El capitán ya no puede esperar más
La brillante etapa de Laguardia en el Alavés toca a su fin después de aguardar todo el verano por una oferta que el club no ha podido trasladarle
El 'Kaiser' ya no volverá a vestir de albiazul. El dorsal 5 de Víctor Laguardia va a quedar huérfano después de un verano de absoluta ... incertidumbre. El capitán se ha cansado de esperar una oferta que no llega del Deportivo Alavés. Se le acaban las hojas del calendario estival. Nada se puede dar por seguro hasta que la firma de un contrato lo atestigüe, pero los días del defensa maño en Mendizorroza tocan a su fin. Tocaron el pasado 30 de junio, en realidad, cuando se terminó un vínculo de ocho temporadas. Entonces el club anunció un «compás de espera» que termina sin un acuerdo de renovación que, a priori, querían ambas partes.
El jugador dio prioridad en todo momento al Alavés. Su principal deseo era seguir en Vitoria. Pero la paciencia tiene un límite. Sobre todo cuando la Liga ya va por la jornada 3. Su condición de agente libre le permite firmar con cualquier equipo más allá del 1 de septiembre, cuando se cierra el mercado, pero los clubes van cerrando sus plantillas y ya no puede esperar más. Ha habido contactos y la transmisión de un interés mutuo por seguir juntos. Pero no una oferta formal sobre la mesa de Laguardia, que, molesto con el club, confiaba en tenerla cuando Pacheco puso rumbo a Almería.
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Tampoco llegó entonces. Lo ha impedido el famoso límite salarial. El Alavés no ha podido llegar a las cifras del valor de tasación que impone la Liga al defensa: por mucho que un club alcance un acuerdo a la baja con un futbolista, la patronal no acepta una rebaja hiperbólica de su ficha anterior a la hora de fijar los topes. Algo así como que el algoritmo utilizado en esas cuentas no se creyera que un jugador pueda bajarse el sueldo de manera considerable para continuar en un equipo. Y si la Liga le otorga un valor de tasación superior es éste el que prevalece oficialmente. Es éste el que no ha podido alcanzar el club con sus números actuales, aunque también es cierto que deportivamente antepuso otras opciones a la hora de construir el plantel.
Tras ocho temporadas como albiazul, el valor de tasación que impone la Liga al jugador ha sido clave en el desenlace
Límite salarial
Con la continuidad en Primera como complicadísimo anhelo, el futuro del maño sigue siendo una incógnita, aunque el Granada es el mejor colocado para hacerse con sus servicios. El club de Segunda con mayor músculo económico a la hora de acudir al mercado tras ingresar este verano 30 millones de euros en traspasos. También el Sporting de Abelardo se interesó por él, pero en la misma situación financiera que el Alavés, sin la capacidad suficiente para cuadrar ese valor de tasación en sus cuentas.
Ocho temporadas: líder y «ejemplo»
Atrás quedan ocho temporadas en color albiazul que el club espera homenajear de la manera que merecen. Un camino que incluye un ascenso a Primera, una final de Copa que se perdió por lesión y varias salvaciones agónicas. «Lloré en el campo del Betis, porque fue un año muy duro» –el de la pandemia–, reconocía en una entrevista con ELCORREO. También el triste descenso de la temporada pasada, después de dos años y medio de un marcado declive colectivo y un rendimiento particular alejado de la solidez y la regularidad que le han caracterizado durante su trayectoria en Mendizorroza.
El jugador de campo que más partidos ha jugado en Primera con la camiseta albiazul (176). Han sido 265 en total (12 goles). El primero, un 24 de agosto de 2014 en Leganés (1-1), a las órdenes de Alberto López, formando pareja de centrales con Migue. El último, el pasado 15 de mayo en el Ciutat de Valencia (3-1), el que selló el descenso a Segunda en la penúltima jornada, con Julio Velázquez en el banquillo y Lejeune a su lado en el eje de la zaga. «Tomaremos decisiones conjuntas», dijo aquel día sobre su futuro. «No importa el nombre que pone detrás en la camiseta, lo importante está delante y el escudo va a seguir siendo el mismo. Vamos a tener que remar y pelear, el que esté, y trabajar muy duro para volver a vivir momentos increíbles», precisó.
Su futuro sigue siendo una incógnita, aunque el Granada es el mejor colocado para su fichaje
Mercado
La siguiente jornada, la última, la pasó en el banquillo de Mendizorroza. Una extraña estampa para un jugador que ha sido fijo para Alberto, Bordalás, Pellegrino, Abelardo, Garitano... Para todos. Porque Víctor Laguardia ha sido el indiscutible líder de la defensa durante el ciclo más largo del club en Primera. El último gran referente alavesista, dentro y fuera del terreno de juego. «No solo en lo futbolístico sino en lo que transmite a la hora de saber lo que es este club, liderar y empujar a todo el mundo o motivar a un compañero para que no se venga abajo. Es un ejemplo entrenando como persona y como jugador», decía Javi Calleja a la hora de describirle.
«Me he identificado mucho»
«Un ejemplo en todos los sentidos», precisaba recientemente Abelardo cuando mostró su interés público en reclutarle para su Sporting. El último custodio de aquel bravo equipo albiazul que ascendió a Primera en 2016. El último dueño de un brazalete que, tras las salidas de Manu, Pacheco y el propio central maño, busca ahora otro brazo que lo dignifique como hicieron ellos. «Ha sido una ilusión muy grande llevarlo porque llevo ocho años, me he identificado mucho con la gente, mi familia es de aquí... Es algo muy bonito que siempre se quedará en mi memoria», decía en aquella entrevista.
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