campo o hacer uno nuevo. Pero sé que, cuando un club de fútbol habla de inversiones, de patrimonio, de infraestructuras o de producción, estamos hablando principalmente del estadio y de la ciudad deportiva. Y llevábamos seis campañas en Primera y nada de nada. Por si hay intención, un campo no debe ser grande, pero sí práctico, cómodo, accesible, sostenible, estético, con todo tipo de servicios de hostelería, culturales, tecnológicos y de comunicación que lo hagan acogedor y entretenido en sí mismo, independientemente del partido. Eso es marketing.

Haciendo un paralelismo entre el fútbol y el negocio de hostelería, diríamos que tenemos un comedor con goteras y una no-cocina o, mejor dicho, una humilde ciudad deportiva que es Ibaia. Eso sí, sin goteras, porque está casi todo a la intemperie. Por cierto, qué pena y qué error histórico fue abandonar el proyecto de Betoño, tanto para la ciudad como para el club. Existen varias docenas de argumentos deportivos y urbanísticos que avalan lo que digo. Pero en esto también ha pasado como con las goteras, que no hay confianza entre La Propiedad y El Consistorio.

Siguiendo con el negocio de hostelería vayamos al producto, al menú (el fútbol y los futbolistas). Un menú que, a pesar de esta humilde cocina, unas veces sale bien y sabe muy rico y otras no tanto. Aunque esto siempre está en función del presupuesto que uno quiera gastarse en el producto para cocinar el menú. Y el presupuesto a veces se nos va en inversiones fuera del fútbol y poco productivas. Y, por último, el imprescindible trato a la clientela por parte de los camareros y la gerencia. Un tanto frío y distante, como simples y esporádicos clientes. Y a pesar de todo, lo mejor que tenemos es la clientela o afición, algo que compensa todo lo anterior.

Y no olvidemos que hoy jugamos como si fuese un derbi contra un buen Mirandés. Un equipo que tiene dos partidos entre ceja y ceja, el nuestro y el del Burgos. Por lo tanto, pocas bromas. Un equipo que al comienzo de la campaña nadie daba un duro por él. Pero es de destacar y aplaudir que, a pesar de los malos resultados iniciales, la directiva mantuvo a su entrenador Joseba Etxeberria. Por algo será. Un entrenador que ha ido variando su planteamiento, pero mantiene su estilo. Un planteamiento más conservador defensivamente pero un estilo fluido, dinámico y atrevido cuando tienen el balón. Con buenos y jóvenes jugadores, muchos de ellos cedidos pero que les están dando buen resultado. Me gustaría saber por qué alguno de ellos no ha recalado en nuestras filas. Son los misteriosos e incomprensibles asuntos financieros y topes salariales entre las secretarias técnicas y los representantes.