Los duelos del último asalto
Diferentes estilos ·
Las Palmas y Deportivo Alavés llegan a la batalla definitiva con todas sus armas a punto. Por sus guantes y sus botas pasa la solución del enigma del ascenso a Primera División-
Sivera-Valles
Los guardianes que despejaron las dudas
Antonio Sivera (Xàbia, Alicante, 1996) tenía un papelón esta temporada. Después de cinco años a la sombra de Fernando Pacheco, el Deportivo Alavés le entregaba ... las llaves de su portería en un año complicado. Una sucesión viciada de antemano por la colosal huella que había dejado su predecesor –el guardameta con más partidos en la historia del club–, sujeta al permanente escrutinio comparativo de la grada y a la incertidumbre lógica de cinco años inactividad competitiva. Le costó algunas jornadas, pero hace ya meses que el alicantino despejó de puños cualquier tipo de duda.
Sivera pagó su cuota de desconfianza a principio de temporada. Sin errores clamorosos, pero no terminaba de transmitir la seguridad que necesitaban el equipo, la defensa y la afición. Intercalaba paradones salvadores como el de Andorra con alguna salida dubitativa que generaba cierto desconcierto. El suyo es un puesto especial que necesita continuidad y, con ella, el alicantino ya es en el Alavés el portero que deslumbraba en las categorías inferiores del Valencia, el que se proclamó campeón de Europa sub'21. Sólido, seguro, maduro. Sin dudas.
Tampoco las tiene ya Álvaro Valles (La Rinconada, Sevilla, 1997), que, con entradas y salidas del once, ha defendido el portal de Las Palmas las cuatro últimas temporadas. La presente parecía torcerse cuando en noviembre se rompió el menisco, pero, pese a las dudas que pudo tener García Pimienta tras su recuperación, el andaluz se ha consolidado como el cancerbero titular del equipo con su perfil más sólido y fiable –siete porterías a cero en 18 partidos desde su reaparición–. En Eibar completó partidazo, con un paradón al exalbiazul Javi Muñoz que permitió al conjunto amarillo sumar tres puntos fundamentales.
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Antonio Blanco-Moleiro
Dos precisos metrónomos con diferentes ritmos
Jóvenes aunque sobradamente preparados, como decía aquel anuncio de los años 90. Antonio Blanco (Montalbán de Córdoba, 2000) y Alberto Moleiro (Santa Cruz de Tenerife, 2003) marcan los tiempos del equipo. Cada uno a su manera. Diferentes perfiles, pero similar ascendencia. El centrocampista albiazul lo hace como mediocentro posicional, el ancla que da equilibrio al equipo con una desarrollada capacidad táctica que en defensa le permite abarcar mucho campo sin un físico potente y en ataque dar continuidad al avance de la pelota desde atrás con apoyos constantes. El canario está más enfocado al ataque y su fútbol mira siempre hacia adelante: desborde, último pase (8 asistencias) y llegada.
8 Asistencias
Pases de gol que ha dado Moleiro. En Segunda sólo le supera Callejón (Granada), con 9.
Un centrocampista de último cuarto del campo que se puede adaptar a cualquier posición de la línea de creación, incluso en banda, pero que los entrenadores prefieren por dentro para que tenga más contacto con el balón, porque cuando lo toca suelen pasar cosas. Un enganche con buen uno contra y uno y sobresaliente control de la pelota. Inevitable la comparación con Pedri, de quien heredó el '10' de Las Palmas, por procedencia, cualidades y cercanía en el tiempo. «Tiene claro perfil Barça», dijo el entrenador amarillo, Xavi García Pimienta, con pasado en La Masía.
Con 18 año jugó 35 partidos en la categoría de plata. Con 19 ya lleva cuarenta, el que más de su equipo. Intocable. Como Antonio Blanco, fijo en el once de Luis García desde su llegada en el mercado de invierno. Su acompañante puede variar –Salva Sevilla, Toni Moya o incluso Jon Guridi–, pero el cordobés es invariable en el puesto que antes ocupaba Carlos Benavídez, con protagonismo residual desde la cesión del andaluz. En el Estadio de Gran Canaria, su papel se antoja fundamental.
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Luis Rioja-Jonathan Viera
Galones, calidad y goles para capitanear la artillería
Capitanes con galones y goles. Luis Rioja (Cabezas de San Juan, Sevilla, 1993) y Jonathan Viera (Las Palmas de Gran Canaria, 1989) tiran de jerarquía y calidad para comandar el ataque de sus equipos. El albiazul desde la banda izquierda, el amarillo por dentro. Pegado a la cal el andaluz, que aprovecha su velocidad para generar superioridad: regates y centros, fundamentalmente, pero también llegada, como acreditan sus diez dianas, el mejor registro goleador de su trayectoria profesional. Entre líneas el canario, que a sus 33 años ha perdido explosividad en el dribling pero ha ganado inteligencia táctica para leer mejor los espacios, cayendo a banda o de fuera hacia dentro.
Ahora juega «más con la cabeza que con los pies», como él mismo subraya. Los problemas físicos le han impedido rendir como esperaba, pero ha participado en una cuarta parte de los goles canarios: doce de 49, con siete tantos propios y cinco asistencias. Después de ganar en Eibar hizo sonar las alarmas de la afición amarilla cuando dijo que estaba físicamente justo, pero ya jugó el partido completo en Cartagena y llega en perfectas condiciones para el duelo decisivo ante el Alavés. El día que lleva soñando desde el descenso a Segunda en 2018.
10 Goles
Luis Rioja ha marcado diez tantos y dado ocho asistencias. Viera, siete tantos y cinco pases de gol.
También está listo su 'alter ego' albiazul, que se perdió la jornada anterior por lesión. Su primera ausencia desde septiembre, cuando se perdió dos jornadas por sanción por su expulsión en Lugo. Desde entonces había encadenado 33 partidos, treinta como titular. Y los últimos 19 completos. El Rioja más maduro dejó atrás un verano complicado, con el interés del Espanyol de por medio, para devolver al Alavés donde se lo encontró hace cuatro años. De momento es el máximo goleador albiazul con sus diez tantos, aderezados con cuatro asistencias.
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Villalibre-Sandro
Los encargados del remate final llegan con la pólvora humeante
Los delanteros, siempre se ha dicho, van por rachas. Sandro Ramírez (Las Palmas de Gran Canaria, 1995) ha marcado cuatro goles en las tres últimas jornadas. Decisivos, además: el del triunfo en Eibar (0-1), el del empate ante el Villarreal B (1-1), dos en Cartagena (1-4). Su mejor momento con el equipo de su tierra, en el que, reclutado en verano del Getafe, parecía no cuajar. Asier Villalibre (Gernika, 1997) marcó tres en su primera hora de juego con el Deportivo Alavés: dos en su estreno, al Eibar (2-0), y otro, siete días después, al Zaragoza (1-4). Un impacto brutal que, lógicamente, redujo después su onda expansiva, pero el 'Búfalo' abrió la lata frente al Málaga, justo cuando Luis García Plaza había pedido públicamente los goles de sus delanteros. Dos artilleros con la pólvora todavía humeante de la jornada anterior.
7 Goles
Sandro ha marcado cuatro de sus siete goles en las tres últimas jornadas. Villalibre lleva cuatro.
Y curtidos en batallas de alto rango. Ambos han jugado y marcado en Primera y en Europa. Sandro no ha encontrado su sitio desde que salió del Barcelona: Málaga, Everton, Sevilla, Real Sociedad, Valladolid, Huesca y Getafe –siete equipos en seis años– antes de buscar ese sitio en casa, en club que dejó en categoría infantil. Le ha costado, lastrado por las lesiones –hasta cinco musculares esta temporada–, pero llega enchufado a la finalísima –cinco partidos seguidos como titular–.
Villalibre buscaba en Vitoria las oportunidades que le faltaban en Bilbao. Y su cesión en el mercado de invierno amplió el abanico de una delantera que hasta entonces, con Sylla lesionado y Hara extraviado, recaía exclusivamente sobre Miguel. No ha sido titular indiscutible en el Alavés, pero sí muy protagonista. Y, más allá del mayor o menor acierto de cara al gol, es una referencia ofensiva diferente: que fija defensas, protege balones y gana tiempo y espacio para sus compañeros.
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