Un frenazo obligado por las circunstancias

El Deportivo Alavés cuenta con veintiséis jugadores en su primera plantilla, aunque otra decena ha participado a lo largo de la pretemporada. Una situación con muchos matices. Es el caso, por ejemplo, de nombres como Jesús Owono y Abdallahi. El portero depende en buena parte del destino de Pacheco y el mauritano tiene pocas opciones de regresar al segundo equipo tras su préstamo al Istra.

El club también debe definir el futuro de muchos cedidos que han regresado. Hara, Sylla o Perera -inédito en el primer equipo, pero que a sus 25 años ya ha quemado la etapa del filial- sí que han participado en la concentración de Villaitana. Al contrario que nombres como Carlos Isaac, Tachi, José Luis Rodríguez, o Borja Sainz. Son los principales candidatos a abandonar el equipo, como Saúl García. Es el caso del canterano vizcaíno, cuya marcha negocia el Alavés con el Giresunspor turco. En otro escenario están los futbolistas del filial que participan en la pretemporada. Varios ya han regresado con el segundo equipo y otros lo harán a medida que avance la fase de preparación, aunque solo su rendimiento a lo largo de estos días definirá si alguno se queda.

Pero, por el momento, nadie ha salido. Ni los jugadores que no cuentan ni los que han generado el interés de clubes de Primera. Destaca el caso de un Pacheco, inédito en la pretemporada. Entrena con los demás, pero no ha jugado ni un solo minuto. Ni siquiera ha figurado en las convocatorias. Ha generado el interés de clubes como el Getafe y el Almería, pero sin acuerdo con nadie para su traspaso. Lo mismo pasa con Luis Rioja. El extremo sí que ha tenido continuidad este verano. También ha llamado la atención de compradores. Como informó este medio hace dos semanas, el Alavés rechazó una oferta de dos millones por él y aspira a sacar algo más. Lejeune o Duarte tampoco han dado con un comprador dispuesto a abonar la cifra que el Alavés considera oportuna.

La necesidad de dar bajas es una cuestión logística, pero también económica, como explicó el director deportivo albiazul, Sergio Fernández. «Desde este año se difiere la ayuda al descenso -ya no se ingresa el 100% de una vez, sino solo el 60%- y eso nos obliga a reajustarnos y modificar el plan inicial que teníamos», aseguraba a mediados de este mes. Cuantas más bajas -y más si alguna lleva aparejado un traspaso y la liberación de una ficha alta- mayor margen de maniobra. El enésimo equilibrismo económico para completar la plantilla. Algo que el técnico ve imprescindible. «Tienen que salir y tienen que entrar. Es 100% necesario si queremos luchar por el objetivo de ascender. Si no, no lo haremos. Si termina el 31 de agosto y no hay salidas ni entradas, lo diré públicamente y lo digo ya, que nuestro objetivo no es ascender directamente», aseguraba Luis García a EL CORREO la semana pasada.

El Alavés tiene buena parte de su plantilla configurada, aunque aspira a sumar algunos perfiles. Deberá fichar, al menos, un jugador para el centro de la defensa. Ahora solo cuenta con Sedlar, Lejeune, el polivalente Anderson -que en pretemporada ha jugado como lateral derecho- y un Tachi inédito y llamado a salir. Sigue pendiente de Laguardia, que aún no ha decidido su futuro. También el centro del campo o la delantera son parcelas susceptibles de mejorar. Aunque el ataque cuenta ya con tres efectivos como Sylla, Miguel y Hara.

Aún queda más de medio mercado y la tendencia mostrada en las últimas temporadas sugiere que acelerará. Se alterarán objetivos, aparecerán nuevas piezas en el mercado y algunas posturas estarán obligadas a acercarse. Pero el Alavés debe coger de nuevo la velocidad de crucero que le permita conformar la plantilla con la que busque el ascenso.