Alavés opinión
Play off de ascenso: oportunidad y exigenciaNadie que haya visto los 42 partidos puede reclamar al Alavés el ascenso; sí exprimirse en unos play offs muy igualados siendo él uno más
Basándose en argumentos futbolísticos, nadie que haya presenciado los 42 partidos de liga puede exigir por potencial el ascenso del Alavés. Otra cosa es esperarlo ... o desearlo. A estas alturas no existen ya ases debajo de la manga ni palomas que salgan de las chisteras. Visto lo visto, al siempre complicado play off llega un equipo albiazul solidario en los esfuerzos, disciplinado en lo táctico, bien entrenado y mentalmente fuerte. Sí. Pero también una escuadra justa o muy justa de calidad individual y por supuesto, de gol. El Levante, superior en plantilla y tercer clasificado en la competición regular, parte con la etiqueta de favorito en estas eliminatorias.
Alavés y Eibar, que inician su batalla particular esta tarde, podrían mirarse al espejo y verse reflejados en la figura intensa y física de su rival. Pelea de carneros en el horizonte. El Albacete, integrante que cierra el cuarteto de aspirantes, representa el verso libre, la frescura del invitado inesperado, ese que ríe desde que atraviesa la puerta pese a la seriedad que preside la sala. Oportunidades para todos y también para un cuadro albiazul que, parece claro, es solo uno más. A expensas de que los próximos 180 minutos sean meritorios, pero también afortunados en la balanza aciertos-errores para poder dar el primer paso ante los guipuzcoanos.
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El Alavés llega al choque ante el Eibar con dos imágenes todavía recientes y persistentes en la retina. Ese penalti fallado por Salva Sevilla ante el Granada y la oportunidad de Villalibre en el estadio de Gran Canaria . En cualquiera de esas acciones, es cierto, pudo viajar el ascenso directo. Como se pudo ir antes si el Albacete no se marca un tanto en propia puerta en el descuento o Moya no anota en los instantes finales frente al Málaga en Mendizorroza. No hay que olvidar que el cuadro vitoriano se colocó en ascenso directo a cinco partidos del final -tras otra agónica victoria ante el Leganés con el tanto final de Róber- y solo ganó un encuentro más. Su tenacidad le llevó a rozar ese regreso a la máxima categoría, pero los números hablan también con elocuencia: solo cuatro triunfos en los últimos catorce choques ligueros. A favor, entre otras cosas, la entereza que el cuadro de Luis García Plaza mostró frente a Las Palmas. Para jugar el partido que quería en una situación límite, aunque no llegase finalmente el premio gordo de unas vacaciones anticipadas por ascenso.
Un Alavés que, pese a esa decepción sufrida en Canarias, no debería teóricamente llevar encima ninguna mochila psicológica añadida. Una cuestión es lo que le sucedió al Eibar la pasada campaña -perder el ascenso por un gol a última hora ante un equipo ya descendido (Alcorcón)- y otra ofrecer una notable imagen ante Las Palmas y, simplemente, no encontrar el acierto para ganar. Lejos de los dramas, el Alavés busca alegrías. Encontrar, por ejemplo, goles que sucedan en el libro histórico a aquellos de Raúl García y Manu García que sellaron ante el Numancia el ascenso a Primera de 2016.
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