Espanyol 3-2 Alavés
El Alavés es engullido por el descontrolUn plantel albiazul demasiado blando cae ante el festival de Puado, aunque pelea hasta el final en un duelo equilibrado que acaba con la racha positiva
Acostumbrado a partidos de pico y pala, a colocar ladrillos para construir un edificio sólido que sostenga puntos, el Alavés se dejó este sábado ... engullir por el descontrol. Se le cayó el techo encima, vamos. Demasiadas concesiones, en un mal inicio y en cinco minutos letales tras el descanso, para pagar las consecuencias con una dolorosa derrota. Un duelo, como ya sucedió en Vigo, donde uno se va con la sensación de que un adversario discreto te supera con poca cosa. Aferrado eso sí a un inspiradísimo Puado, que un triplete de goles en Primera es algo serio. Entre una escuadra albiazul blanda y la puntería olímpica del delantero local se escapó la ocasión de mantener la inercia positiva. Después de dos victorias llegó el bofetón. En un choque en cualquier caso muy equilibrado y donde el conjunto albiazul peleó hasta el final por un empate que hubiera sido más justo.
Espanyol
Joan García; El Hilali, Cabrera, Kumbulla, Romero (Oliván, min.85); Jofre (Sergi Gómez, min.75), Kral, Aguado (Gragera, min.58), Tejero (Cardona, min.58); Veliz (Cheddira, min.57) y Puado.
3
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2
Alavés
Sivera; Tenaglia, Abqar (Toni Martínez, min.64), Sedlar, Manu Sánchez; Carlos Vicente, Guridi (Jordán, min.64), Antonio Blanco (Mouriño, min.64), Conechny (Villalibre, min.78); Stoichkov y Kike García (Guevara, min.71).
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Goles. 1-0, min. 21: Puado. 1-1, min. 35: Conechny. 2-1, min. 56: Puado. 3-1, min. 63: Puado (penalti). 3-2, min. 68: Tenaglia.
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Árbitro. Pulido Santana (Comité canario). Amonestó al técnico del Alavés, Luis García Plaza (min. 92), y a Abqar (min. 29), Kumbulla (min. 48), Omar El Hilali (min. 54), Sivera (min. 61) y Manu Sánchez (min. 76).
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Incidencias. Partido correspondiente a la quinta jornada de LaLiga EA Sports. Se ha disputado en el RCDE Stadium ante 24.238 espectadores.
El paréntesis liguero no provocó modificaciones en el once alavesista, ya que Luis García Plaza repitió el equipo que superó a Las Palmas. Sí fue, como auguró el preparador albiazul en la previa, un partido 'bonito de ver', aunque posiblemente no como lo pretendía el técnico. Si en algo más de una hora de juego se encajan los mismos goles (3) que en los cuatro duelos iniciales de Liga algo falla. Ni siquiera un Alavés que apunta su solvencia ofensiva, esa capacidad para llegar al gol con más sencillez que en épocas anteriores, es capaz de resistir tanto balón en las redes de Sivera. El día que debutaron Mouriño y Jordán, ambos dejando muestras de lo que pueden ofrecer.
Casi todo salió torcido para un Alavés que giró y giró el volante para tratar de enderezar el partido, pero no le dio finalmente para mantener la línea recta de anteriores duelos. Superado en el arranque por un Espanyol con más ímpetu que acumuló llegadas y alguna ocasión clara antes de anotar el primer tanto. Por la banda izquierda de la defensa albiazul Tejero y Puado encontraron un tesoro. Entre los dos tejieron casi todos los trajes a la zaga vitoriana. Siempre a contracorriente, pero dentro del partido. Así vivió el cuadro albiazul, ya que Conechny igualó a la media hora y llegaron buenos minutos. Incisivo Carlos Vicente, llegador Guridi. Intimidado entonces un Espanyol que buscaba evitar daños mayores. Antes del descanso Conechny le quitó un remate claro a Manu Sánchez y tras el paso por el vestuario, de nuevo en la ola buena, el argentino probó a Joan García y Abqar envió a las gradas una volea complicada. No apareció esa bisagra que ayudara a abrir la puerta.
Golpes consecutivos
Cuando el Alavés parecía apostar con claridad por buscar el triunfo, con un buen juego colectivo y llegadas al área rival, aparecieron los manotazos que se estrellaron en el rostro albiazul. Primero Puado, en un cabezazo cruzado excelente y extraño, ya que remató prácticamente fuera de posición y le salió el testarazo perfecto. Apenas unos minutos después, pérdida y contragolpe mortal para el penalti. 3-1 y apenas media hora para tratar de reaccionar.
Llegaron los cambios masivos y la entrada de Mouriño, Guevara, Jordán y Toni Martínez. A todo o nada por obligación y, pese a la flojera en determinados momentos, cerca estuvo de surtir efecto. Una muestra más de que esta campaña el banquillo es otra cosa. De ahí salen futbolistas con capacidad para modificar el rumbo de los partidos. Jordán colocó el córner del 3-2 que cabeceó Tenaglia, y Guevara pudo igualar en una volea dentro del área que se le fue por poco. También en el descuento un agarrón de Cabrera a Mouriño pudo haberse señalado como penalti. Ni Pulido Santana en el césped ni Figueroa Vázquez en el VAR consideraron que el tirón de la camiseta fuese suficiente. Lo contrario hubiese sido perfectamente posible. El Comité Técnico de Árbitros habló de sancionar los agarrones y de no señalar 'penaltitos'. Difícil que cohabiten estas dos reglas futbolísticas.
El Alavés se había desatado ya con la entrada de Villalibre para finalizar el duelo con dos arietes. Esta vez no acertó Toni Martínez, que también tuvo un gol antes del 3-2. Y es que en realidad el cuadro vitoriano remató más y con más peligro que el adversario. Ya se sabe que esto puede ocurrir sin que afecte al resultado. El Espanyol castigó mejor cuando dispuso de la oportunidad y por ahí llegan los triunfos, más aún cuando se trata de duelos entre modestos.
Así que de la sonrisa a la mueca y a la obligación de rehacerse en pocos días. Se escapó la opción de la tercera victoria consecutiva y la de igualar el mejor inicio liguero albiazul en Primera. Aparece la realidad de un Alavés en mitad de la tabla con siete puntos y un calendario complicado antes del siguiente parón liguero de octubre. Caer y levantarse. Nada nuevo en el camino albiazul.
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